Espero que no
Un año después vuelvo a estar con la misma persona
en la misma ciudad
y con la misma magia en el ambiente.
Terminamos haciendo el amor
y qué difícil es, amigos, hacer el amor…
Y a la mañana siguiente nos volvemos a separar.
Espero que esta vez no sea igual.
Me siento vacío sin ella…
ya tuve esa sensación de abandono
y no me gusta la idea de volver a perder
a la princesa.
Recuerdo una frase
“…ellas ablandan a los hombres y luego los dejan
escuchando la lluvia”
a mí me dejó
además
como un marinero sin velas.
Enrique Gámez Clemente
Extracto
Tuve que ponerme pepino en los ojos
Una vez envié 14 poemas
para una revista.
«Caminante» o algo así.
Y la dirigía un tal Daniel Collado
o algo así.
El caso es que el tipo
se enfadó
porque le envié una cantidad superior
y eso se salía de la costumbre social.
Le expliqué por correo
que en las bases
no citaba nada de un número
máximo por persona
ni la forma de envío.
Me respondió ofendido
y ofuscado,
pues escribió
«boy» y «ademas»
sin querer remediar
aquellas faltas de respeto
hacia la escritura.
A mí me dolía la sesera
y me empezó a zumbar
la vista.
Le expuse de una forma muy elegante
que me alegraba
de que hubiera borrado mis obras
y no las tuviera en cuenta.
Mejor para ambos.
Además, ese tío
estaba demasiado alterado…
por semejante idiotez…
¿No se supone que la finalidad
de un certamen o concurso
es que haya una gran participación?
A saber si no triunfaba la revista…
Su cólera podría ser indomable…
Y me llegaría un correo
con tantas faltas gramaticales
y tan lleno de verdadero odio
que podría hacer
que no escribiese más.
Y entonces, el enojado
sería yo.
Y habría un cadáver
en 14 partes,
y ese no sería yo.
Enrique Gámez Clemente
Miedo
Me da miedo que no te gusten
mis ojos sombríos,
mi nariz torcida,
mi caja de dientes desaliñada,
mis caderas prominentes,
mis piernas arqueadas,
mi pelo yermo y oscurecido
de la melancólica trampa.
Y eso no es lo peor.
Me da miedo que no te guste mi “Yo”.
Mi espíritu.
Mi forma de ser contigo.
Los besos,
conversaciones innecesarias,
tener que aguantar pensamientos críticos,
ver lo que sobresale de mis entrañas…
Eso me da miedo.
Que no te guste la capa de dentro,
y me rechaces,
y te vayas…
No,
no quiero Moonlight
cuando la lluvia caiga.
Me da miedo,
mucho miedo
levantarme
y no verte
y que ni el sol
ni el amor
nazcan.
Enrique Gámez Clemente
Wine
A todos los dioses
si es que lee
alguno.
Vagos de cuarentena:
No os pido una vida eterna
pero otorgadme algo más de tiempo
con Nuria.
Dejadme conocerla...
Quiero verla sonreír
cuando me gasta una broma
y se le ocurre otra idea.
Quiero que se descojone.
Que se exprese, que sienta.
Las personas que nacieron
rotas
suelen ser
las más tiernas.
No pido demasiado...
Tan solo un pelín
de cuerda en el espacio-tiempo
para memorizarla
en mi libreta.
Y luego
al igual que todas las cosas
de la vida
que desaparezca.
Que forje su camino
entre la maleza.
Que su guía sea ella
y su cortometraje
una obra maestra.
Porque yo
no quiero bodas
ni cuentos con perdices
ni florituras
ni banquetes
ni retratos en el pasillo
ni descendencia.
No quiero una vida sana,
ni un salario elevado,
ni letras que pagar,
ni ir a comer los sábados
o los domingos
o ambos
con la familia y sus quejas...
No quiero grilletes,
ni sonidos de carcelario,
ni antidepresivos,
ni aumentos paulatinos en las facturas del agua,
ni gritos de guerra.
No os pido felicidad,
ni salud,
ni éxito,
ni siestas.
Jodedme con vuestras ocurrencias
mundanas.
Mandadme al culo
mil almorranas.
Mandadme a la boca
mil llagas.
Mandadme al corazón
mil descargas.
Mandadme al cerebro
mil balas.
Pero a Nuria
ni mirarla.
Os conozco.
No hay peor sentencia.
Enrique Gámez Clemente
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