Un día me propuse probar la tecnología que Robert Monroe
había creado para entrar en esos estados profundos de consciencia. Asistí a un
curso de entrenamiento del Instituto Monroe en España, impartido por Carol
Sabick. Tuve experiencias espirituales difíciles de narrar. Jamás había
encontrado nada tan absolutamente efectivo, impactante y fácil de usar. Con tan
solo unos meses de adiestramiento, primero en algunos cursos y luego de manera
particular en mi propio hogar, mi capacidad de entrar en estados profundos de
consciencia se incrementó de manera exponencial. Alcancé muchas e
interesantísimas experiencias cumbre. Pero si de algo me alegré, fue del
impacto que tuvo el entrenamiento cerebral facilitado por la tecnología
Hemi-Sync® sobre mis prácticas nocturnas. Gracias a ella, entre otras muchas
cosas, logré controlar los estados límites entre la vigilia y el sueño. Esta
condición es algo fundamental para la consecución de los sueños lúcidos, viajes
astrales y experiencias fuera del cuerpo. La efectividad de mis prácticas se
disparó.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 7
Con tan solo unos meses de adiestramiento, primero en
algunos cursos y luego de manera particular en mi propio hogar, mi capacidad de
entrar en estados profundos de consciencia se incrementó de manera exponencial.
Alcancé muchas e interesantísimas experiencias cumbre. Pero si de algo me
alegré, fue del impacto que tuvo el entrenamiento cerebral facilitado por la
tecnología Hemi-Sync® sobre mis prácticas nocturnas. Gracias a ella, entre
otras muchas cosas, logré controlar los estados límites entre la vigilia y el
sueño. Esta condición es algo fundamental para la consecución de los sueños
lúcidos, viajes astrales y experiencias fuera del cuerpo. La efectividad de mis
prácticas se disparó.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 18
Un día me propuse probar la tecnología que Robert Monroe
había creado para entrar en esos estados profundos de consciencia. Asistí a un
curso de entrenamiento del Instituto Monroe en España, impartido por Carol
Sabick. Tuve experiencias espirituales difíciles de narrar. Jamás había
encontrado nada tan absolutamente efectivo, impactante y fácil de usar. Con tan
solo unos meses de adiestramiento, primero en algunos cursos y luego de manera
particular en mi propio hogar, mi capacidad de entrar en estados profundos de
consciencia se incrementó de manera exponencial. Alcancé muchas e
interesantísimas experiencias cumbre. Pero si de algo me alegré, fue del
impacto que tuvo el entrenamiento cerebral facilitado por la tecnología
Hemi-Sync® sobre mis prácticas nocturnas. Gracias a ella, entre otras muchas
cosas, logré controlar los estados límites entre la vigilia y el sueño. Esta
condición es algo fundamental para la consecución de los sueños lúcidos, viajes
astrales y experiencias fuera del cuerpo. La efectividad de mis prácticas se
disparó.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 18
Actualmente soy formador en el Instituto Monroe y soy
miembro de su División Profesional, donde muchos investigadores (médicos,
psicólogos, ingenieros, físicos, matemáticos, filósofos, etc.) aúnan esfuerzos para
avanzar en el conocimiento de los procesos de la consciencia humana. Durante
años he tratado de compatibilizar mi carrera profesional como ingeniero de
telecomunicaciones en la empresa privada con mis responsabilidades en el
Instituto Monroe y como entrenador en el control de los sueños lúcidos. Esta
última vertiente de mi actividad, que constituye la gran pasión de mi vida,
motiva la publicación de este libro. El propósito es reunir en una obra
diferentes aspectos del fenómeno que llamamos sueño lúcido, viaje astral o
experiencia fuera del cuerpo3, desde una perspectiva aséptica. Es decir, libre
de patógenos y contaminación informativa que no provocan más que miedos
artificiales en potenciales viajeros oníricos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 19
Los sueños lúcidos son, sobre todo, personales. Transforman
a sus protagonistas, pero no iluminan al resto, ni siquiera a los más cercanos.
El cuento budista de la anciana y la aguja ilustra esto bellamente: la mujer
buscaba en la calle, frente a la puerta de su casa, una aguja que había
perdido. Los vecinos intentaron ayudarla, así que le preguntaron dónde había
extraviado el objeto. Ella respondió diciendo que había perdido la aguja en
algún lugar dentro de su casa. Sorprendidos, instaron a la anciana a que
examinara el interior de su hogar y no la calle. Ella replicó que «dentro de su
casa no había luz y que fuera de ella, sí». Es decir, de nada sirve buscar
donde no hay iluminación. Y únicamente puede haber iluminación dentro de uno
mismo.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 20
El fenómeno que ahora denominamos sueño lúcido está muy
presente en muchos de los acontecimientos relacionados con el fenómeno OVNI,
especialmente con los casos de abducciones y visitas de dormitorio.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 21
Me gustaría comenzar aclarando los principales conceptos.
¿En qué consiste un sueño lúcido? ¿Es lo mismo que un viaje astral o que una
experiencia fuera del cuerpo? ¿Es igual a la meditación? ¿Es peligroso?
En la actualidad, la información sobre los sueños lúcidos es muy abundante. Está disponible en internet y en numerosas obras escritas. A pesar de ello (o quizás como consecuencia), la confusión sobre el asunto es enorme. Hay controversia hasta en la manera de llamar a la experiencia. En efecto, tres son los términos empleados: sueños lúcidos, viajes (o proyecciones) astrales y experiencias fuera del cuerpo. Esto, para comenzar, no ayuda en nada a la clarificación del fenómeno.
El sueño lúcido es un episodio común. Se estima que más de
la mitad de la población mundial ha tenido, al menos una vez en la vida, un
sueño lúcido. Es cierto que hablamos de experiencias, en la mayoría de los
casos, involuntarias y aleatorias. Sin embargo, el hecho de que sea tan
frecuente nos permite decir que el sueño lúcido es una vivencia consustancial e
inherente a la naturaleza humana. No es patrimonio de un puñado de seres
iluminados situados en los escalones más altos de la evolución. Nos pertenece a
todos. Otro asunto es que, sin un compromiso serio, no seremos capaces de
controlar y reproducir la experiencia a voluntad. Por eso, dependerá del tesón de
la persona y también de la formación que haya recibido.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 23
El sueño lúcido es un episodio común. Se estima que más de
la mitad de la población mundial ha tenido, al menos una vez en la vida, un
sueño lúcido. Es cierto que hablamos de experiencias, en la mayoría de los
casos, involuntarias y aleatorias. Sin embargo, el hecho de que sea tan
frecuente nos permite decir que el sueño lúcido es una vivencia consustancial e
inherente a la naturaleza humana. No es patrimonio de un puñado de seres
iluminados situados en los escalones más altos de la evolución. Nos pertenece a
todos. Otro asunto es que, sin un compromiso serio, no seremos capaces de
controlar y reproducir la experiencia a voluntad. Por eso, dependerá del tesón
de la persona y también de la formación que haya recibido.
Muchos han pasado por estados modificados de consciencia. La certeza personal de lo que uno ha experimentado en ellos es ciertamente inviolable. Nadie desde el exterior debería entrar a valorar la importancia subjetiva de estos eventos íntimos, ni por supuesto el impacto producido sobre el protagonista. Otro asunto es clasificar estas experiencias en la categoría correcta. Estoy convencido de que la mayoría de las personas que creen haber tenido un sueño lúcido no intentan engañar a nadie. Sin embargo, el desconocimiento o la información errónea hacen que se clasifiquen estas experiencias dentro de una categoría totalmente incorrecta. El sueño lúcido no debería convertirse en un cajón desastre. No todo cabe dentro: estamos hablando de una de las experiencias más impactantes por las que puede pasar un ser humano. Precisamente por la relevancia que tiene y la huella que deja en la persona, el sueño lúcido controlado es algo único e imposible de olvidar.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 24
Muchos han pasado por estados modificados de consciencia. La
certeza personal de lo que uno ha experimentado en ellos es ciertamente
inviolable. Nadie desde el exterior debería entrar a valorar la importancia
subjetiva de estos eventos íntimos, ni por supuesto el impacto producido sobre
el protagonista. Otro asunto es clasificar estas experiencias en la categoría
correcta. Estoy convencido de que la mayoría de las personas que creen haber
tenido un sueño lúcido no intentan engañar a nadie. Sin embargo, el
desconocimiento o la información errónea hacen que se clasifiquen estas
experiencias dentro de una categoría totalmente incorrecta. El sueño lúcido no
debería convertirse en un cajón desastre. No todo cabe dentro: estamos hablando
de una de las experiencias más impactantes por las que puede pasar un ser
humano. Precisamente por la relevancia que tiene y la huella que deja en la
persona, el sueño lúcido controlado es algo único e imposible de olvidar.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 24
En primer lugar, un sueño lúcido no es ningún tipo de
visualización. A lo largo de mi trayectoria dedicada a la investigación y la
práctica de los estados de consciencia, he encontrado muchas personas que
relatan, sin darles importancia, sus habituales viajes por los «planos
astrales». Lo cuentan como si se tratase de una actividad cotidiana. Dicen
sentarse cómodamente en un sillón o tumbarse en una cama y, a los pocos
segundos, comienzan a imaginar que se encuentran en una localización alejada.
Poco después, consideran las imágenes, producidas por la misma voluntad de
tenerlas, como un cambio de realidad al que llaman «viaje astral» o incluso
«experiencia fuera del cuerpo». Es indudable la utilidad y la efectividad que
la visualización tiene para muchas disciplinas del desarrollo personal; además
constituye, precisamente, un paso necesario para la práctica del sueño lúcido.
Pero una visualización no es un viaje astral o un sueño lúcido.
En primer lugar, un sueño lúcido no es ningún tipo de
visualización. A lo largo de mi trayectoria dedicada a la investigación y la
práctica de los estados de consciencia, he encontrado muchas personas que
relatan, sin darles importancia, sus habituales viajes por los «planos
astrales». Lo cuentan como si se tratase de una actividad cotidiana. Dicen
sentarse cómodamente en un sillón o tumbarse en una cama y, a los pocos
segundos, comienzan a imaginar que se encuentran en una localización alejada.
Poco después, consideran las imágenes, producidas por la misma voluntad de
tenerlas, como un cambio de realidad al que llaman «viaje astral» o incluso
«experiencia fuera del cuerpo». Es indudable la utilidad y la efectividad que
la visualización tiene para muchas disciplinas del desarrollo personal; además
constituye, precisamente, un paso necesario para la práctica del sueño lúcido.
