Soneto
   El Sol de entre celajes de su Oriente		
sube a dorar la cumbre, que le espera,		
del mediodía en turquesada esfera,		
peinando rayos su esplendor luciente.		
   Mar (¡o pensión que paga lo eminente!)
apenas el Laurel a su carrera		
debido ciñe, cuando con ligera		
caída le amenaza el Occidente.		
   Así mariana de Felipe Aurora		
apenas de él llegaba a coronarse,
cuando fatal peligro el daño apresta.		
   Mas por el Sol, y el Alba en vano llora		
el mundo pues los mira eternizarse,		
para dar Luz aquel, Luceros esta.
Domingo Fuente y Pardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario