A la muerte de Lope de Vega
   Ya el mejor rayo de la luz de Apolo		
sintió del tiempo la fatal herida,		
y su frente de honores guarnecida		
ocupa muerta el negro Mausoleo.		
   Ya Manzanares, ya, sin Lope solo,
de su voz no verá favorecida		
la nieve entre esmeraldas derretida,		
imperiosa a las ondas de Pactolo.		
   Mas si murió de Lope el sacro bulto,		
hoy en la fama vivirá su nombre
glorioso al monte de la Musas culto.		
   Ninguna envidia su esplendor asombre,		
pues a este clima y al opuesto oculto		
falto de la Poesía el mayor hombre.
Diego de Fuentes Manrique
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