Pero una visualización no es un viaje astral o un sueño lúcido.
Tenemos que ser rigurosos y reconocer que estas experiencias
de la consciencia corresponden más bien al concepto de phasing. Dicho término,
acuñado por Robert Monroe, puede traducirse como «cambiar de fase». Ya he
explicado que este hombre adelantado a su tiempo fundó el Instituto Monroe, que
continúa actualmente investigando los procesos de consciencia. Monroe llegó a
la conclusión de que todos tenemos la habilidad natural para dirigir nuestra
mente hacia otras dimensiones del ser desde un estado de meditación muy
profunda. Sin embargo, repito: a pesar de la enorme trascendencia que estos
viajes en estados meditativos tienen para el ser humano, no son una experiencia
fuera del cuerpo, ni un viaje astral, ni un sueño lúcido.
Los sueños vívidos también son confundidos a menudo con los
sueños lúcidos. El ser humano pasa durmiendo al menos un tercio de su vida. En
el pasado, los sueños eran enormemente importantes, tanto a nivel individual
como para la comunidad. Los sueños formaban parte habitual del mundo de la
vigilia y, a su vez, la vigilia quedaba muy cerca de los sueños. Su estudio,
especialmente desde la publicación de los trabajos del psiquiatra Carl Gustav
Jung, ha demostrado ser uno de los caminos más efectivos para la exploración
del subconsciente humano6. Sin embargo, durante los sueños ordinarios, aunque
estos sean muy reales y claros, no tenemos control de la realidad circundante,
al contrario de lo que ocurre durante los sueños lúcidos. Por tanto, soñar
tampoco es un sueño lúcido, una proyección astral o una experiencia fuera del
cuerpo.
En resumen, todas las experiencias anteriores
(visualización, trance, meditación, phasing, sueños) no son equivalentes a un
sueño lúcido. ¿Por qué? La razón es muy sencilla: ninguna de ellas provoca un
cambio radical de la realidad percibida.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 25-26
¿De qué fenómeno concreto estamos hablando entonces cuando
hablamos de un sueño lúcido? Según la psicología, se produce cuando «la persona
despierta o se hace consciente en su propio sueño y, a continuación, comienza a
controlarlo». Pero esta descripción académica no convence a todos. Incluso a
los psicólogos que, además de estudiar el fenómeno, se han tomado la molestia
de practicarlos. Personalmente, a mí me parece una descripción parcialmente
válida. Para empezar, creo que es un error el uso de la palabra sueño dentro de
la definición, aunque esta figure en el propio nombre de la experiencia. Aunque
veremos después que es innegable su relación con los ciclos nocturnos, cuando
un sueño pasa a ser lúcido, ¡deja de ser un sueño! Por eso, la definición
anterior es una explicación circular. Y, por tanto, oscura. En cuanto a la
segunda parte de la definición, creo que la capacidad volitiva que muestra la
mente durante un sueño lúcido no puede definirse nunca como control. El soñador
no dirige la acción onírica en su totalidad. Verdaderamente, el sujeto cree que
lo hace, pero con el tiempo se da cuenta de que hay una capa de pensamiento por
encima de él que escapa a su gobierno. En realidad, el soñador lúcido trata de
navegar por la corriente de sucesos hasta que el sueño lúcido finaliza. No
tiene un control férreo. El hecho de poder manipular algunos de los elementos
del entorno, solo denota cierto grado de dominio aparente.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 26
Lo mejor es definir un sueño lúcido como «un cambio radical
y total de la realidad percibida».
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 27
Un sueño lúcido es el evento experimentado por una persona
que, bien tras practicar una metodología específica, o bien como consecuencia
de un suceso traumático, deja de percibir la realidad física de vigilia para
pasar a experimentar un mundo alternativo que se percibe tan real como el mundo
del que procede.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 27
Dos son las condiciones que deben confluir simultáneamente
en la experiencia para que podamos clasificarla como un sueño lúcido:
1 - La realidad alternativa a la que el sujeto se traslada,
a la que llamaremos realidad B, es percibida como un entorno totalmente físico,
con la misma calidad y autenticidad que la vida de vigilia, a la que me
referiré como realidad A. Esto no quiere decir que la realidad B esté sujeta
exactamente a las mismas leyes que la realidad A. Significa que el individuo
vive y percibe dicha realidad B alternativa de la misma manera que la realidad
de la vida cotidiana. De hecho, podríamos decir que el entorno percibido en un
sueño lúcido es un entorno físico «hiperreal». Es decir, el sentido de la vista
y el resto de los sentidos físicos en un sueño lúcido funcionan con la misma o
con mayor definición que los correspondientes sentidos físicos de la vigilia.
2 - La persona, cuando pasa a la realidad B, no pierde consciencia
de su propia identidad y no olvida su historia personal ni sus recuerdos. Es
decir, el traslado desde la realidad A hasta la realidad B conlleva la
continuidad de la personalidad del individuo y la continuidad temporal. El
sujeto recuerda perfectamente cómo se llama, cuál es su profesión y dónde
reside en el mundo físico. Sabe que poco antes estaba en su cama y que ahora se
encuentra en otro escenario igualmente físico. Recuerda todo lo ocurrido, sin
perder un ápice la trazabilidad de su propia persona. El paso de la realidad A
(física) hacia la realidad B (sueño lúcido) es comparable al desplazamiento
cotidiano que hace uno, en la realidad de vigilia de un día cualquiera, cuando
atraviesa la puerta de su cocina, recorre el pasillo y entra en el salón.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 27
Cualquier persona que haya tenido más de un sueño lúcido
confirmará que no encuentra diferencias entre cualquier momento presente de su
existencia física y otro instante sucedido dentro de una de sus experiencias
oníricas lúcidas. De hecho, la mayoría de los soñadores lúcidos veteranos
afirman sentirse más despiertos, vivos y auténticos cuando están en la realidad
B que cuando están «despiertos» en la realidad física de vigilia.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 28
Con estas premisas, es fácil determinar si uno mismo ha
experimentado un sueño lúcido o no. Solo hay que hacerse estas tres preguntas y
valorar las respuestas de manera sincera:
Durante la experiencia, ¿he sido plenamente consciente de
haber viajado desde mi realidad de vigilia hasta una segunda realidad
alternativa?
Esta realidad alternativa, ¿fue percibida exactamente con la
misma calidad o incluso con una calidad superior (hiperrealidad) con la que
funciona la percepción durante mi vida de vigilia?
Mientras permanecía en esa realidad alternativa, ¿conservaba
toda mi identidad y todos mis recuerdos?
Si al formularse estas preguntas, la persona duda en alguna
de ellas o su respuesta es «no», puede estar segura de que su experiencia NO
fue un sueño lúcido, ni una experiencia fuera del cuerpo, ni un viaje astral.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 29
En un sueño lúcido, por el contrario, la experiencia es
equivalente a la de la vida de vigilia debido a que sus recuerdos son
fácilmente conservados en un orden apropiado.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 31
Las ondas cerebrales Theta son las responsables de la
creatividad. Durante el periodo de tiempo en que las producimos, nos inunda un
torrente de ideas y se activa la intuición. Habitualmente obtenemos
informaciones desordenadas y todo tipo de imágenes aleatorias. Por eso, el de
duermevela es un momento mágico para obtener ayuda, para la resolución de
problemas o para acometer cualquier tarea creativa. El inventor Thomas Alva
Edison, padre del fonógrafo y de la bombilla incandescente, utilizó la fase
hipnagógica para urdir nuevos proyectos. Se quedaba dormido sentado con un
objeto de metal en la mano; debajo colocaba un recipiente también de metal, de
manera que cuando llegaba la fase hipnagógica, la mano se relajaba y dejaba
caer el objeto. El ruido provocado por el choque lo despertaba con la solución
al problema en la pantalla de su mente. Un procedimiento similar era utilizado
por Salvador Dalí, que completaba sus geniales obras artísticas con imágenes
procedentes de las profundidades del subconsciente.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 32
Lo que pocas personas saben es que la fase hipnagógica es
una puerta para acceder a diferentes estados de consciencia. Por ejemplo, es una
excelente pasarela hacia los estados de trance, estados meditativos o estados
de profunda relajación. Algunos meditadores sacan ventaja de este periodo para
parar el diálogo interno.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 33
Solo tenemos que hacer un sencillo cálculo para descubrir
que, comparativamente con el resto de las especies animales, los humanos somos
seres vivos especialmente soñadores. Dormimos una media de 8 horas diarias. En
la edad adulta permanecemos 2 horas en fase REM y, por tanto, soñando. Esas 2
horas suponen unos 30 días cada año. Es decir, de cada 365 días del año, 30
días no estamos en vigilia ni tampoco dormidos, sino soñando. Esto es casi un 9
% de todas nuestras experiencias vitales. ¿No deberíamos entonces dar más
importancia al mundo onírico?
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 36
Los sueños lúcidos, las experiencias fuera del cuerpo y las
proyecciones astrales tienen lugar dentro de las fases REM de los ciclos del
sueño.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 36
Dado que el reposo nocturno tiene lugar durante las fases
NREM y no en las fases REM, los soñadores lúcidos que lo hacen bien no ven
perjudicado su descanso habitual.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 3
¿En qué consiste, en general, el proceso que conduce a la
experiencia fuera del cuerpo o al sueño lúcido? En todos los casos, el sujeto
se dirige hacia el sueño ordinario apagando poco a poco sus sentidos físicos.
En un momento dado, entra en sueño profundo. Diríamos que en ese instante la
parte autónoma de su mente toma el control del ser. Ya que los sentidos han
sido desconectados, la percepción de la realidad exterior desaparece. Es decir,
el individuo se queda «sin mundo». Al llegar a la fase REM, el sujeto adquiere
cierta lucidez, suficiente para producir los sueños ordinarios, pero no tanto
como para que la mente consciente recupere las riendas. De esta manera, queda
sumido en una selva de impresiones que proceden del subconsciente.
Las técnicas que aplicamos los soñadores lúcidos van en la dirección de aportar, de alguna manera, un impulso adicional de lucidez justamente durante una de las fases REM, pero evitando despertar de manera completa. Si lo logramos, la mente consciente reconquista parte del control sobre el sistema. Pero encuentra que la realidad ya no existe a efectos perceptivos, porque fue desmontada como consecuencia de la desconexión de los sentidos. La mente consciente no sabe vivir sin un mundo en el que desarrollarse: necesita un universo para justificar su presencia. Así que, por medio de un mecanismo automático que aún no comprendemos bien, la mente consciente construye de nuevo un mundo nuevo para su esparcimiento. En ese momento, ya tenemos un sueño lúcido, una experiencia fuera del cuerpo o viaje astral.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 37
En realidad, no me estoy refiriendo a dos escuelas formales,
en el sentido literal de la palabra. Más bien apunto a dos maneras de hacer.
