TRÁNSITOS DE URANO EN RELACIÓN CON LOS PLANETAS
URANO-SOL
“¡Qué
gran ingenio se manifiesta en los acontecimientos imprevistos!”
Marcial
Las oportunidades de cambiar podrían presentarse por
intermedio de personas conocidas, de un trabajo nuevo o de una nueva orientación
de nuestros estudios. Como sucede con cualquier tránsito Urano-Sol, es probable
que alguna de las estructuras de nuestra vida tenga que desaparecer para hacer
lugar a cosas nuevas.
Cuando
Urano está en conjunción, cuadratura u oposición por tránsito con el Sol, es
frecuente que provoque más conmoción. Estos tránsitos van generalmente
acompañados de sentimientos de inquietud. Quizá nos sintamos aburridos o
prisioneros de las circunstancias de nuestra vida. Es necesario que prestemos
atención a aquella parte de nosotros que está inquieta y se siente
insatisfecha, y que hagamos lugar en nuestra vida para que sucedan cosas nuevas
El Sol es
también un símbolo del padre, y en ocasiones los tránsitos Urano-Sol indican
cambios en nuestra relación con él.
Un
tránsito de Urano que lo lleve a aspectar al Sol simboliza también el encuentro
con "el padre interno", es decir, con la capacidad de hacernos cargo
de nuestra propia vida y de dirigirla. Es un periodo durante el cual nos será
difícil adaptarnos a lo que quieren los demás especialmente si no coincide con
lo que en nuestro propio sentir necesitamos. Es probable que en vez de
adaptarnos a los otros, nos encontraremos exigiéndole que se adapten a
nosotros. Los tránsitos Urano-Sol nos abren los ojos a la visión de nuestro
propio poder, y esto podría manifestarse en peleas con figuras de autoridad y
en la actitud de hacer frente a personas por quienes antes nos hemos dejado
influir y controlar.
Si no ha
establecido todavía contacto con su propio poder o no ha cultivado su capacidad
para hacerse valer, para una mujer éste es el momento de hacerlo. Además de
usar este tránsito para fortalecer su propia identidad y su capacidad de
expresión, también puede experimentar sus efectos por mediación de los hombres
que conoce, o a quienes vaya conociendo durante este período.
Independientemente
del sexo, es probable que durante los tránsitos difíciles de Urano en aspecto
con el Sol no seamos las personas más pacificas que se podría pedir para la
convivencia. Estamos excitables, "cargados", impredecibles e
inquietos. Queremos deshacernos de aquello por lo que nos sentimos ahogados, y
liberarnos de las restricciones de la tradición o de condicionamientos pasados.
Estamos "bullentes" de ideas nuevas y de nuevas maneras de ver la
vida. Si podemos aceptar este aporte de energía, y hacer los cambios necesarios
de la manera más diplomática posible, estos tránsitos, aunque no sean los más
fáciles, significarán un paso importante hacia el despliegue de nuestras
potencialidades.
Cuando el
individuo experimenta un tránsito Urano-Sol (especialmente en cuadratura,
oposición y, en algunos casos, también en conjunción) atraviesa un período en
que el instinto de autoexpresión queda detenido por circunstancias y por su
propia personalidad. La reacción más común es la rebelión (muy propia de Urano)
pero, precisamente, es esa rebelión más que las circunstancias la que hace
difícil este período. Por otro lado, este tránsito marca un período de
recomienzo. Va acompañado normalmente de la ruptura con viejos lazos y la
aceptación de nuevas obligaciones o nuevos giros totalmente inesperados. Indica
casi siempre un período lento; la vida reorganizada está echando sus cimientos
en una nueva línea que exige serios reajustes personales. Y como todos los
reajustes exigen bastante de uno mismo, puede ser un período de tensión, lucha
con los que nos rodean, y la amarga sensación de que las cosas no van ni se
encaminan en la dirección que nos gustaría. Es un período complicado sólo si se
espera progresos o avances milagrosos, porque el milagro no se va a realizar.
Es preciso aceptar las cosas como vienen y moderar el paso de los deseos para
que sigan el paso del mundo. Si estamos dispuestos a hacer esto, se convertirá
en un período excelente. Coger el ritmo y el peso de los acontecimientos en
este tiempo es construir verdaderamente el éxito más elevado a la larga;
mientras que rebelarse y correr por delante de las posibilidades es encontrarse
con el agotamiento y la desesperación y obligarse a empezar de nuevo más tarde,
bajo influencias que serán menos útiles permanentemente.
El tránsito Urano-Sol nos fuerza a buscar en
nosotros la semilla de la dificultad; nos obliga a revisar nuestras aspiraciones
y los métodos para conseguirlas. Hacerlos menos materiales, más idealistas y
tal vez menos avariciosos. Despersonalizar nuestros deseos; disminuir nuestras
demandas al mundo y a los demás y aumentar la demanda en uno mismo, para
merecer los máximos logros en los años siguientes es la lección más importante
que este tránsito quiere enseñarnos.
F. S.
Probablemente
aquellas personas que durante un tránsito Urano-Sol (especialmente en
cuadratura, oposición y , algunas veces, en conjunción) sean incapaces y no
estén dispuestas a mirar en su interior se sentirán incomprendidas, diferentes y oprimidas. En
estas personas, el período puede alargarse más tiempo del realmente consumido
por el tránsito, pudiendo prolongarse muchos años. Estas personas son las que
están constantemente en guerra con su mundo, si no en abierta lucha con
aquellos que les rodean, además de resentidos en su interior, con lo que
"la vida pierde su encanto" y pasa a ser, no una ardiente aventura,
sino una lucha tediosa hacia una meta mal definida.
F. S.
URANO-LUNA
Cuando Urano en tránsito forma un trígono o un sextil
con la Luna, tanto los hombres como las mujeres tienen oportunidad de
experimentar dentro de sí una gama más amplia de respuestas emocionales. Para
los hombres, esto se da con frecuencia mediante el encuentro con una mujer que
los despierte en este sentido. En la carta de una mujer, indican un mayor
despliegue de su identidad en cuanto mujer, por ejemplo que se estrenen como
madres.
De la
misma forma, si nos mudamos de casa mientras Urano en tránsito forma aspecto
armonioso con nuestra Luna, es probable que el cambio sea para bien, por más
que al principio la mudanza parezca una perturbación incómoda. Además, el
trígono y el sextil también pueden manifestarse como un avance de signo
positivo en la relación con nuestra madre. Somos más capaces de tomar distancia
y de mantenernos aparte de ella y, por consiguiente, de verla con más claridad.
Sin embargo, es probable que con los tránsitos difíciles Urano-Luna se
produzcan problemas con nuestra madre. Si nuestra identidad ha estado demasiado
confundida con la suya, quizás ahora tengamos que enfrentarnos a ella para
poder establecer una identidad aparte y más clara. La conjunción, la cuadratura
y la oposición por tránsito entre Urano y la Luna natal también pueden
referirse a un momento en que quien pasa por una perturbación o un cambio vital
es nuestra madre.
Si Urano
en tránsito forma aspectos como la conjunción, la cuadratura y la aposición con
nuestra Luna natal es probable que tengamos la vivencia de estados emocionales
que nos desgarren a perturban, y de que deseemos desembarazarnos de cualquier
circunstancia que nos de la impresión de que nos limita o nos constriñe. Así
como es apropiado que examinemos nuestros sentimientos de frustración y de
descontento, puede que no siempre sea prudente actuar dejándonos llevar con
demasiada rapidez por ellos, especialmente si en el pasado hemos tendido a
desbaratar sin más trámites el status quo siempre que nos hemos sentido
atrapadas o incómodos. Antes de introducir ningún cambio importante, es
necesario que nos tomemos tiempo para examinar nuestro deseo de huir de las
estructuras y de las relaciones que existen en nuestra vida, o de destruirlas.
Podemos
experimentar un tránsito difícil Urano-Luna por mediación de acontecimientos
externos aparentemente fuera de nuestro control, que conmueven nuestro mundo y
amenazan nuestra seguridad. Puede ser que se acabe de pronto una relación, o
que nos veamos obligados a cambiar de casa, o ambas cosas. Pero incluso si la
que nos pasa parece ser totalmente obra del destino, debemos tomarnos el tiempo
necesario para evaluar si los sentimientos que hemos venido teniendo antes de
esta conmoción no se relacionan de alguna manera con lo que hemos atraída a
nuestra vida. Nuestros propios deseos no reconocidos de cambiar, al ser
proyectados al exterior y volver a nosotros por obra de un agente externo,
pueden tener algo que ver con el terremoto en medio del cual nos hallamos.
URANO-MERCURIO
Si el tránsito lleva a Urano a hacer un trígono o un
sextil con Mercurio, nuestro pensamiento tendrá que cambiar. Las viejas maneras
de pensar y los modelos de pensamiento habituales ceden el paso a actitudes
nuevas, y adquirimos la capacidad de ver la vida desde un ángulo diferente. La
intuición funciona muy bien durante uno de estos tránsitos y es probable que
encontremos soluciones inspiradas a ciertos problemas o dificultades que nos
están acosando desde hace tiempo. Las respuestas y las decisiones nos brotan
inesperadamente en los momentos más insólitos. Aprender o estudiar cosas nuevas
es dar un buen empleo a estos tránsitos.
La
conjunción o un aspecto difícil de Urano en tránsito con nuestro Mercurio natal
es mentalmente estimulante pero puede traer más problemas que el trígono o el
sextil. Durante este periodo podemos estar mentalmente hiperactivos o
dispersos; nos sentimos nerviosos o inquietos, incapaces de asentarnos con
facilidad en ninguna situación. Nuestros pensamientos y la forma en que los
expresamos no podrán mantenerse invariables durante estos tránsitos. Cuando
Urano está en trígono o sextil con nuestro Mercurio natal, estamos dispuestos a
recibir ideas nuevas, y el medio, a su vez, se muestra abierto a nuestras
nuevas intuiciones e ideas. Pero quizá no sea éste el caso cuando el tránsito
de Urano lo lleve a formar una cuadratura, una oposición o una conjunción con
un Mercurio natal que presenta aspectos difíciles; en estos casos, parecería
que otras personas, o bien fuerzas externas, estuvieran determinadas a desafiar
o cambiar lo que nosotros pensamos o creemos, en un momento en que no nos
sentimos dispuestos ni capaces para hacer tales reajustes. A la inversa, éste
puede ser un periodo en el que tengamos muchas intuiciones y atisbos de
originalidad que los demás no entienden o no aceptan. Quizá nuestras ideas les
parezcan demasiado controvertibles, poco prácticas, raras o en exceso avanzadas
para la época.
Cuando
Urano está en trígono o sextil por tránsito con nuestro Mercurio natal, puede
suceder que un cambio o una influencia positiva nos llegue por la vía de
hermanos u otros familiares. Sin embargo cuando el tránsito lleve a Urano a
formar un aspecto difícil con nuestro Mercurio natal, de ello puede resultar
discusiones, rupturas y separaciones.
Cualquier
contacto que se dé entre Urano en tránsito y Mercurio indica un momento en que nuestra
actividad mental y nuestro pensamiento son más poderosos de lo que es habitual
y pueden ejercer una fuerte influencia tanto sobre nosotros mismos como sobre
los demás. Durante este periodo, podemos valernos de nuestros poderes mentales
y de nuestra imaginación de manera constructiva, formando imágenes positivas en
lugar de negativas.
URANO-VENUS
Cuando Urano en tránsito está en aspecto con el Venus
natal, provoca cambios o perturbaciones en el dominio del amor, de las
relaciones y de la creatividad. Es probable que nuestros valores cambien, es
decir, que lo que nos parecía hermoso, atrayente o deseable no siga siendo lo
mismo a nuestros ojos. También la forma de nuestra expresión creativa puede
alterarse o abrirse durante este periodo.
Cuando
Urano está en trígono o sextil por tránsito con el Venus natal, estos mismos
cambios se producen de manera más suave o más fluida. Es un buen momento para
revitalizar relaciones que se hayan vuelta repetitivas o aburridas. Si hemos
estado dependiendo demasiado de alguien, podríamos usar este tránsito para
descubrir quienes somos por derecho propio, tomándonos el tiempo necesario para
explorar y cultivar nuestros propios intereses y nuestra identidad
independientemente de esa relación. Estemos ya vinculados con ella a no,
podríamos buscar la compañía de otra persona que nos parezca estimulante y nos
atraiga, alguien que nos ponga en contacto con ideas e intereses nuevos y con
una nueva manera de contemplar la vida.
Si hemos
estada reprimiendo sentimientos de inquietud y de frustración en una relación y
hemos hecho poco o nada para mejorarla, los tránsitos difíciles de Urano can
nuestro Venus natal, podrían significar una separación o una bifurcación. Si no
hacemos algo por cambiar la situación, es probable que las circunstancias
externas se encarguen de hacerla por nosotras, y quizá sea nuestra pareja quien
desbarate la relación o le ponga término. Tendemos a asociar a Urano con
sucesos inesperados que nos sorprenden como un relámpago en un cielo azul y,
sin embargo, por más que los tránsitos de Urano puedan correlacionarse con la
ruptura aparentemente repentina de una relación, es probable que durante varios
años haya habido problemas y dificultades sin resolver que bullían por debajo
de la superficie y que se manifiestan en acciones espectaculares y decisivas
cuando Urano termina por "herir" a Venus.
Si la
pareja ha estada vivienda en un contacto demasiado estrecha y continuo, Urano
no quiere necesariamente que la relación se acabe, sino que una de los das, o
ambos, establezca una distancia y una independencia mayores.
Incluso
con la mayor voluntad y las mejores intenciones, los tránsitos difíciles de
Urano en relación con Venus pueden significar el término de una relación. En
muchos casos cuando una relación termina coincidiendo con uno de estos
tránsitos, una de las partes interesadas, y a veces ambas, se han dado cuenta
de que la separación "estaba bien" o era necesaria. En lo profunda,
la sensación es de que la relación de pareja debe terminar o cambiar para que
nuestra vida pueda abrirse de una manera que seria imposible si todo continúa
del mismo modo.
No siempre un tránsito que ponga a Urano en aspecto
difícil con el Venus natal significa el fin de una relación. Si hace algún
tiempo que la persona está sola, estos tránsitos pueden significar una relación
que se incorpora a su vida, aunque dado el carácter impredecible de la
influencia uraniana no es siempre seguro que se prolongue más allá de la
duración del tránsito.
URANO-MARTE
Cuando Urano está en trígono o sextil con Marte
podemos esperar un periodo durante el cual nos sentiremos con más vida o con
más energía de lo habitual.
Cuando el
tránsito lleva a formar un aspecto difícil con el Marte natal, el incremento de
energía y de excitación puede que sea más difícil de manejar. Quizás estemos
más inquietos, ansiosos, enojados e impacientes de lo habitual, y las pequeñeces
que normalmente pasamos por alto se conviertan en motivo de peleas y
confrontaciones. Estamos más inclinados a hacernos valer y nos hiere
especialmente que los demás se entremetan en lo que hacemos o nos pongan
trabas. Si durante un tránsito Urano-Marte nos sentimos deprimidos, puede ser
que nos estemos resistiendo a empezar algo que necesitamos hacer.
Durante
este periodo nos es necesario algo que nos obsesione, un proyecto que se adueñe
de nosotros y nos entusiasme, y que nos permita canalizar nuestro exceso de
energía marciana. Marte representa el deseo de afirmación del yo. Cuando Urano
activa a Marte, se incrementa la necesidad de dejar huella en la vida.
