Los celos
Cuando el amor, sonrisa de los cielos,
del hermano pensar se enseñorea,
lleva consigo, cual mortal presea,
de una vaga inquietud los desconsuelos.
La duda esparce sus sombríos velos,
de delirio tenaz presa es la idea
y de amor en que el cielo se recrea
sucede la tragedia de los celos.
Por ellos el de Rávena cegado
del vengador puñal hunde la hoja
de Francesca en el pecho enamorado.
Orlando, a cielo y tierra desafía,
y haciendo al mar gemir, Safo se arroja
de la roca de Léucade sombría.
José María Silva Jiménez de Enciso
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