En primer lugar, un porcentaje de las personas que
practican, intentan despertar dentro de un sueño. Esto se logra aplicando
determinadas técnicas durante el día, no durante la noche. Además, es necesario
realizarlas de manera constante a lo largo de muchos meses o años. El objetivo
es entrenar la mente para que sea capaz de reconocer que la persona está soñando
cuando así ocurra. Uno de los procedimientos es preguntarse a uno mismo,
periódicamente, si se está soñando o no. Otras técnicas pretenden crear el
hábito de encontrar objetos concretos en la vida de vigilia para luego
percibirlos dentro del sueño. La variedad de técnicas es enorme, pero todas
ellas tienen la misma base. Después de un duro y prolongado adiestramiento, a
veces se tiene éxito. El sujeto, una noche cualquiera, entra en una de las
fases REM y comienza a soñar normalmente. Al poco tiempo y sin esperarlo, algo
le dice que está soñando. Al darse cuenta de esta circunstancia, la mente
consciente toma el control del mundo onírico. Este se convierte en una nueva
realidad que es percibida como física. En cuanto a su descripción, esta
realidad quedará conformada por el escenario del sueño que el individuo estaba
disfrutando previamente. Si se tiene la experiencia suficiente y se aplican las
técnicas correctas, una vez lograda la lucidez, el sueño queda estabilizado y
deja de ser un sueño. Esta escuela, en la que los practicantes despiertan
dentro del sueño cotidiano durante una de las fases REM es la que ha sido más
estudiada por la psicología desde los años sesenta del siglo pasado. Fue
precisamente cuando se comenzó a popularizar el término sueño lúcido para
referirse al fenómeno. Porque si se practican las técnicas que esta primera
escuela propugna, la experiencia es justamente eso: un sueño en el que la
persona se hace lúcida. Es decir, un sueño en el que uno sabe que está soñando.
Sin embargo, como digo, el destino final no es un sueño. Es
siempre la construcción de una nueva realidad que se percibe igual de física
que la realidad de vigilia. Esto es exactamente lo mismo que se alcanza
practicando las técnicas de la segunda escuela. Esta incluye a otro porcentaje
importante de practicantes que prefieren un método más complejo, pero más
sostenible en el tiempo y de mayor efectividad. En esta modalidad, la persona
trata de alcanzar la fase REM sin perder totalmente el control de la mente
consciente. A diferencia de la primera escuela, aquí no es necesario realizar
ningún tipo de tarea repetitiva durante la vigilia para producir el impulso
adicional de lucidez. Se trata de conciliar el sueño sin perder totalmente el
control consciente. Las técnicas para lograrlo son también muy variadas, pero
todas parten de la misma idea: engañar al propio cuerpo para que se quede
dormido mientras la mente permanece ligeramente alerta.
Esto no es una tarea fácil. Durante una noche normal, cuando
iniciamos los ciclos del sueño, el cuerpo examina continuamente a la mente para
comprobar si esta ya se ha dormido. El cuerpo envía molestas señales a la mente
que lo van avisando del estado general del sistema. Cuando la mente deja de
responder a las demandas del cuerpo, significa que esta se ha dormido; el
cuerpo, entonces, se da permiso para seguir el mismo camino. La clave para
dormir conscientemente y provocar la experiencia del sueño lúcido es invertir
este proceso. Es evidente que se requieren técnicas concretas para hacer creer
erróneamente al cuerpo que la mente ya «se ha marchado a dormir». Cuando esto
se consigue, después de muchos minutos de práctica, el cuerpo desconecta los
sentidos físicos y la realidad de vigilia se derrumba. Debido a que la mente ha
logrado permanecer despierta, se topa de bruces con un estado en el que no hay
ningún mundo en el que desenvolverse. Entonces, como ocurre en la primera
escuela, la consciencia construye una realidad nueva. Esta también es percibida
con la misma calidad perceptual que la vigilia física. La experiencia generada
es, de nuevo, un sueño lúcido, ya que aquí la persona también entra en un sueño
ordinario, aunque sea brevemente. El practicante no lo nota, pero durante
segundos o décimas de segundo cae en una realidad onírica no lucida. Lo que
sucede es que ese instante es tan fugaz que no da tiempo a que se forme un
sueño ordinario concreto. ¿Qué escenarios se encuentran aquí los practicantes?
Depende de la duración del proceso para engañar al cuerpo, es decir, de la duración
de la técnica. Si la persona practica el dormir consciente y el proceso es
largo, es muy probable que pase por una experiencia fuera del cuerpo o
proyección astral. Es decir, tendrá la sensación de despegar de su cuerpo
físico o de flotar en un segundo cuerpo. Y esto sucederá seguramente en un
escenario que es una copia casi perfecta del dormitorio. En este caso, ¿podemos
afirmar que está teniendo lugar un verdadero desdoblamiento? La opinión de
muchos investigadores modernos es que se trata de una visión temporal. La
famosa salida de un cuerpo sutil desde el cuerpo físico estaría causada por el
apagado «gradual» de los sentidos. Mantener el esfuerzo para controlar la
entrada en el sueño de manera consciente durante mucho tiempo hace que la mente
se convierta en espectadora de un proceso que no contempla en condiciones
normales. Ello provocaría la aparición de algunos fenómenos alucinatorios que
conforman la llamada fase de transición: proyección de un segundo cuerpo,
flotabilidad, ruidos ensordecedores, luces, etc. Este asunto será tratado más
adelante. Sin embargo, existen determinadas técnicas dentro de esta segunda
escuela que permiten acortar los tiempos del procedimiento. Gracias a ellas, la
desconexión de los sentidos es más rápida, lo que elimina la fase de transición
y sus fenómenos alucinatorios. Los practicantes no tienen, en ese caso, ninguna
experiencia de desdoblamiento, pero terminan en el mismo lugar.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 39
El término experiencia fuera del cuerpo ha sido empleado
especialmente por los investigadores del siglo XX. Uno de sus más destacados
representantes es Robert Monroe, fundador del Instituto Monroe y autor de tres
libros sobre el tema. Monroe definió el fenómeno como «una experiencia donde te
encuentras a ti mismo fuera de tu cuerpo físico, totalmente consciente y capaz
de percibir y actuar como si estuvieras funcionando físicamente».
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 42
Por otro lado, las expresiones proyección astral y viaje
astral hacen referencia a las dimensiones sutiles de las doctrinas pitagóricas.
Estos dos términos, referidos a los viajes de la consciencia, fueron
popularizados en el siglo XIX por la teosofía. Su fundadora, la rusa H. P.
Blavatsky, creó una doctrina filosófico-esotérica como síntesis de ideas de las
distintas corrientes espirituales de Oriente y Occidente: budismo, cristianismo
gnóstico, hinduismo, cábala y otros tantos. También incluyó adaptaciones de
premisas de la ciencia de su tiempo.11 Los cercanos descubrimientos sobre la
espiritualidad del Antiguo Egipto que estaban haciéndose públicos en aquella
época inspiraron también a los padres de la doctrina teosófica. Esta es una de
las posibles razones para que esta disciplina fuese calificada como un fenómeno
astral. En efecto, en la vieja religión egipcia, el alma de los faraones (y
posteriormente de todos aquellos que hubieran preparado correctamente su
funeral y enterramiento) viajaba tras la muerte hacia las estrellas. Allí, en
las regiones remotas del cosmos, le esperaba una segunda vida en compañía de
los inmortales. La energía espiritual de sus dioses quedaba reflejada en
determinados astros. Por ejemplo, Ra se manifestaba como el sol, Osiris se
manifestaba como la constelación de Orión e Isis como la estrella Sirio de la
constelación del Can Mayor.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 43
Mi conclusión, por tanto, es que todas las experiencias son
un sueño lúcido; y que, por tanto, la experiencia fuera del cuerpo y el viaje
astral son un subtipo más de sueño lúcido en el que uno tiene la experiencia
particular de ver un segundo cuerpo yaciente sobre la cama.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 47
En efecto, el término sueño lúcido hace solo referencia a la
experiencia de cambio de realidad que comienza con el despertar dentro del
propio sueño ordinario; este suceso ocurre muchas veces sin ningún tipo de
intencionalidad por parte del protagonista. Sin embargo, la experiencia fuera
del cuerpo, que es un cambio radical de realidad que se inicia con un
desdoblamiento, ocurre cuando uno practica técnicas para entrar conscientemente
en el sueño. Es decir, en la mayoría de los casos (no en todos), la experiencia
fuera del cuerpo o viaje astral necesitan la aplicación voluntaria de un método
concreto. Por eso, la incidencia de este fenómeno es mucho menor que la del
sueño lúcido, porque requiere de intencionalidad. Por tanto, es mucho más
probable que se produzca un sueño lúcido de manera involuntaria y espontánea
que una experiencia fuera del cuerpo. Eso no significa que sean fenómenos
distintos.
… también se mencionan casos muy concretos registrados en
antiguos libros sobre el asunto que parecen encajar mal con los ciclos del
sueño. Se trata de experiencias de desdoblamiento que sucedieron tras un
accidente repentino, un trauma físico, una enfermedad, un estado de coma, el
consumo de substancias psicoactivas o el uso de anestesia médica. Es difícil
analizar estas historias, ya que solo disponemos de pequeños relatos que nos
impiden sacar conclusiones serias. ¿Fueron también sueños lúcidos? Es muy
posible. No podemos descartar que el cerebro pueda generar forzadamente un
patrón de ondas cerebrales similar a la fase REM sin necesidad de pasar por los
ciclos del sueño. En el caso de la anestesia, por ejemplo, muchos sujetos
informan de extraños y vívidos sueños. Todos estos casos requerirían una
investigación científica aún más profunda.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 48
En definitiva, la postura actual más generalizada es que la
proyección astral, la experiencia fuera del cuerpo y el sueño lúcido no son
sino una misma experiencia. Pero, además de todos los argumentos precedentes y
los testimonios de miles de soñadores lúcidos expertos, dejemos hablar
precisamente a uno de los más importantes investigadores de la proyección
astral: Sylvan Muldoon. Creo, sinceramente, que su libro La proyección del
cuerpo astral13 ha sido parcialmente malinterpretado. O mal comprendido. Esta
obra explora todos los mecanismos internos que el autor encontró relacionados
con el fenómeno de la proyección astral. En buena parte, Muldoon sigue los
principios de la teosofía, pero en muchas ocasiones los contradice por
considerar que tienen poco que ver con la práctica real. En uno de los
capítulos afirma de manera clara y directa que despertar dentro de tu propio
sueño ordinario y poder controlarlo, «es uno de los medios que conducen a la
proyección del cuerpo astral». ¡Esa es la definición exacta de un sueño lúcido!
