Rosa de Trujillo Arredondo

Las uvas de la dicha

   Esperando las doce, enajenada,
desgranando las uvas con desvelo,
sueña la musa con el níveo velo,
evocando una imagen adorada...

   Y elevando ferviente la mirada
a la divina Emperatriz del Cielo,
ruega con fe por el amado anhelo
que aguarda el alma en el dolor templada.

   Con manto de zafir, entre las nubes,
surge María en medio de Querubes
por concepción de mágicos pinceles.

   ¡Y piensa ella feliz, que ya triunfante,
él llega ante su alcázar anhelante,
ofreciéndole mirtos y laureles...!

Rosa de Trujillo Arredondo



Los reyes magos

   Los niños bulliciosos colocan sonrientes
en lechos y balcones zapatos y cestillos,
y aguardan a los Magos que en chozas y castillos
ofrenden sus regalos a niños obedientes.

   Las madres amorosas esperan impacientes
el sueño de los ángeles devotos y sencillos,
y cuando ya se duermen, cual mansos corderillos,
en cestos y zapatos colocan los presentes.

   En tanto, silenciosas, las vírgenes ofrecen
cestillos de ilusiones que enfloran y feneces
al paso de los nobles Monarcas Orientales.

   ¡y sueñan desveladas con príncipes gallardos,
con madrigales tiernos de peregrinos bardos,
gemelos de sus almas, sedientas de ideales...!

Rosa de Trujillo Arredondo











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