Los
tránsitos difíciles Urano-Marte han sido asociados con accidentes y desgracias,
y hay diversas razones por las cuales esto a veces puede ser verdad. La
combinación de Urano y Marte puede ser bastante impulsiva o temeraria: nos
precipitamos con demasiado impulso en las cosas, y en el proceso terminamos por
tropezar con nuestros propios pies. Y si andamos por ahí cargando con un exceso
de enojo, ansiedad y frustración, atraeremos sobre nosotros más accidentes que
cuando estamos verdaderamente calmados y tranquilos. Quizá podamos evitar
ciertos sucesos desdichados si nos tomamos el tiempo necesario para confrontar
y examinar nuestros sentimientos coléricos antes de que lleguen a alcanzar un
nivel peligroso.
Los
tránsitos difíciles de Urano en relación con el Marte natal van acompañados de
sentimientos y estados de ánimo muy diversos. En su vertiente positiva, nos
sentiremos inundados de interés y entusiasmo por la vida. Lo negativo es que
podemos sentirnos durante buena parte del tiempo enojados, enfermos,
desquiciados y deprimidos. Lo más probable es que oscilemos entre los dos
extremos. Sin embargo, de hecho estos trámites nos ofrecen la oportunidad de
establecer mejor contacto con nuestra voluntad, nuestra autoridad, nuestro
poder y nuestra vitalidad.
URANO-MARTE Es
fácilmente comprensible que dicha manifestación pueda volverse excesiva y
traducirse en violencia, que asume sobre todo los aspectos de la irrupción, la
fulgurancia, la explosividad, e incluso en casos extremos, de la fulminación.
Esta condensación, que se convierte aquí en una carga más o menos peligrosa,
puede, por el contrario, significar un potencial de respiración vital y ser
fuente de oxigenación.
André Barbault
Predecir por la Astrología
Cuando
Urano en tránsito forme una cuadratura, oposición y, en algunos casos, también
conjunción con nuestro Marte natal, nos señala un período de nuestra vida en el
cual resistirnos pasivamente a las circunstancias en lugar de entablar batalla
con ellas es la manera más aconsejable de que salgamos airosos y fortalecidos.
En este sentido, y mientras dure el efecto del tránsito, deberemos tener en
cuenta que, en más de una ocasión, una retirada a tiempo podrá convertirse en
una victoria.
F. S.
URANO-JÚPITER
No es probable que nuestra visión del mundo y nuestra
filosofía de la vida sigan siendo las mismas mientras Urano en tránsito forma
aspecto con nuestro Júpiter natal.
Los
trígonos o sextiles formados por Urano en tránsito con nuestra Júpiter natal
denotan con frecuencia una fase de crecimiento y expansión, en la que se nos
aparecen nuevas oportunidades para avanzar. La buena suerte asume la forma de
ganancias monetarias inesperadas, excelentes ofertas laborales o de negocios,
amistades nuevas que nos benefician, y el descubrimiento de intereses o de
visiones del mundo que dan más significado a nuestra vida. También los viajes
pueden ser interesantes y enriquecedores durante este periodo.
Si en su
tránsito Urano forma aspectos difíciles con el Júpiter natal debiésemos
cuidarnos de precipitarnos en nada con demasiada temeridad o de forma
impulsiva. Sin sofocar totalmente nuestra fe ni nuestra imaginación durante
este periodo, nos haría bien tomarnos el tiempo necesario para escuchar los
consejos ó sugerencias de amigos de confianza, que pueden ayudarnos a tener una
perspectiva más clara o más equilibrada.
Lo mismo
que sucede en el caso de los trígonos o sextiles que Urano en tránsito forma
con el Júpiter natal, también nuestra filosofía de la vida puede cambiar
radicalmente bajo la influencia de la conjunción, la cuadratura o la oposición
por tránsito. En general, son buenos momentos para emprender algún tipo de
estudios que amplíen y enriquezcan nuestra visión. Sin embargo, con los
tránsitos difíciles podemos vernos atraídos hacia sectas religiosas extremas o
cultos fuera de lo común, que tienden a adueñarse de toda nuestra existencia.
Cuando Urano en tránsito está en aspecto con el Júpiter natal, es difícil hacer
nada a medias: lo abandonamos todo para irnos a la India, o perdemos el sentido
de los límites y creemos haber hallado la respuesta para todo y para todos.
Algunas de nuestras ideas y creencias nuevas pueden ser válidas, pero las
llevamos demasiado lejos.
Cuando
Urano en tránsito forma una conjunción, una cuadratura o una aposición con el
Júpiter natal, también puede movernos a viajar, aunque no debemos esperar que
los planes dispuestos de antemano funcionen tal como lo habíamos planeado: es
posible que nos esté reservada una experiencia interesante, pero en realidad
puede suceder cualquier cosa. Viajar durante este periodo será una inspiración,
y seguramente nos veremos atraídos a lugares insólitos y fuera de los
"caminos trillados"; de cualquier manera, al volver ya no seremos la
misma persona... si es que volvemos.
URANO-SATURNO
Si Urano en tránsito forma un trígono o sextil con
nuestro Saturno natal, esto indica generalmente que estamos preparados para
integrar en nuestra vida cosas nuevas. Podemos conservar lo mejor de lo viejo,
pero poco a poco, suavemente, ir también haciendo lugar para ideas, creencias,
metas, objetivos, personas e intereses nuevos, y si intentamos mantener a raya
el cambio, no haremos más que autoestafarnos al privarnos del crecimiento y del
despliegue de potencialidades que nos están reservadas durante este período.
