José Antonio del Busto

"El trujillano (Pizarro) no se dejó ganar por la pasión, y desenvainando la espada avanzó con ella desnuda hasta sus hombres. Se detuvo frente a ellos, los miró a todos y, evitándose una arenga larga, se limitó a decir, al tiempo que, según posteriores testimonios, trazaba con el arma una raya sobre la arena: «Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro a Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere». Un silencio de muerte rubricó las palabras del héroe, pero pasados los primeros instantes de la duda, se sintió crujir la arena húmeda bajo los borceguíes y las alpargatas de los valientes que, en número de trece, pasaron la raya. Pizarro, cuando los vio cruzar la línea, no poco se alegró, dando gracias a Dios por ello, pues había sido servido de ponelles en corazón la quedada. Sus nombres han quedado en la historia."

José Antonio del Busto
Del libro La maldición de los exploradores de Lorenzo Fernández Bueno,página 260

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