Así que también está afirmando que la experiencia es una sola, pero que hay técnicas
diferentes para llegar al mismo punto. Lo interesante es que esta obra está
considerada como todo un referente para los practicantes del viaje astral,
muchos de los cuales aún niegan la equivalencia entre esta práctica y el sueño
lúcido.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 49
después de todos estos años de práctica, considero que el
fenómeno, en cualquiera de sus acepciones, puede definirse «simplemente» como
un cambio radical de realidad. La consciencia humana es, en mi opinión, una
máquina sintonizadora de realidades. O si se quiere, es un dispositivo
perceptor. Adaptando la famosa sentencia del filósofo y matemático Descartes
«pienso, luego existo», yo diría que «percibo, luego existo». Según la consciencia
decida percibir y pensar, así será la realidad en la que vivimos.
Quizás la clave de todo está precisamente en el proceso del
pensamiento: el sueño lúcido es un estado en el que la persona sabe que está
pensando. Cualquier practicante conoce que la experiencia de saber que está
soñando no es idéntica al proceso cognitivo habitual de la vigilia. Es decir,
no se trata de un mero saber que uno está soñando. La experiencia va muchísimo
más allá del pensamiento ordinario, ya que el sujeto se sabe soñador y soñado a
la vez. Esta es una circunstancia terriblemente compleja y desafiante para la
razón.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 52
En una de sus publicaciones (de Alan Moffitt y Tracy Kahan)
redefinen el proceso cognitivo del sueño lúcido como un proceso
«metacognitivo». Esto significa que los sujetos que son capaces de actuar con
lucidez dentro de sus sueños son capaces de pensar que están pensando. Puedo
certificarlo. Veamos: en la realidad de vigilia, sabes que estás en la realidad
de vigilia. Sin embargo, en un sueño ordinario no sabes que estás en un sueño.
Es decir, en la vigilia funcionas en un estadio superior de cognición al del
sueño ordinario. ¿Y qué ocurre en un sueño lúcido? En un sueño lúcido sabes que
estás en un sueño; hasta aquí todo parece comparable a la vigilia. Pero,
atención: en un sueño lúcido, además de saber que estás soñando, sabes que lo
sabes. Esto se llama «metacognición». ¿Cómo puede explicarse este extraño proceso?
Mientras estamos despiertos en la realidad cotidiana, los pensamientos preceden
a las acciones, pero no hay un evento previo al pensamiento. Sin embargo,
cuando estás en un sueño lúcido ocurre algo difícil de describir. El soñador
lúcido tiene la experiencia de pensar que está pensando y luego actúa. Accede,
por tanto, a un nivel cognitivo situado por encima del propio pensamiento.
Reconozco que es algo complejo de entender, en especial para las personas que
nunca lo han experimentado.
Con el tiempo, poder constatar por uno mismo este estado de metacognición ha llevado a muchos onironautas a plantearse si el sueño lúcido es un estado de consciencia superior a la vigilia. Mi experiencia me dice que sí. Esto, evidentemente, te cambia la perspectiva sobre la naturaleza de la realidad. En efecto, si organizamos los tres estados en los vértices de un triángulo equilátero, el sueño lúcido debería estar en la cúspide, porque es donde el ser humano disfruta del mayor grado de lucidez y de control sobre el entorno. Los vértices inferiores estarían ocupados por el sueño ordinario y por la vigilia. Creo que el origen de todo está localizado, por tanto, en el estado onírico consciente. De esta manera, cuando un sueño lúcido finaliza, en realidad no estamos despertando, sino que nos estamos durmiendo. Y, por eso, acabamos en el estado de vigilia. Después, cuando llega la noche, decimos que nos disponemos a realizar algo que denominamos dormir. ¡Pero no es cierto, porque ya estábamos durmiendo! Así que, en verdad, lo que hacemos durante la vigilia es dormir aún más profundamente o, si se quiere, soñar dentro de otro sueño.
Si las personas pueden aprender a despertar dentro de un sueño corriente para convertirlo en un sueño lúcido, aplicando determinadas técnicas, sería lógico pensar que deben existir técnicas equivalentes que nos permitan despertar dentro de la vigilia. Eso convertiría nuestro mundo cotidiano en un sueño lúcido; al fin y al cabo, hemos dicho que la vigilia es otro sueño. Esto mismo es lo que ciertas religiones y filosofías, como el budismo, llaman la experiencia del despertar. ¿Es el yo del sueño lúcido el que sueña al yo de la vigilia? ¿O es el yo de la vigilia el que sueña al yo del sueño lúcido? ¿Quién sueña a quién? Aquí está la clave.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 52
Roger Ivar Lohmann, profesor de Antropología de la
Universidad de Trent (Ontario, Canadá), cree que los sueños lúcidos son una
anomalía biológica. Considera que su presencia es inexplicable y que el
fenómeno en sí mismo es un misterio. Los sueños lúcidos no deberían estar ahí,
a disposición de una especie como la nuestra. Pero la realidad es que existen y
que llevan siendo practicados por la especie humana desde hace milenios. Este
fenómeno y todos los fenómenos secundarios que lo rodean son sucesos totalmente
naturales.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 56
En resumen, alrededor de un 50 % de la población mundial ha
experimentado un sueño lúcido al menos una vez en la vida. Filtrando por
edades, este porcentaje ascendería hasta un 80 % en las personas jóvenes. El
sueño lúcido es, por tanto, un fenómeno habitual.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 57
La frecuencia y la tipología de los efectos secundarios
asociados a los sueños lúcidos dependen mucho de la clase de técnicas
empleadas. Como ya vimos, las prácticas dirigidas a despertar dentro de un
sueño ordinario producen muy pocos o nulos efectos colaterales. En estos casos,
la transición desde la realidad de vigilia hasta la realidad alternativa es
siempre suave y sin consecuencias. El individuo, mientras está disfrutando de
su sueño, se hace consciente de su situación. En ese momento, si el soñador
aplica correctamente las técnicas de estabilización, logrará que el nuevo mundo
adquiera un carácter físico. Por lo demás, pocos sobresaltos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 57
Por contra, en la otra escuela, donde se persigue la
aproximación al sueño sin perder el control de la mente consciente, la práctica
puede estar repleta de incidencias. Si el proceso de entrada es lento, la
persona suele sufrir extraños fenómenos, aunque son siempre pasajeros. En
ocasiones, este periodo es denominado la fase de transición. Si la persona que
está practicando es capaz de vencer su miedo y permanece emocionalmente
estable, el proceso avanza sin problemas y en pocos segundos el sueño lúcido
comienza. Por ello, recomiendo aceptar con antelación la posibilidad de que
estos fenómenos puedan llegar a ocurrir. Tenerlo presente ayuda a eliminar el
miedo a la práctica. Además, también aconsejo cuidar el estado anímico previo,
pues un cuadro negativo puede incrementar el número y la intensidad de estos
fenómenos alucinatorios. La lista de eventos posibles es casi infinita, pero
estos son los más frecuentes
• Ruidos, zumbidos, explosiones, golpes, campanillas,
timbres, música.
• Voces que llaman al individuo por su nombre, a veces susurrando, a veces gritando.
• Vibraciones.
• Rigidez muscular.
• Flotación sobre la cama.
• Luces, colores intensos.
• Desdoblamiento parcial de un cuerpo sutil desde el cuerpo físico.
• Sensación de que la cama se hunde bajo la presión de alguien que se sienta o camina sobre ella.
• Presencia de seres en el dormitorio.
Estos fenómenos, a veces terroríficos, son la causa
principal de que muchos abandonen la práctica para siempre. La mayoría de los investigadores
actuales consideramos que estos sucesos tienen un origen alucinatorio. Parece
que están estrechamente relacionados con la fase hipnagógica o con la fase
hipnopómpica ya descritas anteriormente.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 58
Al principio de mi trayectoria experimentaba con frecuencia
la fase de transición. A veces sentía que alguien trepaba a mi cama y se
paseaba por el colchón hundiendo sus piernas o sus patas. No podía verlo, pero
era absolutamente real. En las primeras experiencias estuve convencido de que
mi gatita era la responsable. Pero cuando empecé a entrenar con la puerta
cerrada, asumí que mi compañera era inocente. Igualmente he sido testigo de la
aparición de entidades extrañas a los pies de la cama. A veces era un solo ser,
habitualmente un monje con hábito negro que ocultaba su rostro dentro de la
capucha. Sentía que me observaba atentamente, pero sin interactuar, como
esperando que yo me levantara para seguirlo. En ocasiones intentó ayudarme
cogiéndome fuertemente del brazo para que me incorporara. Otras noches, grupos
enteros de personas aparecían en mi dormitorio y me animaban para que me
desdoblara de mi cuerpo físico. Tengo que reconocer que para este tipo de fenómenos
no tengo aún una explicación consecuente. También experimenté vibraciones y
escuché ruidos ensordecedores, explosiones, gritos o incluso música. Muchas
veces el miedo me paralizaba y tenía que abortar la práctica. Con el tiempo, y
gracias al perfeccionamiento de las técnicas, estos efectos han ido
desapareciendo. Las salidas han sido cada vez más y más suaves y, sobre todo,
más rápidas. En la actualidad apenas sufro fenómenos secundarios. Esto me
confirma que no son parte sustancial de la práctica de los sueños lúcidos, sino
que tienen que ver más bien con el momento intermedio entre la destrucción de
la realidad de vigilia y la formación de la nueva realidad alternativa. Y
sospecho que su intensidad y su incidencia son directamente proporcionales a la
duración de la técnica que el sujeto está empleando. Es decir, un proceso largo
produce muchos fenómenos de transición; uno corto, apenas los sufre. La buena
noticia es que, con un adecuado entrenamiento, el periodo de transición puede
acortarse tanto que su duración sea de apenas unos segundos. Si esto se logra,
la desconexión de los sentidos (y, por tanto, la destrucción de la percepción
del mundo físico) es tan drástica que no hay tiempo suficiente para que
aparezcan los temibles efectos.
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 59
Los soñadores lúcidos experimentan importantes
modificaciones en la percepción del tiempo. En concreto, es común sufrir una
expansión temporal. Pero se trata de un proceso subjetivo y, por tanto, difícil
de medir desde el exterior. En efecto, si comparamos las señales del
electroencefalograma de un soñador lúcido con el relato de la experiencia,
comprobaremos que unos pocos segundos o minutos de actividad cerebral soñando
lúcidamente son percibidos como horas, a veces como días, de aventuras oníricas
conscientes.
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 60
Para que el soñador lúcido pueda ponderar el tiempo
transcurrido es imprescindible tener en cuenta la experiencia completa de
principio a fin y no tan solo una porción. Según mi experiencia, entre el
tiempo medido a nivel cerebral y el tiempo experimentado por el soñador lúcido
no hay una relación de tipo proporcional. Habría más bien una correspondencia
de tipo exponencial o similar. Por eso, la diferencia entre tiempos es muy
pequeña cuando el ensayo de laboratorio es breve, pero muy grande cuando el
intervalo estudiado es mayor.
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 61
Es muy importante recordar que la práctica de los sueños
lúcidos no está directamente relacionada con la parálisis del sueño: esta
última es una consecuencia de fallos en los procesos del sueño. Sin embargo, de
ocurrir, se puede convertir en una fantástica puerta para entrar en el sueño de
una manera consciente, si se sabe manejar correctamente.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 62
El falso despertar puede afectar a cualquier practicante,
independientemente de sus métodos de acceso y de su nivel de veteranía. Sucede
cuando el sujeto regresa aparentemente de un sueño lúcido. La persona continúa
con su actividad cotidiana sabiendo que está despierto en su mundo físico
habitual: se levanta de la cama, disfruta del desayuno o toma una ducha. Al
cabo de un tiempo (segundos, minutos o incluso horas), ocurre que el sujeto se
da cuenta de algún aspecto que no cuadra con la realidad de vigilia. Entonces
se da de bruces con la verdad: aún está inmerso en el sueño lúcido del que
había creído salir. En la mayoría de los casos, este reconocimiento es
suficiente para que la persona regrese, esta vez sí, a su estado físicamente
consciente.
No resulta fácil recuperarse de un falso despertar. Supone una bofetada al concepto de realidad en el que hemos sido educados. Es muy desconcertante pensar que hemos pasado un tiempo, que puede ser prolongado, convencidos de estar en nuestra realidad cotidiana cuando hemos estado viviendo dentro de nuestro sueño lúcido. Pero aún es más impactante cuando se concatenan varios falsos despertares consecutivos. Aunque esto no supone ningún peligro serio, en estas ocasiones algunos soñadores lúcidos podrían llegar a sentir miedo de no poder regresar jamás al mundo de la vigilia. El concepto de falso despertar queda reflejado en las películas Origen
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 63
Los experimentos realizados muestran que el patrón de ondas
cerebrales generado durante un sueño lúcido es muy parecido al patrón producido
cuando estamos en vigilia. Por el contrario, cuando una persona está soñando de
manera ordinaria, la actividad cerebral es claramente diferente de la
correspondiente al estado de vigilia y al del sueño lúcido. La conclusión de
los científicos es que «el cerebro apenas distingue entre la realidad de
vigilia y un sueño lúcido».
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Durante un sueño lúcido, el cerebro no imagina que hace
algo: lo hace. Además, si hay aprendizaje durante el sueño consciente, también
se generan conexiones neuronales permanentes. Por tanto, todo lo que un
individuo hace durante un sueño lúcido es asimilado de la misma manera que
ocurre con los actos de la vida de vigilia. Esta circunstancia está siendo
aprovechada, cada vez más, por investigadores, psicólogos, médicos y
científicos con el fin de explorar nuevas aplicaciones de los sueños lúcidos
que contribuyan a mejorar la vida de las personas.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
En muchas ocasiones me han preguntado si existe alguna
relación entre el fenómeno OVNI y los estados de consciencia o los sueños
lúcidos. Desde mi punto de vista, sí la hay.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
La experiencia adquirida en sueños lúcidos nos dice a muchos
practicantes que podría existir una relación entre este fenómeno y los llamados
encuentros de dormitorio. En los últimos veinticinco años, yo mismo he tenido
innumerables visitas de extraños seres que aparecían en mi habitación cuando
practicaba los sueños lúcidos. Por alguna razón, nunca atribuí a estos
encuentros un origen extraterrestre. Sin embargo, con los años, reconozco que
mis experiencias tienen una enorme similitud con este tipo de casos de visitas
alienígenas registrados por los ufólogos a lo largo de estas últimas décadas.
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
La mayor similitud entre los sueños lúcidos y los encuentros
con extraterrestres en el dormitorio reside en los fenómenos que acompañan a
los dos tipos de experiencias:
Ruidos de motor, zumbidos, explosiones
Luces cegadoras
Atravesar objetos sólidos
Flotar sobre la cama
Fuertes vibraciones
Distorsión temporal
Operaciones quirúrgicas y manipulaciones físicas
Contemplación del cosmos
Relaciones sexuales
Rigidez muscular
Somatizaciones
El falso despertar
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
El problema es que clasificar estos episodios de abducciones
como sueños siembra aún más confusión, porque el bando de los escépticos
aprovechará para negar entonces la realidad de la experiencia. ¿No dicen los
propios protagonistas que todo comenzó «en sueños»? Pues sueños son. Es decir,
no son eventos reales. Este razonamiento no es correcto: quienes enarbolan esta
teoría tampoco conocen ni practican los sueños lúcidos. ¿Y qué hay de los
propios testigos que han pasado por la experiencia? ¿Por qué no reconocieron
que podría ser un sueño lúcido? La cuestión es que ellos necesitan creer que lo
que les ocurrió es verdad. Y lo tienen verdaderamente fácil: dado que un sueño
lúcido es equiparable a una experiencia de vigilia, la falta de información
sobre el asunto provoca que el suceso quede integrado como un recuerdo más de
la vida física, sólido y auténtico. Por eso las propias víctimas se revuelven
cuando les insinúan que sus episodios de abducción son solo sueños ordinarios.
Porque no lo son. ¡Pero podrían ser sueños lúcidos!
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Podemos leer más ejemplos de este tipo de encuentros en la
investigación que el psiquiatra John Mack, de la Universidad de Harvard, hace
en su libro Abducidos36. En él también narra varios casos de personas que
dijeron haber sido secuestradas por extraterrestres. De nuevo, si leemos con
atención, veremos que los ciclos del sueño están siempre presentes, como en las
historias recogidas por la doctora Turner. Las víctimas relatan intensos
sucesos que comenzaban después de caer dormidos en sus camas. A continuación
llegaron las vibraciones, la flotabilidad, los ruidos intensos, las luces
cegadoras, etc. Es decir, otra vez los fenómenos típicos de la fase de
transición hacia un sueño lúcido o experiencia fuera del cuerpo. Hay otro punto
a favor de la hipótesis del sueño lúcido, tanto en los casos recopilados por la
doctora Turner y por el profesor Mack, como en los investigados por otros
expertos: las descripciones de los alienígenas no siempre se ajustan a las
estrictas imágenes de los extraterrestres que proceden de nuestro inconsciente
colectivo moderno. En muchos relatos registrados por los ufólogos, estos seres
son descritos como espíritus de la naturaleza, seres angélicos o criaturas
fantásticas sacadas de la mitología nórdica. Esto es precisamente lo que sucede
en un sueño lúcido: el sujeto proyecta sus fantasías, sus gustos y sus
creencias sobre el escenario onírico, dando así forma a sus personajes.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Aceptar la hipótesis del sueño lúcido es compatible con
asumir que estos encuentros con entidades extraterrestres son absolutamente
reales, al menos a nivel perceptivo. Tan reales como un acontecimiento en
vigilia. La cuestión es si son meras proyecciones de nuestra mente o tienen una
existencia independiente de nosotros mismos. Mi opinión es que, en la mayoría
de los casos, tienen la misma naturaleza subjetiva que la del monje encapuchado
que entraba en mis sueños lúcidos. Es decir, muestran aspectos de la psique del
protagonista. Pero, atención, dejo la puerta abierta a que algunos de estos
encuentros nocturnos sean eventos objetivos de contacto entre la especie humana
y otras especies de origen extraterrestre. Si fuera así, ¿cómo podrían
explicarse estos casos? Una hipótesis es que estos eventos no estarían
ocurriendo en el mundo físico, sino en una realidad alternativa: la realidad
onírica lúcida. Expondré, en este momento, mi teoría personal sobre el
asunto38. Aún no tenemos pruebas científicas suficientes para asegurar que
civilizaciones extraterrestres visitan a la especie humana. Pero supongamos que
está ocurriendo. En ese caso, me inclino por que la comunicación esté ya
funcionando mediante canales no físicos. Hasta ahora, todos los intentos
públicos de contacto con entidades alienígenas han empleado el envío y
recepción de señales electromagnéticas detectables por nuestra tecnología. ¿Y
si esta no es la tecla correcta? Es conocido que el ser humano puede acceder a
muchos estados de consciencia. Todos ellos tienen asociado un patrón específico
de ondas cerebrales y un propósito. Por ejemplo, el sueño ordinario es un
estado de consciencia donde se produce, entre otras cosas, la regeneración
celular. La hipnosis es otro estado en el que es posible la programación de
patrones mentales, gracias a que el cuerpo ha quedado dormido y la mente se
mantiene despierta. En otros, el ser humano parece mostrar capacidades
extrasensoriales, como visión remota, precognición y transmisión del
pensamiento. Meditadores con una elevada experiencia, como los practicantes de
la tradición zen, son capaces de anular la percepción del tiempo para entrar en
estados de vacuidad y de conexión con «el todo». Conocemos también los estados
de éxtasis. Y también otros fenómenos muy concretos en los que es posible
experimentar otras realidades distintas de la realidad física: los sueños
lúcidos. Si ordenamos estos estados de consciencia basándonos en la calidad de
la percepción, en la parte baja de la escala estaría situado el sueño
corriente. También la ensoñación despierta, la visualización y otros similares.