Cuando el
tránsito de Urano lo lleva a formar una conjunción, una cuadratura o una
oposición con el Saturno natal, esto apunta también a un momento en que lo
nuevo se encuentra con lo viejo, pero de una manera que por lo común resulta
más problemática y conflictiva. Si en nuestra vida las viejas estructuras no
han sido tan maravillosas ni tan satisfactorias, aun así a muchos nos costará
bastante, estando bajo la influencia de un tránsito difícil Urano-Saturno,
arriesgarnos a renunciar a lo familiar y establecido. Aunque otra parte de
nosotros quiera liberarse, nos aferramos a lo conocido. Finalmente, sin
embargo, un tránsito que coloque a Urano en un ángulo difícil con nuestro
Saturno natal no nos permitirá dejarlo todo tal como estaba, y sólo podremos
evitar el colapso total si intentamos mantener lo mejor de lo viejo al tiempo
que hacemos espacio para lo nuevo, o bien tratando de rescatar lo que se ha
estropeado y de mejorar las situaciones insatisfactorias.
Un
tránsito de Urano puede presentarse como algo especialmente cruel cuando está
en juego Saturno, porque amenaza aquellos aspectos de nuestra existencia que
nos dan la mayor sensación de seguridad. Los tránsitos Urano-Saturno ponen en
peligro aquellos territorios en que actuamos demasiado a la defensiva, de una
forma rígida y reprimida.
A medida
que Urano se aproxima a una conjunción, una cuadratura o una oposición con
nuestro Saturno natal, podemos encontrarnos trabados en algún tipo de batalla
con una figura de autoridad (padre, madre, maestro, jefe o funcionario del
gobierno). Nuestra visión de cómo deben ser las cosas diferirá de la de esa
persona, y nos resultará más difícil de lo habitual guardarnos nuestra opinión
o hacernos a un lado y permitir que continúe algo con lo cual no estamos de
acuerdo o que desaprobamos. Sin embargo, es probable que en este momento las
confrontaciones demasiado directas no sean la manera más prudente de manejar la
situación, ya que puede ser que el otro defienda su posición con una
determinación no menor que la nuestra. Cuando los tránsitos Urano-Saturno son
difíciles, puede ser que necesitemos encontrar formas de comunicar nuestras
ideas y creencias que no amenacen ni desalienten a aquellos que intentamos
convencer. Puede ser útil, en este momento, introducir algún elemento de Venus
-un poco de tacto y de diplomacia- para enfrentarnos con figuras de autoridad.
SATURNO-URANO
Su ciclo comporta cambios en las condiciones estables que dan forma al
desarrollo de nuestra vida. Su ciclo de 45 años representa poco más o menos la
mitad de una vida humana.
Además, en el plano histórico, el ciclo
Saturno-Urano rige la evolución de los movimientos imperialistas, dictatoriales
o capitalistas. Este es el modo individual como el hombre traduce a menudo el
impulso uraniano que se manifiesta. Puesto que Urano no tiene nada de personal.
Una nueva idea lanzada por Urano puede tomar forma a partir de la conjunción
con Saturno y lograr que perduren sus efectos. Así pues, aparecen nuevas
condiciones colectivas con la conjunción, punto de arranque de lo que está
adaptado a las condiciones prevalentes y que tiene una supervivencia difícil a
menos que emplee en ello unos tremendos esfuerzos, o también puede significar
la desaparición de lo que estaba funcionando apoyado en sistemas que pertenecen
al pasado.
En la cuadratura creciente, se produce un
engrandecimiento o una aceleración de lo que ha nacido con la conjunción. En la
oposición, se produce un realinamiento de las condiciones sobre las cuales uno
puede construir y, desde entonces, para hacer durar lo que sea, hay que
adaptarse a los cambios, con la aceleración de esta tendencia a partir de la
cuadratura menguante, tras el cual hace falta siempre reconstruir, las cosas
estáticas tienden a desmoronar.
Saturno y Urano representan nuestra doble
capacidad de construir y de innovar. De la relación que establezcamos entre
estos dos planetas depende nuestra facultad de cambiar, de adaptarnos a las
condiciones de vida cambiantes, guardando siempre nuestra estabilidad. En un
sentido negativo, podemos hacer construcciones inadaptadas a las condiciones
que cambian y verlas caer, sin mencionar el hecho de que nos sentimos sometidos
a fuertes tensiones.
Bernard Crozier, tomado de la Revista Mercurio-3,
nº16, págs. 63-64 Articulo "El Papel de los Planetas lentos en una carta
individual"
Urano viene
a bombardear la fortaleza saturnina. El "ego" salta hecho pedazos.
Desde la perspectiva del sujeto puede considerarse éste, si se quiere, víctima
de un Destino cruel.
J. A. González Casanova
La muerte y el horóscopo
URANO EN TRÁNSITO EN SEXTIL CON EL URANO NATAL
Urano en tránsito forma un sextil con su propio
emplazamiento en dos ocasiones: la primera hacia los catorce años, y luego otra
vez cerca de los setenta. El primer sextil coincide además con la primera
oposición de Saturno con su propio emplazamiento. Estos dos tránsitos se
producen al comienzo de la adolescencia.
La
adolescencia es como un nuevo nacimiento. Uno muere como niño para finalmente,
renacer como adulto joven. Cuando Urano forma su primer sextil con su lugar
natal, llamativos cambios físicos y psicológicos saludan la llegada de la
pubertad.
