"Cuando el hombre recobró el conocimiento gritó, "¡Estoy en el infierno!" Una mirada de completo terror nublaba su rostro. "¡No se detenga!" rogó. "¿No entiende? Estoy en el infierno. ¡Cada vez que usted se detiene me vuelvo al infierno! ¡No me deje volver al infierno!" El paciente sobrevivió y puso su fe en Cristo para quitar sus pecados y asegurarse un lugar en el cielo."
Maurice Rawlings
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