En el centro, colocaríamos todos los estados relacionados con las capacidades
extrasensoriales (la denominada consciencia expandida). Y, en la parte
superior, encajarían bien los sueños lúcidos y los estados de éxtasis, como
experiencias cumbre. Es lícito suponer que todas las especies inteligentes del
universo disponen de una escala equivalente de estados de conciencia. Cada
especie accedería con mayor o menos maestría a los distintos grados, en función
de su evolución. Al igual que en la especie humana, estos estados podrían ser
organizados de manera lineal en función del nivel de percepción de la realidad.
Supongamos ahora que existe un estado de consciencia «común» a todas las
especies inteligentes del cosmos. En la escala de los humanos, estaría justo
por encima del sueño lúcido. Si existiese dicho estado compartido, todas las
líneas de estados de consciencia de las diferentes razas del universo tendrían
que cruzarse en este punto. La ilustración 1 siguiente expresa esta idea:
Ilustración 1. Líneas de estados de consciencia Ilustración de Marcos Carrasco
Carmona La intersección de todas las líneas de estados de consciencia sería el
lugar perfecto para la comunicación entre las diferentes civilizaciones o
especies del cosmos. Si una especie concreta hubiera sido capaz de controlar la
escala completamente, entonces sus miembros serían capaces de «subir» desde su
realidad colectiva hasta el estado de consciencia común. Teniendo en cuenta que
allí confluirían todas las líneas evolutivas de consciencia del cosmos, podrían
seleccionar la línea correspondiente a la especie con la que desearan
contactar. Una vez «sintonizada» esta línea de consciencia, podrían «bajar» por
ella hasta hacer posible la comunicación. En función del escalón de estados
consciencia donde el viaje se detuviese, el contacto entre las dos especies
ocurriría por una vía u otra. Por ejemplo, si una raza extraterrestre
seleccionase la escala humana, podrían parar en la estación del sueño lúcido.
Entonces, el ser humano tendría un encuentro de dormitorio como los que ya
hemos analizado. Si se detuvieran en otros niveles, se producirían
comunicaciones mentales, canalizaciones, visiones o experiencias místicas.
Hemos asumido que el sueño lúcido es el estado más alto en la escala
perceptiva, por lo que queda situado muy cerca del estado común a todas las
razas. Esto podría explicar por qué el sueño lúcido es el canal más habitual
para las experiencias de contacto: bajar a este primer nivel tendría el menor
coste de energía para las especies alienígenas. Pero, repito, esto es solamente
una propuesta. Espero que algún día descubramos toda la verdad.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
La intersección de todas las líneas de estados de
consciencia sería el lugar perfecto para la comunicación entre las diferentes
civilizaciones o especies del cosmos. Si una especie concreta hubiera sido
capaz de controlar la escala completamente, entonces sus miembros serían
capaces de «subir» desde su realidad colectiva hasta el estado de consciencia
común. Teniendo en cuenta que allí confluirían todas las líneas evolutivas de
consciencia del cosmos, podrían seleccionar la línea correspondiente a la
especie con la que desearan contactar. Una vez «sintonizada» esta línea de
consciencia, podrían «bajar» por ella hasta hacer posible la comunicación. En
función del escalón de estados consciencia donde el viaje se detuviese, el
contacto entre las dos especies ocurriría por una vía u otra. Por ejemplo, si
una raza extraterrestre seleccionase la escala humana, podrían parar en la
estación del sueño lúcido. Entonces, el ser humano tendría un encuentro de
dormitorio como los que ya hemos analizado. Si se detuvieran en otros niveles,
se producirían comunicaciones mentales, canalizaciones, visiones o experiencias
místicas. Hemos asumido que el sueño lúcido es el estado más alto en la escala
perceptiva, por lo que queda situado muy cerca del estado común a todas las
razas. Esto podría explicar por qué el sueño lúcido es el canal más habitual
para las experiencias de contacto: bajar a este primer nivel tendría el menor
coste de energía para las especies alienígenas. Pero, repito, esto es solamente
una propuesta. Espero que algún día descubramos toda la verdad.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
¿Podrían también catalogarse como sueños lúcidos una parte
de los avistamientos OVNI? Algunos ufólogos, como Jacques Vallee, no creen que
estas luces de las que son testigos muchas personas alrededor del mundo tengan
un origen físico. Este investigador ha recogido miles de casos de avistamientos
y ha elaborado diferentes estadísticas. Se pregunta por qué casi todos los sucesos
han ocurrido rayando la medianoche. Y muchos de ellos han tenido lugar después
de que sus protagonistas hubieran dormido varias horas. ¿Cuál es la razón de
que se registren escasísimos avistamientos durante las horas del día?
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Las somatizaciones en un sueño lúcido únicamente ocurren si
media un intenso choque emocional para el protagonista. Casualmente, es esto lo
que les ocurre a los abducidos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
El sueño lúcido es, por definición, un sueño en el que la
persona reconoce que está soñando y donde además puede ejercer cierto control
para alcanzar objetivos concretos. Esta explicación contiene dos partes: por un
lado, la consciencia de un yo percibiendo fuera de la realidad física; por otro
lado, la capacidad de acción. Todos los pueblos que han valorado la práctica de
los sueños lúcidos como una herramienta efectiva han puesto mayor énfasis en
uno de estos dos aspectos: bien en la capacidad de transformación espiritual, o
bien en sus posibilidades para la resolución de problemas. Raramente
encontraremos sistemas de conocimiento en los que se persigan ambos propósitos
a la vez, excepto en el caso de soñadores lúcidos modernos. Por ejemplo, dentro
del budismo, los sueños lúcidos están enfocados a la exploración del concepto
de consciencia. Es decir, su vertiente más mística.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
En el chamanismo, por el contrario, el peso de los sueños
lúcidos se pone en la capacidad volitiva que proporciona al practicante (en
este caso, el chamán). Son, por tanto, vistos como un medio para la consecución
de objetivos concretos cuyos resultados puedan ser visibles después en el mundo
físico42. Por supuesto, como consecuencia de la práctica, el chamán igualmente
experimenta una profunda transformación espiritual.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
La historia de Abraham también contiene puntos interesantes.
Considerado el padre espiritual de los judíos, cristianos y musulmanes, fue el
hombre elegido por Yahvé para firmar la alianza con la humanidad. En el
episodio que narra la rúbrica de este tratado (Génesis 15, 1-12), y que
marcaría el surgimiento de esta religión monoteísta, sucedió lo siguiente:
«Él trajo todos estos animales, los cortó por la mitad y
puso cada mitad una frente a otra, pero no dividió los pájaros. Las aves de
rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abram55 los espantó. Al
ponerse el sol, Abram cayó en un profundo sueño, y lo invadió un gran temor,
una densa oscuridad (…). Aquel día, el Señor hizo una alianza con Abram
diciendo: “Yo he dado esta tierra a tu descendencia desde el Torrente de Egipto
hasta el Gran Río, el río Éufrates”.».
Casualmente, Yahvé se manifiesta al ponerse el sol, justo
después de que Abraham se quedara dormido. La palabra hebrea empleada en el
texto y que es traducida como «sueño» es tardemah, que realmente significa
«trance» o «letargo». Es decir, parece que Abraham se quedó medio dormido y
medio despierto. Esto recuerda mucho a un sueño lúcido. Cuando dice que «lo
invadió un gran temor» podría estar pasando por la fase de transición. El
suceso hubo de ser muy impactante y no un mero sueño, ya que las consecuencias
fueron monumentales: el inicio de la religión judía.
El relato de Job es otro claro ejemplo. El libro atribuido a
este patriarca hebreo ha sido fechado entre los siglos V a. C. y VI a. C. Job
era un hombre feliz, con una situación económica y familiar envidiable. Y amaba
a su dios por encima de todo. Un día, Satanás se quejó ante Yahvé de los
favores con los que este colmaba a Job. Según el diablo, la rectitud de Job era
debida a que disfrutaba de una vida demasiado fácil. Así que retó a Yahvé. Le
pidió permiso para destrozar la felicidad del perfecto Job con el fin de poner
a prueba el amor supuestamente incondicional que profesaba por Yahvé. Mientras
Satanás llenaba de penurias la vida de Job, este fue protagonista de extrañas
experiencias: «Entre inquietantes visiones nocturnas, cuando cae sobre los
hombres un sueño profundo, me hallé presa del miedo y del temblor; mi
esqueleto entero se sacudía. Sentí sobre mi rostro el roce de un espíritu, y se
me erizaron los cabellos. Una silueta se plantó frente a mis ojos, pero no
pude ver quién era».57 De nuevo, encontramos en un relato la combinación de los
conceptos visión y sueño. Como ya he dicho, la suma de ambos términos parece
que indica la presencia de un sueño lúcido. En el relato de Job encontramos
asimismo el miedo y los temblores típicos de la fase de transición. Y la
experiencia de ser tocado por una entidad, a la que muchas veces no es posible
ver.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
No debemos pensar que estas experiencias fueron anecdóticas
dentro del movimiento cristiano. Al contrario, algunas de ellas fueron
capitales para su expansión. Me refiero, por ejemplo, al episodio de Pedro y
Cornelio. El libro de los Hechos cuenta que en la ciudad de Cesaerea vivía un
gentil llamado Cornelio. Era muy respetuoso con las leyes de Dios que seguían
los judíos. Por aquellos tiempos, el nuevo movimiento de Pedro y sus compañeros
era puramente judío, ya que estaba prohibido que una persona no circuncidada
fuese bautizada para entrar en la nueva comunidad. Un día, Cornelio tuvo una
«visión». El texto dice que ocurrió hacia las tres de la tarde, un momento
central del día en el que nuestros ciclos biológicos nos inducen al sueño. Es
cierto que no especifican que Cornelio cayó dormido, pero ya hemos visto que en
la Antigüedad el lenguaje utilizado para describir trances, éxtasis, visiones,
sueños y sueños lúcidos era muy confuso. Opino que el sueño, de un tipo u otro,
era el fenómeno predominante. Pues bien, en ese estado especial, Cornelio vio
aparecer un ángel frente a él que le ordenó ir en busca de Pedro. Mientras
tanto, Pedro, en otra ciudad, pasaba por una experiencia similar:
«Al día siguiente, mientras estos se acercaban a la ciudad,
Pedro, alrededor del mediodía, subió a la terraza para orar. Como sintió
hambre, pidió de comer. Mientras le preparaban la comida, cayó en éxtasis y
tuvo una visión».