La
pubertad no sólo se distingue por una transformación física, sino también por
cambios en los roles sociales y culturales. Llega el momento en que hemos de
afirmarnos en el mundo sobre nuestros propios pies, en que nuestro sistema de
apoyo dejan de ser los padres y empiezan a ser nuestros pares, y en que
exploramos diferentes maneras de conducirnos en el mundo.
La
segunda vez que Urano en tránsito forma sextil con su posición natal se da
hacia los setenta años. La vejez es una época para hacer lo que queremos, y no
lo que nosotros o los demás pensábamos que deberíamos hacer. Es probable que
nos hayamos pasado buena parte de la vida centrándonos en logros externos, pero
ahora tenemos la ocasión de detenernos a hacer inventario. Nuestras
obligaciones y nuestros compromisos con el mundo ya no están en primer plano,
de modo que ahora es el momento adecuado para reconsiderar qué es,
personalmente, lo que nos importa en la vida. Cuando Urano en tránsito forma un
sextil con su propio emplazamiento, aunque seamos septuagenarios tenemos la
posibilidad de deshacernos de lo viejo para dejar paso a lo nuevo.
URANO EN TRÁNSITO EN CUADRATURA CON EL URANO NATAL
Este tránsito sucede dos veces en la vida: la primera
hacia los veintiún años, y luego por segunda vez hacia los sesenta y tres. Y,
como corresponde a la naturaleza de Urano y a un aspecto como la cuadratura,
éstos son momentos de cambios importantes en la orientación y los valores.
La
primera cuadratura de Urano con su propio emplazamiento marca el final de la
adolescencia y la entrada en la etapa de adulto joven. Probablemente la
manifestación más común de este tránsito sea el abandono del hogar de los
padres. La tarea de separarnos de la familia y descubrir quiénes somos por
derecho propio se vuelve más apremiante, más urgente. Aun si durante este
período no nos mostramos ferozmente rebeldes, sigue siendo una época importante
de crecimiento y de cambios rápidos. En pocas palabras, se espera que seamos
más responsables de nosotros mismos que antes.
Urano
está asociado con ideologías y con "ismos" y cuando forma cuadratura
con nuestro Urano natal es la época en que muchos buscamos un grupo o una causa
a la que podamos adherirnos, algo que dé significado y orientación a nuestra
vida.
También
hay quien no se rebela ni toma en modo alguno una resolución definida. Puede
suceder que nos adaptemos a los valores y expectativas de nuestros padres, y
que encajemos en el estilo de vida que ellos tenían pensado para nosotros. El
aspecto positivo de aceptar pasivamente la visión del mundo de nuestros padres
es que evitamos una crisis; el negativo es que dejamos pasar una oportunidad de
explorar nuestra propia identidad y descubrir quiénes somos, independientemente
de ellos.
La
segunda cuadratura de Urano con su posición natal ocurre alrededor de los
sesenta y tres años, no mucho después del segundo retorno de Saturno. La
preocupación obvia es el envejecimiento. Hay personas que hacia esta época
renuncian a seguir creciendo, se clavan ellas mismas la tapa del ataúd y se
confinan en un estado anímico que podríamos definir como de “¿y esto es todo?”,
obsesionados por el pasado, por la pérdida y por las oportunidades que han
desaprovechado. Afortunadamente, sin embargo, no todo el mundo reacciona de
esta manera.
En esta
época, para la mayoría de las personas, el distanciamiento de lo que más
importaba en el pasado asume su forma más obvia en la jubilación. Al vernos con
más tiempo libre y menos responsabilidades que nunca, nos queda por delante la
tarea de dar un significado nuevo a nuestra vida. A partir de los sesenta años,
hombres y mujeres necesitan encontrar algo que los ocupe y los distraiga. Si lo
planeamos con anticipación, es más probable que sepamos usar de manera
constructiva la segunda cuadratura Urano-Urano. No tenemos que esperar a que se
produzca para empezar a buscar actividades y proyectos interesantes que no
tengan nada que ver con nuestro trabajo ni con el ámbito doméstico. Si tenemos
previsto el vacío que deja la jubilación o la evolución de una familia en que
los hijos se hacen adultos, podemos prepararnos para afrontarlo.
URANO EN TRÁNSITO EN TRÍGONO CON EL URANO NATAL
Este tránsito se produce también dos veces en la vida:
la primera alrededor de los veintiocho años (coincidiendo con el primer retorno
de Saturno), y luego otra vez cerca de los cincuenta y seis. En el momento del
primer trígono Urano-Urano, tenemos ocasión de reevaluar y reconsiderar las
opciones que hasta ese momento hemos hecho. Lo que hemos construido y
establecido quizá fuera apropiado para las etapas anteriores de nuestra
evolución, pero ¿está de acuerdo con nuestro estado anímico actual? Si nos
sentimos demasiado restringidos por nuestro estilo de vida o por las decisiones
tomadas en el pasado, éste es el momento de hacer los ajustes necesarios.
Generalmente esta etapa se da acompañada por un sentimiento de querer ser algo
más de lo que ya somos, por la sensación de que lo que tenemos ahí, frente a
nosotros, ya nos resulta insatisfactorio. Para muchas personas esto significa
tomar una dirección totalmente nueva en la vida; para otras, los cambios no
serán tan drásticos, pero aun así existirá la necesidad de renovar o
profundizar el compromiso personal contraído con decisiones anteriores.
