Soneto
¿Qué me case decís? Disimulad
que renuncie tan fiel proposición:
tengo, señora, entera la razón
e indómita la libre voluntad.
¿Qué es la mujer un puerto de piedad?
Ha tiempo que aprendí que todas son
un mar donde zozobra el corazón
y una playa de arena y soledad.
La dicha del amor y la virtud,
hermosa aspiración del alma fue
que halagó mi florida juventud.
Cuanto por ellas padecí, no sé;
sólo que vivo en mísera inquietud,
sumido en las ausencias de mi fe.
Juan Pérez de Guzmán
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