De nuevo, las Escrituras hablan de un «éxtasis» y una
«visión». Mi intuición me dice que Pedro pudo quedarse dormido mientras oraba y
cayó en un sueño lúcido. De hecho, muchos exégetas llaman a este episodio el
sueño de Pedro. Y es así, porque todo depende de la traducción de las palabras
clave. En cualquier caso, si prestamos atención al texto completo,
descubriremos que tanto Pedro como Cornelio habían ayunado previamente, tal y
como acostumbraban los judíos antes de las oraciones. Si juntamos una hora
propensa al sopor y la falta de alimentos, no es extraño que ambos personajes
hubieran caído dormidos y posteriormente hubieran alcanzado la lucidez
rápidamente en uno de sus sueños. Efectivamente, sabemos que el ayuno,
combinado con el sueño ordinario, es una antigua técnica para producir sueños
lúcidos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
La ciencia ya ha estudiado todo esto. El ayuno modifica la
síntesis de la serotonina en el cerebro y, como consecuencia, altera la
producción de melatonina. Como resultado, la persona duerme de manera
irregular, con fases REM de mayor duración y menores periodos de sueño
profundo. Esta situación acaba disparando, inevitablemente, las visiones de la
fase hipnagógica y de la fase hipnopómpica, así como la experimentación de
impactantes sueños lúcidos que en muchos casos son confundidos con la realidad
de vigilia.
Pues bien, después de que Pedro sintiera hambre, parece ser
que se despertó tumbado en el suelo y tuvo una potente visión. Probablemente
fue un sueño lúcido vestido de falso despertar. Lo interesante del caso es que
esta experiencia no fue un episodio cualquiera: cambió la historia del
cristianismo. En este sueño-visión, Pedro llegó a la conclusión de que Dios los
autorizaba a bautizar a los no judíos, abriendo así la incipiente religión a
todos los habitantes del mundo. Este era el salto que siempre había deseado el
apóstol Pablo y el motivo por el que se había enfrentado a Pedro en numerosas
ocasiones. Cornelio fue bautizado y se convirtió en el primer cristiano gentil
de la historia del cristianismo. Este acontecimiento constituye uno de tantos
ejemplos de cómo los sueños lúcidos pudieron cambiar el destino del mundo. Una
prueba más de la enorme trascendencia que tiene este fenómeno de la
consciencia.
Tampoco podemos olvidar las experiencias de San Pablo, que
afirmó haber conocido a Jesús en otro plano o dimensión cuando habla de él
mismo en este pasaje:
«Yo sé de un hombre en Cristo que hace catorce años (si en
el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el
tercer cielo. Y sé que ese hombre (si en el cuerpo o sin el cuerpo, no lo
sé; Dios lo sabe) fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables, que
un hombre no es capaz de repetir».
¿Tuvo San Pablo un sueño lúcido en el que creyó conocer a
Jesús? Es muy probable. Para el profesor Morton Smith, el «paraíso» del que
habla Pablo es equivalente al «reino de Dios» del que hablan los evangelios. Es
decir, ambos habría que entenderlos como un lugar fuera de la realidad física:
«Es verdad que Pablo pensaba que el paraíso al cual él, o
bien Jesús, había sido arrebatado, no estaba en la tierra, sino en el tercer
cielo (II Corintios, 12, 2 y ss.). Esto explicaría que, para los cristianos,
las llaves del paraíso serían “las llaves del reino de los cielos”. La
situación astronómica de las entidades imaginarias puede sufrir cambios, pero
la relación entre paraíso, reino y poder de las llaves es sorprendente, y aún
más porque una de las peculiaridades de la enseñanza de Jesús, tal y como se explica,
es su afirmación de que el reino del cielo era ya accesible, y que él y alguno
de sus discípulos ya habían estado en él. Él les promete a sus seguidores:
“Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá” (Mateo 7, 7
p.).».
A esto podría referirse el pasaje del evangelio de Mateo en
el que Jesús promete a Pedro «Y a ti te daré las llaves del reino de
los cielos»84. La Iglesia ha interpretado este texto como la institución del
sacramento de la confesión. ¿Podría tener, en cambio, un significado literal?
¿Representa esta declaración la entrega del conocimiento para entrar en las
realidades alternativas? En otra ocasión, Jesús dice:
«Y añadió: “En verdad os digo que algunos de los aquí
presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su
potencia”.».
La lectura teológica de este pasaje es que Jesús creía que
el fin de los tiempos llegaría antes de finalizar esa generación. O incluso que
ese fin de era habría comenzado ya con la llegada del mismo Jesús al mundo. Pero
si tomamos la expresión reino de Dios tal y como Morton Smith o Michael Baigent
la interpretan (el acceso a realidades alternativas), Jesús podría estar
afirmando algo muy distinto: que alguno de sus discípulos estaría ya instruido
en las técnicas para experimentar «en vida» esos otros planos, sin necesidad de
pasar por la muerte. Quizás mediante los sueños lúcidos.
Como vemos, hay múltiples indicios que relacionan a Jesús
con los estados alterados de consciencia y con los sueños lúcidos. Podemos
resumirlos. Primero, Jesús enseñaba mediante parábolas, es decir, a través de
pequeñas historias con un significado simbólico. Sin embargo, a sus discípulos
se lo explicaba todo en privado. Es decir, les hablaba claro y directo para
comunicarles un conocimiento que no estaba al alcance de las multitudes que lo
seguían. Segundo, este conocimiento era conocido como «el misterio del reino de
Dios» o «el misterio del reino de los cielos». Parece que San Pablo también
entendió esto como la manera de acceder a otras realidades, a otros planos, a
otras dimensiones del ser. Él mismo dijo haber viajado hasta allí, por
mediación de Jesús, dejando su cuerpo en este mundo. Tercero, la entrega a
Pedro de «las llaves del reino de los cielos» podría simbolizar la revelación
de fórmulas o técnicas específicas para alcanzar estos estados de consciencia.
Cuarto, la existencia de un ritual secreto de iniciación ejecutado por Jesús
estaría apoyada por los pasajes del evangelio canónico de Marcos y del
evangelio de Marcos extendido del que habla San Clemente. De ambos podría
deducirse que Jesús instituyó un nuevo rito de bautismo, heredado de Juan. Pero
con la diferencia de que Juan bautizaba para redimir de los pecados, es decir,
como un rito de purificación. Sin embargo, Jesús, que era superior a Juan
(según sus seguidores), creó un ritual de bautismo que provocaba la llegada del
espíritu. Dicho de otra forma: abría las puertas del reino de los cielos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Las primeras reflexiones explícitas sobre el control de los
sueños lúcidos aparecen en los escritos de la cultura oriental. Concretamente
en el taoísmo, el hinduismo y el budismo.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Por su parte, los Upanishads, los sagrados libros hindúes,
mencionan ya técnicas concretas para producir sueños lúcidos. Esto es
fascinante, pues se trata de textos de al menos 2.500 años de antigüedad.
Encontramos instrucciones directas en los textos hindúes del Vigyan Bhairav
Tantra, dedicados a la meditación vipassana. Una de las prácticas recomendadas
consiste en controlar la respiración a medida que la persona se va dejando
llevar por el sueño. Técnicas parecidas continúan empleándose hoy en día para
producir sueños lúcidos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Especialmente abundantes y detallados son los métodos para
alcanzar el sueño lúcido que vinieron de la mano del budismo en el siglo VI a.
C. Sobre todo su rama tibetana, que es una mezcla entre el budismo de la India
y las tradiciones chamánicas y animistas propias del Tíbet (la tradición Bon).
No olvidemos que la palabra Buda significa «el que ha despertado», y uno no
puede despertar si antes no estaba soñando. El conocimiento budista sobre los
sueños lúcidos está repartido en dos corrientes diferentes: Nyingma y Kagyu. En
el linaje Nyingma, las técnicas empleadas se basan en el análisis constante de
la realidad circundante. El objetivo es comprender, mediante la contemplación,
que el mundo físico es tan ilusorio como el mundo de los sueños. Esta línea de
pensamiento recuerda mucho a una de las dos escuelas occidentales de sueños
lúcidos. Recordemos que la técnica de una parte de los practicantes consiste en
preguntarse a uno mismo, muchas veces durante el periodo de vigilia, si la
realidad en la que nos encontramos en ese instante es un sueño; esto ha de ser
ejecutado de manera periódica durante todo el día. El fin es trasladar el
hábito de la pregunta desde la vigilia hasta el sueño ordinario y, como
consecuencia, despertar en este último para producir un sueño lúcido. Por otro
lado, la otra corriente budista, la tradición Kagyu, corre en paralelo con la
segunda escuela occidental88. Sus conocimientos sobre sueños lúcidos quedaron
registrados junto a otras disciplinas dirigidas a la búsqueda de la iluminación,
la superación del sufrimiento y liberación de la rueda de reencarnaciones: son
los llamados Seis Yogas de Naropa. A diferencia del linaje Nyingma, donde los
secretos del mundo de los sueños son revelados al aprendiz casi al principio de
su formación, en la corriente Kagyu esto ocurre al final del adiestramiento.
Después de varios años, comienza la última etapa para el monje, en la que se
enfrenta a cada uno de estos seis yogas. Uno de ellos es precisamente el yoga
del sueño, cuyo objetivo es aprender a despertar y mantenerse consciente dentro
del estado onírico. Es considerado como una de las más altas disciplinas. Los
monjes de ambos linajes que practican lo que nosotros llamamos sueño lúcido
están convencidos de que esto puede ayudar a trascender la muerte con una mayor
facilidad y seguridad. En cierto sentido, practicar el yoga del sueño es un
medio para aprender a morir más lúcidamente. En efecto, según el pensamiento
budista, cuando la persona fallece, vuelve a dormirse. La consciencia entra en un
estado intermedio al que llaman bardo, algo parecido al sueño ordinario. En
esta situación, la persona pierde el control de su realidad y los llamados
vientos del karma pueden conducirlo a territorios hostiles donde moran demonios
que solo desean atraparlo. Además, estos flujos energéticos podrían terminar
por arrastrar a la persona de nuevo a la rueda de las reencarnaciones, algo que
cualquiera querría evitar. Por tanto, la práctica del yoga del sueño, que no
deja de ser la práctica de los sueños lúcidos, habilita a la persona para
cruzar más allá de la muerte sin caer en ese profundo sopor que conduce al
olvido nuestra verdadera identidad. Efectivamente, la práctica de los sueños
lúcidos permite, en vida, despertar dentro de cualquier sueño. Siendo la muerte
el último sueño, estas prácticas permitirían despertar al instante, cuando
llegue la hora, para transitar el bardo con un control total.