Cuando el
tránsito de Urano lo lleva a formar un trígono con nuestro Urano natal al mismo
tiempo que se produce el retorno de Saturno, mientras nos acercamos a los
treinta años, es probable que nuestra visión del mundo esté cambiando. Para
nuestra sorpresa y nuestro posible desaliento, podría ser que descubriéramos
que, en realidad, algunas de las cosas que creían nuestros padres sobre lo que
era mejor para nosotros nos parecen ahora un poco más sensatas. Este
cuestionamiento, este examen de conciencia, puede dar resultados fructíferos.
Estamos más en contacto que nunca con nosotros mismos, y es probable que las
opciones y los ajustes, que hagamos ahora en nuestra vida sean, como resultado
de ello, más perdurables.
El
segundo trígono de Urano en tránsito con el Urano natal se produce hacia los
cincuenta y seis años. Idealmente, es el momento de darnos permiso para ser
quienes somos: para hacer lo que queremos hacer, y no sólo lo que creemos que
deberíamos estar haciendo. Y si hemos conseguido pasar con éxito por entre
algunos peligros del comienzo de la madurez este periodo podría ser uno de los
más felices que lleguemos a conocer. De acuerdo con la promesa de libertad y de
expansión que simboliza Urano cuando forma un trígono con su emplazamiento,
este tránsito puede coincidir con ciertos cambios positivos en la visión del
mundo y en el carácter. Apegarse a un único lugar y tratar de obtener identidad
y satisfacción de una sola senda ya bastante recorrida no es la manera más
creativa de sacar partido de este tránsito: ahora es el momento de las
divergencias, los experimentos y la expansión. El segundo trígono Urano-Urano,
como el primero, es mucho más que un periodo de reflexión pasiva: nos señala el
momento de mirar hacia atrás para revisar nuestra vida, pero también el de
planear con los ojos puestos en el futuro.
URANO EN TRÁNSITO EN OPOSICIÓN CON EL URANO NATAL
Urano en tránsito forma una oposición con su lugar
natal en cualquier momento de la época que va de los treinta y ocho a los
cuarenta y cinco años. También Saturno forma una oposición con su lugar natal
hacia los cuarenta y dos años. Esto significa que tanto Urano como Saturno
están activados durante este período. ¡Y en algunos casos estos tránsitos
coinciden también con el de Neptuno en cuadratura con el Neptuno natal, y con
el de Plutón en cuadratura con su propio emplazamiento! No es nada extraño,
pues, que a este periodo se lo considere uno de los puntos cruciales de la
vida.
A esta fase
se la ha llamado "la crisis de la mitad de la vida". En lo esencial,
cabe decir que es un momento en que nos desmontamos para después volver a
montarlos, con las mismas piezas, pero de diferente manera. Aquellas partes de
nuestra naturaleza que no hemos integrado todavía en nuestra conciencia y de
las que más bien no hemos hecho caso, o que ni hemos mirado siquiera, nos
exigen que las reconozcamos y las examinemos. El hecho de afrontar los
conflictos y las crisis de este período aumenta la probabilidad de llevar de
forma satisfactoria la segunda mitad de la vida.
Las
partes de nuestra naturaleza que no hemos cultivado ni estimulado - las que no
han sido una fuente de motivación importante - son precisamente los ámbitos que
cobran relieve y se constituyen en el foco de nuestras nuevas aspiraciones.
Aunque el proceso de expandir nuestra identidad para incluir características
que no fueron antes cultivadas puede comenzar ahora seriamente, no es una tarea
que se acabe cuando Urano deje de estar en oposición con su lugar natal. Llegar
a ser más íntegros y más auténticos es el trabajo que tenemos por delante
durante la segunda mitad de la vida.
El
tránsito que lleva a Urano a la oposición con su emplazamiento natal señala la
necesidad de detenernos a considerar cómo hemos organizado nuestra vida hasta
el momento. Si nos hemos desviado excesivamente en una dirección, a expensas de
otras maneras diferentes de expresión y de satisfacción, ahora es el momento de
introducir algunos cambios que restablezcan el equilibrio.
URANO EN TRANSITO EN CONJUNCION CON EL URANO NATAL
Es posible que poco después del nacimiento Urano forme
una conjunción por tránsito con el Urano natal. Si hemos nacido con Urano retrógrado,
por ejemplo, pasados algunos meses el planeta retomará su movimiento directo y
volverá a pasar por donde se encontraba en el momento del nacimiento. También
puede ser que hayamos nacido con Urano directo, que después el planeta haya
retrocedido hacia nuestro Urano natal y tornado una vez más el movimiento
directo durante nuestro primer año de vida. En cualquiera de estos casos, esta
temprana conjunción de Urano con su propio emplazamiento puede significar algún
tipo de perturbación o conmoción que nos haya dejado una profunda impresión
psíquica.
Sin
embargo, cuando los astrólogos hablan de que Urano está en conjunción con el
Urano natal se refieren generalmente a lo que se conoce como el retorno de
Urano, que se produce aproximadamente a los ochenta y cuatro años, y señala un
ciclo completo del planeta alrededor de la carta. Es de esperar que nuestra
salud y nuestro estado mental nos permitan experimentar algunos de los cambios
más positivos que este tránsito simboliza. Este es buen momento para meditar
tanto sobre el significado de nuestra existencia como sobre el de la vida en
general. Dicho de otra manera, es en parte un período de contemplación. La
muerte no requiere solamente pensar y hacer conjeturas, sino' prepararnos para
nuestro encuentro con ella. Si no nos hemos preparado todavía, éste es el
momento de poner nuestra vida en orden para poder morir en paz. Esto no
significa necesariamente que hayamos de morirnos mañana. Bien pueden quedarnos
bastantes y buenos años de vida, y también para ellos podemos hacer planes.
