Lamento
De tan injusta culpa es justa pena,
y de tal deuda merecida paga,
a quien herir se deja, mortal llaga,
y a quien se entró en la cárcel, la cadena.
¿Qué fruto espera a quien sembró en la arena?
¿Qué bienes quien de tanto mal se paga?
Qué luz, quien de su sol la luz apaga?
¿Qué puerto, quien su nave al mar barrena?
Mas, ay, que en mis razones me condeno,
pues sigo tan a ciegas tal derrota,
y favor pido a quien mi mal no duda.
Yo soy el que camino tan sin freno,
herido, preso, ciego, en nave rota,
a vistas de quien puede y no me ayuda.
Martín de Roa
No hay comentarios:
Publicar un comentario