A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán, ingenio y flor de los poetas de Madrid
La Vida sí, la Fama no, impedida
yace en sombras de luz más gloriosa
el que murió, el que vive, el que reposa
a la verdad, al tiempo, y a la vida.
De su ingenio la llama que encendida
ardió siempre con voz maravillosa,
no se libró de humana por famosa,
no se erigió mortal por aplaudida.
¡A del vivir escarmentado aviso,
o bien llorado del morir ejemplo!
Cumpliste con lo más para ser solo.
Abrevióse del Hado lo preciso
de tu Vulto será tu Fama Templo,
devoto admira, o Caminante a Apolo.
Domingo Álvarez
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