"... en la tierra de la Salvación, en el bosque de la Salvación, se alza una montaña solitaria, llamada Monte de la Salvación, que el rey Titurel hizo rodear con una muralla, construyendo en la cima un espléndido castillo que serviría como Templo del Grial; porque en aquel tiempo el Grial no estaba instalado en un sitio fijo, sino que flotaba invisible en aire."
Albrecht von Scharfenberg
Tomada del libro La maldición de los exploradores de Lorenzo Fernández Bueno, página 243
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