Al doctor Juan Pérez Montalbán
Con silencio retórico venere
tu ingenio el Orbe, Montalbán dichoso,
que en siglo donde es breve lo glorioso
sólo es mayor el sabio cuando muere.
Ya sin recelo que su luz altere
vives eterno día misterioso,
no de veces de sombras achacoso,
no como el nuestro, que si alumbra hiere.
Ya entiendes con verdad, lo que dejaste,
indecente aun al ceño de tu olvido,
¡ah de cuántos dobleces te libraste!
Que si la vida no te hubiera sido
medio para alcanzar la que gozaste,
te durará el dolor de haber vivido.
Bartolomé Prado Bravo y Mendoza
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