A la muerte de Lope de Vega
   Ya del parnaso el monte generoso		
no tan fértil tributo al mundo ofrece,		
y a sus deidades turba, y enternece		
mirar ausente el hijo más glorioso.		
   La hermosa Vega, el fruto numeroso
marchito yace, a Ceres enmudece		
ver que si siembra flor, ya flor no crece,		
que sólo reina en brazos del reposo.		
   Felice solo tú, que de la fama		
toda la trompa es limitado aliento,
LOPE, LOPE, a tu nombre, a tanta gloria.		
   Poca voz todo el orbe que te llama,		
estrecha pira el ámbito del viento:		
o vive eterno, y vive a tu memoria.
Pedro Mesía de Tovar y Paz
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