Damasio de Frías

Soneto

   Mostróme un dedo amor blanco, y hermoso
por entre unas ventanas cierta tarde,
no sé si es de la mano por quien arde
mi alma noche y día sin reposo.

   Amor como es astuto y cauteloso,
cuando ve que me voy hace que aguarde,
mostrándome el traidor de tarde en tarde
un dedo, un ojo, un no sé qué gracioso.

   Y yo de muy hidalgo y comedido,
dándome amor un dedo, me contento
con sólo verlo, y quedo muy ufano.

   ¡Ay cuán mejor será ser atrevido!
que amor no quiere hidalgo encogimiento,
sino, si dan el dedo asir la mano.

Damasio de Frías



Soneto

   Rompe la niebla de una gruta oscura
un Monstruo lleno de culebras pardas,
y entre sangrientas puntas de alabardas
morir matando con furor procura.

   Mas de la oscura horrenda sepultura
salen rabiando bramadoras guardas,
de la noche, y Plutón hijas bastardas,
que le quitan la vida, y la locura.

   De este Vestigio nacen tres gigantes,
y de estos tres gigantes, Doralice,
y de esta Doralice nace un Vendo.

   Tú, mirón, que esto miras, no te espantes,
si no lo entiendes, que aunque yo lo hice,
así me ayude Dios, que o lo entiendo.

Damasio de Frías









No hay comentarios: