Amor
   ¿Preguntas que es amor, niña querida?		
Ya te lo han dicho en verso y aun en prosa		
que amor es la pintada mariposa		
que se quema en las llamas de la vida.		
   Que amor es una fuente, la escondida
de la que brota el agua misteriosa		
gloria y placer de nuestra edad dichosa		
cuna y sepulcro, encuentro y despedida.		
   Eso te han dicho el fraile y la beata		
pero tú que ya no eres nada lerda,
prepárate a dejar camisa y bata;		
   ¿ves ese trozo de robusta cuerda		
que en tus manos se yergue y se dilata?		
¡Eso es amor, y lo demás es mierda!
Felipe "Pichorra" Salazar
Desilusión
   Que bella está sobre el sofá dormida		
con su melena sobre el hombro suelta,		
dejando ver su pierna medio vuelta		
y al falda en su entorno recogida.		
   Tiene sobre los senos extendida
su grácil mano cual palmera esbelta		
y su ropa así, medio revuelta,		
enseña el surco que al placer convida.		
   Suspira tiernamente, más tan quedo,		
que escuchar el suspiro da trabajo,
y cual lejana música el remedo.		
   Estira luego el pie con desparpajo		
e indolente se le escapa un pedo.		
¡y toda mi ilusión se fue al carajo!
Felipe "Pichorra" Salazar
La cagada
   Después de haber sufrido cuatro días		
de un grave y doloroso estreñimiento		
voy al común y con placer me siento		
a echar las atrasadas porquerías.		
   ¡Qué agradable impresión y qué alegrías
en todo el intestino experimento		
cuando sale apretado el excremento		
en suaves y ventosas melodías!		
   El espíritu se ensancha presuroso		
el mojón muy despacio y apretado
va saliendo con gracia y artificio.		
   Y después de la brega, sudoroso,		
tomo el papel, lo doblo con cuidado		
y tranquilo me limpio el orificio.		
Felipe "Pichorra" Salazar
Un par de estrellados
   El último rubor quedó vencido,		
cayó su camisón color de rosa		
y ante su nívea desnudez de Diosa		
arrodílleme absorto y conmovido.		
   Besé todo su cuerpo sometido
a mi pasión insana y lujuriosa		
y empecé la tarea deliciosa		
de introducir el pájaro en su nido.		
   Cuando al fin, a la gloria transportados		
nos sentimos llegar, aquella hermosa,
palpitante de amor, henchida el alma,		
   tiróse un par de pedos tan tronados,		
que tuve que bajas con toda calma		
a recoger mis huevos estrellados.
Felipe "Pichorra" Salazar
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