A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán
No se resiste vida de viviente,
a la furia fatal, que iras fulmina,
sino la asiste parte de Divina,
y así muere inmortal, el Eminente.
O tú héroe entre todos Excelente,
con sólo haberlo sido se adivina,
que no murió tu vida, siempre digna
de vida, en el aplauso de la gente.
Es tu vida cual luz de la candela,
que aunque el émulo soplo, al ser le impida
ya con otro que a nuevo ser la llama;
vuelve a dar luz la vigilante vela,
y cobra sí tu muerte nueva vida,
con el vital aliento de tu Fama.
Mateo de Prado
No hay comentarios:
Publicar un comentario