M.  Auphan habla en términos de influencias y de modelo físico y es todo un modelo físico matemático el que constituye a partir de dos hipótesis sencillas:
1. La influencia de los astros es propagada por una radiación vibratoria que obedece a las leyes matemáticas de la propagación de las ondas: leyes comunes a todas las radiaciones actualmente conocidas.
2. las fuentes de esa radiación es el sol; las ondas son reflejadas en parte, es decir remitidas por los planetas, e incluso las que penetran (tantos y proceden directamente del sol o, por refresco, de los otros planetas), formando en el interior de cada planeta diversos sistemas de ondas estacionarias que interactúan para formar un conjunto más o menos complejo de vibraciones. En particular la tierra, considerada en primera aproximación como un resonador esférico perfecto, es la sede de dos sistemas principales centrados el uno sobre el eje de la eclíptica y el otro sobre el eje de los polos terrestres. El hombre percibe la radiación solar planetaria por intermedio de la tierra, es decir que recibe, de hecho, en función del momento y de su posición en la superficie de la tierra, la resultante de los sistemas de ondas estacionarias que allí están establecidas. El cálculo -que es muy aproximado al de las armónicas esféricas, clásico en física- pone de manifiesto unos sistemas de ondas, así como su marcha en el tiempo sobre la superficie de la Tierra.
1. La influencia de los astros es propagada por una radiación vibratoria que obedece a las leyes matemáticas de la propagación de las ondas: leyes comunes a todas las radiaciones actualmente conocidas.
2. las fuentes de esa radiación es el sol; las ondas son reflejadas en parte, es decir remitidas por los planetas, e incluso las que penetran (tantos y proceden directamente del sol o, por refresco, de los otros planetas), formando en el interior de cada planeta diversos sistemas de ondas estacionarias que interactúan para formar un conjunto más o menos complejo de vibraciones. En particular la tierra, considerada en primera aproximación como un resonador esférico perfecto, es la sede de dos sistemas principales centrados el uno sobre el eje de la eclíptica y el otro sobre el eje de los polos terrestres. El hombre percibe la radiación solar planetaria por intermedio de la tierra, es decir que recibe, de hecho, en función del momento y de su posición en la superficie de la tierra, la resultante de los sistemas de ondas estacionarias que allí están establecidas. El cálculo -que es muy aproximado al de las armónicas esféricas, clásico en física- pone de manifiesto unos sistemas de ondas, así como su marcha en el tiempo sobre la superficie de la Tierra.
Daniel Verney
  Tomada del libro de Elizabeth Teissier No quemen a la bruja
"Me pregunto, a veces, si no hay dos Gauquelin, un Gauquelin privado, fascinado por la astrología, y a quien no repugna tomar partido por los astrólogos, y a un Gauquelin público, encorsetado en el concepto ya superado de la cientificidad, pero, pese a ello, paladín de una ciencia nueva y aglutinador de hechos increíbles pero verdaderos, si algún día se me permitió registrar en los cajones secretos del Gauquelin conocedor de astrología, no me sorprendería encontrar en ellos su propio tema astrológico, cuidadosamente anotado y puesto al día; el Gauquelin estadístico no conoce más que dos campos: el de la ciencia para extenderlo; el de su superstición, para reducirlo. Pero es un sueño, no hay más que un M. Gauquelin, quien no logra desembarazarse de ese fantasma de astrología, de esas viejas lunas."
Daniel Verney
  Tomada del libro de Elizabeth Teissier No quemen a la bruja
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