El cólera
Hubo cólera morbo en Santa Eufemia,
lugar francés, y tanto miedo hacía,
que esperar en la ciencia se tenía
por inútil y estúpida blasfemia.
Resolvióse en levítica academia
que el cura un buen sermón predicaría,
porque este santo antídoto sería
bastante a la extinción de la epidemia.
Sube al púlpito el cura, y de sus galos
así alentar los ánimos procura:
-Si alguien teme morir, merece palos,
pues debe ser perversa criatura;
que ya no mata Dios más que a los malos
-Y acabóse el sermón, murióse el cura.
J. M. Villegas
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