A don Juan de Vera Tassis y Villarroel
¡Qué bien de nuestro Cisne idolatrado
robas al aire la esparcida suma
y qué dulce el acento de su pluma
permanece en la voz de tu cuidado!
Con su rayo del Sol arrebatado,
Prometeo excedido se presuma,
pues a Borcas le arrancas, vuelto espuma,
tato infuso esplendor, nuca inspirado.
Y aun resta el desafirme tu victoria,
que en la sondas de mi desasosiego,
o se inunda, o se abrasa lo que miro.
Pero no, que se inflama la memoria,
y al Volumen que en lágrimas anego,
sacaré cada letra de un suspiro.
Francisco Atayde y Sotomayor
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