EL SILENCIO DE LA GENTE
El silencio que la gente
arranca dormida
llega hasta mí
como fría mudez de labios.
Hojas vencidas
de olvido
como noche de sacrificios,
donde algo de mí
sepultado queda.
Me arrojo a la vida.
Y el día, áspero, recoge
los trozos últimos
que encuentra.
Cristhian Rodríguez
ENSAYO DE NUESTRA MUERTE
Nadie
te ofrecerá ninguna recompensa
por permanecer
despierto
porque nadie es dueño del otro.
Mejor es seguir
apretando los ojos
con el aditivo de retardar
la ironía de la vida
y quedarnos en el hueco
de algún sueño.
En cada cerrar de ojos
nos desgastamos,
se degrada poco a poco
la existencia
donde la noche
se va quedando atascada,
sabiendo que dormir
es el ensayo de nuestra muerte,
sabiendo que Lázaro
se cansó de estar vivo
y otra vez
regresó a su sueño
para continuar con sus escombros.
Cristhian Rodríguez
EXISTEN NOMBRES
Existe un muro de gritos
que sacude como verdugo
a quien no quiere oír nada,
aún soñando con rocas e inviernos.
Gritos que rebotan en las paredes de las ciudades.
Existen sábanas que parecen disfrutar
mejor el amor que nosotros
y mirar cómo se agotan nuestros músculos.
Existen sabores de cigarros.
Mandíbulas apretando horizontes
de ceniza y humo.
Aposentos hediondos a vinagre.
Casas cuyas letrinas se convierten
en sepulcro de palabras;
silencios ardiendo en nuestra topografía.
Existen nombres incompletos
estirándose para ser un día nombrados,
pero nunca se nombran.
Cristhian Rodríguez
INDESCIFRABLE
A veces cuando estamos solos,
tu voz irrumpe en mis escombros
y quedo como un carcomido cielo falso
al interpretarte inexperto.
Incierto, con la palabra entre los dientes
te enumero sin que te des cuenta
y deseara que solo fuéramos dos,
porque no logro descifrarte en tres.
Cristhian Rodríguez
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