Después de todo, estamos bajo la influencia de un tránsito importante de Urano,
y nos queda tiempo para probar algunas cosas más.
URANO-NEPTUNO
Los tránsitos Urano-Neptuno se relacionan muy
claramente con tendencias que se dan en escala colectiva y que influyen sobre
un gran número de personas. Sin embargo, estos tránsitos también nos afectan
personalmente a cada uno de nosotros, en especial si somos sensibles a las
modas y los movimientos nuevos que periódicamente se adueñan de la atmósfera.
Cualquier
tránsito Urano-Neptuno activará y vivificará todo aquello que Neptuno
simboliza. Como este planeta puede operar en tantos niveles diferentes, la
forma exacta en que resulte estimulado varía de una persona a otra. En algunos
casos, los tránsitos Urano-Neptuno desencadenan la inspiración creadora y el
despertar espiritual, y dan origen a sueños y aspiraciones nuevos y
vivificantes. En otros, éstos tránsitos significan el inicio de enfermedades
raras e inexplicables, grados diversos de experimentación con drogas y una
fascinación irresistible por lo mágico, lo oculto o cualquier tipo de nociones
y creencias "fuera de lo común". La orientación que esto tome no
depende solamente de cómo esté aspectado Neptuno en el tema natal, sino también
del nivel de conciencia y de madurez psicológica del individuo.
La
conjunción, la cuadratura y la oposición por tránsito de Urano con el Neptuno
natal puede activar a este último planeta con una fuerza tal que nos veamos
abrumados por poderosos anhelos emocionales. También es probable que durante
estos tránsitos nos encontremos prisioneros de la necesidad de escapar de todo
lo que es aburrido, tosco y rutinario. Urano activa la compulsión neptuniana a
dejarse arrebatar por algo, ya sea por un amor intenso que nos transporta a las
cumbres mismas del éxtasis, por un brote súbito de sentimiento religioso o de
una filosofía nueva que promete abrirnos las puertas del cielo. Algunas
personas, durante este periodo, se sienten fascinadas por la magia y el ocultismo.
También aquí se necesita discriminación y sentido común para usar estos
tránsitos de la manera más constructiva posible.
Bajo la
influencia de los tránsitos Urano-Neptuno, algunas personas pueden volverse
hacia las drogas como medio de escapar de la vida ordinaria, o como una vía para tener
acceso a estados de conciencia superiores.
URANO-PLUTÓN
Los tránsitos Urano-Plutón significan fuerzas
sociales, económicas o políticas que afectan a nuestra vida y de las cuales no
podemos escapar. Podemos tratar de defendernos de los efectos de estos
tránsitos pero lo más probable es que no tengamos mucho éxito. Se produce
necesariamente algún tipo de cambio en nuestro status social y económico o en
nuestras creencias políticas, pero en general tienen que pasar varios años
antes de que admitamos sinceramente que en lo que tuvimos que experimentar en
aquel momento haya habido algo valioso o positivo.
En el
caso de la oposición y la cuadratura por tránsito, podemos tener la sensación
de que las fuerzas que provocan el cambio son externas, de que son personas que
conocemos o ideas con las que tropezamos lo que provoca la perturbación y
modifica el status quo.
Los
tránsitos Urano-Plutón pueden llevarnos al descubrimiento de tesoros escondidos
dentro de nosotros y a rescatar rasgos y recursos positivos inexpresados.
Los
tránsitos de Urano en aspecto con Plutón no sólo remueven modelos
inconscientes, heridas precoces y cólera, sino que a veces pueden manifestarse
en el cuerpo en forma de enfermedades. Una dolencia que hasta entonces se ha
mantenido oculta "bajo la superficie" puede manifestarse durante
estos tránsitos, o tal vez reaparezca una vieja enfermedad que no quedo completamente
curada. Aunque en primera instancia se trata de un hecho bastante desagradable,
hay que pensar que sólo se puede hacer algo por curar una enfermedad cuando
ésta se manifiesta. Durante este tránsito también podemos descubrir curas,
soluciones o remedios “inspirados” para alguna dolencia crónica.
Los
tránsitos Urano-Plutón pueden influir en nuestra expresión sexual y, si hemos
estado reprimiendo sentimientos o deseos, es posible que Urano excite en
nosotros pasiones cuya existencia jamás sospechamos. Quizá nos sintamos
abrumados por semejantes erupciones, y sin embargo, Urano no hace nada más que
revelar algo que hemos llevado siempre soterrado en nuestro interior.
Cada vez
que este planeta resulta activado por un tránsito, es probable que tengamos que
enfrentarnos de alguna forma a la muerte: quizá muera alguien que conocemos, o
tal vez tengamos una experiencia cercana a la muerte. Evidentemente, esta clase
de acontecimientos no son nada placenteros, pero pueden movernos a pensar con
más seriedad en el significado de la existencia y en qué es, precisamente, lo
que estamos haciendo con nuestra vida. Nos guste o no, cualquier tránsito
Urano-Plutón nos ofrece la oportunidad de profundizar en nosotros mismos. Al
aceptar el reto estaremos usando de la manera más constructiva estos tránsitos.