Actos
Escupir sangre
alivia el asco de sus manos
envueltas con la mierda aún tibia,
el olor podrido en su boca,
el sabor de sus heces en la mía,
las paredes impregnadas del espanto,
y contar hasta mil,
y contar en pesos:
ayunos, visitas al médico, miedos, y paseos,
y volver y seguir contando;
limpiar, en actos discutibles,
con el mismo hábito incorpóreo,
asumido como un arte vegetal,
pragmático, soportado,
destinado al aburrimiento de la próxima muerte.
Rosamary Argüelles García
Bandera
Limpio mi casa con los ojos en la bandera,
ella me devuelve la mirada desconcertada en mi hacer.
Si yo fuera bandera le diría al viento cómo batirme,
quizás piense en ser una mujer que no limpia.
No puedo dejar de mirar mi bandera,
verla ondear me llena de un irracional orgullo.
Una mujer que limpia sueña con tener una bandera grande,
descolgada en el balcón presidirá mi inconstante limpieza,
las noches que el asma ahoga a mi hijo,
cuánto añoro la vuelta de mi hija.
No, no es patriotismo,
le dará a muchos, razón de mi demencia,
la de una mujer que distribuye cacharros cuando gotea el techo,
y solo pide, su bandera.
Rosamary Argüelles García
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