Un soneto
Un soneto me pides, amor mío,
y a tu gentil mandato me someto...
Lo grande del amor y lo concreto
del arte de rimar han desafío.
¿Qué va a salir de él? Todo lo fío
a ese que de ti nace bien secreto,
que es aura, y es temblor, y es amuleto,
donde las Musas libarán rocío...
¡Catorce consonantes! Como espadas
van quebrando las rimas que deshojo,
con lentas y cortantes cuchilladas...
Si la empresa termino, ¿qué recojo?
¡Por un soneto un beso! ¡Están logradas
las dos razones en un mismo antojo!
Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña
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