Los sueños lúcidos son también una extraordinaria
herramienta para dominar nuestros demonios interiores que atacan en forma de
terribles pesadillas durante los sueños ordinarios o como la manifestación de
hábitos perjudiciales en la vida de vigilia.
De manera equivalente, el budismo considera que, al morir,
estaremos equipados para vencer a las criaturas diabólicas que pretenden encadenarnos
en los ciclos de las reencarnaciones, gracias a los sueños lúcidos. Si no
estuviéramos adiestrados en el manejo de los sueños conscientes no seríamos
capaces de reconocer el estado intermedio del bardo, de la misma manera que
casi nadie es capaz de reconocer que está soñando cuando duerme por las noches.
No en vano, el término bardo significa «lugar entre dos lugares» o «lugar
intermedio». Y eso es precisamente lo que es el sueño lúcido: un espacio para
la consciencia que se encuentra entre dos lugares, la vida de vigilia y la vida
del sueño ordinario.
No todos los seguidores del budismo practican el yoga del
sueño. Estas enseñanzas están ligadas a los monasterios y a los monjes. El
resto de la población tibetana vive un budismo más exotérico. Por eso, en
algunos lugares, los monjes acuden a los hogares de las personas sencillas que
están en el trance de fallecer, para ayudarles en el tránsito. Entran en la
sala donde está el moribundo y le leen el Libro Tibetano de los Muertos como un
acto de compasión. Lo hacen hasta pasado tiempo después de que la persona haya
muerto. Estos escritos sagrados, entre otras cosas, contienen instrucciones «de
emergencia» para mantener la lucidez en el viaje final. Si la lectura hace
efecto y hay suerte, el moribundo será capaz de dirigir con éxito su viaje por
el bardo. En realidad, el título con el que conocemos a este libro sagrado del
budismo es una mala traducción occidental. Su verdadero título es Bardo Thodol,
que puede ser traducido como «El gran libro de la liberación natural a través
de la escucha en el lugar entre dos lugares». Como he dicho, este «lugar entre
dos lugares» es, efectivamente, el bardo. En realidad, el budismo no habla de
un solo bardo, sino de seis. Es decir, de seis espacios vitales por los que la
consciencia puede transitar. Cada uno de ellos es un lugar entre dos lugares.
El sueño es uno de ellos, ya que está ubicado entre el momento de caer dormidos
y el despertar. La propia vida es otro de los bardos, situado entre el
nacimiento y la muerte. Así, hasta llegar a seis espacios intermedios. El
budismo es también un ejemplo perfecto de cómo la práctica de los sueños
lúcidos puede convertirse en una vía de crecimiento espiritual. Además de la
preparación para la muerte lúcida, que ya he comentado, el yoga del sueño busca
también entender «en vida» los preceptos teóricos más importantes de la
doctrina budista. Uno de ellos es el concepto de sufrimiento. No es fácil
asimilar todo lo que Buda enseñó acerca de la superación del dolor. Requiere un
esfuerzo titánico de toda una vida de meditación. Sin embargo, el yoga del
sueño puede ayudar a acelerar esta comprensión y así convertirla en una
revelación espiritual. ¿De qué manera? Por un lado, entendiendo el sufrimiento
como un producto de las leyes de la causalidad que gobiernan nuestra existencia
física. Así es: la ventaja del sueño lúcido es que la persona experimenta de
primera mano que el pensamiento tiene consecuencias inmediatas, ya que la
realidad onírica es sensible a nuestras ideas. La causalidad, por tanto, pasa
de ser un concepto a ser una circunstancia que puede ser experimentada, e
incluso controlada. Por otra parte, el soñador lúcido es capaz de convocar a
sus propios en las figuras de personajes oníricos, así que puede entablar una
conversación con ellos. Esto facilita enormemente la contemplación del propio
sufrimiento como un elemento externo al yo. Lo que conduce a la comprensión y
la aceptación, algo muy difícil de lograr directamente desde el estado de
vigilia.
Desafortunadamente, en Occidente hemos olvidado que los
sueños lúcidos son una de las mejores herramientas de transformación
espiritual. El estudio moderno de este fenómeno, que fue liderado por la
psicología, ha partido de una premisa errónea: los sueños lúcidos son ilusorios
y subjetivos. Este enfoque conduce a la idea de que los sueños lúcidos son algo
divertido y poco más, a pesar de que se les hayan reconocido ciertas
aplicaciones terapéuticas en el desarrollo personal (resolución de problemas,
incremento de la creatividad, superación de pesadillas patológicas o la mejora
del bienestar físico y emocional). Como ya comenté, para el pensamiento
occidental, el punto de partida de toda experiencia pasada, presente o futura
es el estado de vigilia.
La transitoriedad de la existencia, otro de los pilares del
pensamiento budista, también resulta más fácil de asimilar desde un sueño
lúcido. Como sabemos, las realidades oníricas fluctúan, por lo que es necesario
estabilizarlas aplicando técnicas apropiadas. Si visitas los lugares conocidos
de nuestro mundo cotidiano desde un sueño lúcido, puedes ser testigo de su
fugacidad. Esta impresión te influirá posteriormente cuando acudas a la versión
física del mismo sitio, durante la vigilia. El recuerdo del carácter temporal
de las realidades nos hará comprender mejor la falta de permanencia que
caracteriza la existencia humana.
Además de este trabajo de introspección los monjes emplean
los sueños lúcidos para tener las mismas experiencias espirituales que buscan
en la meditación tradicional. Por ejemplo, el despertar de la compasión por
todos los seres vivientes, alcanzar la atención plena89 o ingresar en el
shunyata90. Otras prácticas avanzadas persiguen la supresión del pensamiento,
algo que también puede ser alcanzado en el sueño lúcido con menor dificultad.
En efecto, mientras permanecemos despiertos en la realidad cotidiana, atrapar
los pensamientos y pararlos es una ardua tarea, ya que no va acompañado de efectos
visibles que nos sirvan de guía. Por eso es difícil detectarlos a tiempo. Sin
embargo, el sueño lúcido produce una realidad personal que es increíblemente
receptiva a nuestras intenciones. Nuestros pensamientos, por el hecho mismo de
ser emitidos, modifican nuestra realidad circundante. Esto puede servirnos como
dispositivo de alarma que nos avisará de que el proceso cognitivo sigue
funcionando y de que, por tanto, no hemos alcanzado el objetivo: si detectas
cualquier modificación de tu entorno significará que no estás deteniendo el
flujo de pensamientos. Y podrás, entonces, corregir la desviación. En el
momento en que logras mantener el control, alcanzas un estado de
no-pensamiento: una experiencia espiritual inenarrable.
¿Son entonces los sueños lúcidos únicamente un divertimento,
algo para pasar el rato? Desde luego que no. No lo son para mí, ni para muchos
onironautas comprometidos. Son, para comenzar, un medio para ver el mundo desde
otra perspectiva, como es el caso del pensamiento budista: esta realidad física
es igual de ilusoria que cualquier otra. Muchos soñadores lúcidos occidentales
hemos llegado a la misma conclusión. La práctica continuada produce cambios
significativos en tu vida. Las grietas en tu sistema de creencias son
inevitables cuando experimentas que otras realidades funcionan con el mismo
nivel de percepción que la realidad ordinaria. ¿Qué ocurre cuando los pilares
que han sustentado tu concepto de realidad empiezan a derrumbarse? Dejas de
pensar en la realidad de vigilia como origen de toda tu existencia. Comienzas a
admitir que, en esta realidad física, cuando estamos despiertos, no tenemos
gobierno sobre nuestro destino. Y entonces sientes con todas tus células que es
el sueño lúcido donde todo lo demás se origina. Que es el lugar donde reside tu
voluntad y tu capacidad de discernimiento global. Aprendes que cuando el sueño
lúcido termina y has de regresar al mundo de vigilia, en realidad te estás
durmiendo, y que por eso durante el día pierdes el control de tu vida. En
definitiva, las prioridades se invierten. Lo más impactante es que, un día,
entiendes que la palabra despertar no designa una única acción, sino tres:
puedes despertar desde el sueño ordinario a la vigilia, despertar desde el
sueño corriente al sueño lúcido o despertar desde la vigilia al sueño lúcido
directamente, ¡sin necesidad de transitar por el sueño! Este reconocimiento es
justo lo que promueven muchas filosofías antiguas como el budismo: la idea de
que es posible despertar en esta vida física a la realidad de realidades, trascendiendo
el mundo de las ilusiones al que llaman maya. Esta revelación está disponible
para cualquiera que desee experimentar las realidades oníricas mediante los
sueños conscientes.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Pero mucho antes de que el budismo diera sus primeros pasos,
la preocupación por el más allá había provocado el surgimiento de una de las
mayores civilizaciones de todos los tiempos: el Antiguo Egipto. La preparación
para la otra vida marcaba el ritmo de la vida cotidiana de sus gentes. Los
ciclos del día y de la noche, del despertar y el dormir también estaban
conectados con los ciclos del nacer y del morir. Algo que queda reflejado
maravillosamente en el Libro Egipcio de los Muertos. De la misma manera que
sucede con el Libro Tibetano de los Muertos, estamos ante un título acuñado por
los occidentales; su verdadero nombre es «Libro de la salida a la luz del día»,
haciendo referencia a la conservación de la consciencia más allá de la realidad
física. En el nombre podemos ya intuir esa correspondencia entre los términos
día y vida, y entre las palabras noche y muerte.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Además de una detallada descripción de la otra vida, estos
escritos contienen muchos hechizos que deben ser lanzados por el fallecido si
es que desea asegurar su supervivencia final. Se advierte que, si los
sortilegios no son utilizados correctamente, la persona podría quedar inerte,
como dormida, sin consciencia. Se insiste en que podría olvidar su nombre.
Parece que los textos son, pues, un manual de instrucciones para lograr el
tránsito después de la muerte física sin perder el recuerdo de uno mismo.
Curiosamente, los textos egipcios coinciden en esto con el Libro Tibetano de
los Muertos. Recordemos que este último también incluye un compendio de
directrices para recorrer el bardo sin caer en un extraño sopor que nos
entregaría a la inconsciencia. Además, en ambas culturas se nos avisa de la
presencia de demonios, monstruos y dioses enojados que el viajero debe
esquivar. A tenor de lo que sabemos sobre los sueños lúcidos, es muy posible
que estos obstáculos pudieran estar representando los miedos y los traumas del
fallecido. Idéntica idea aparece en las enseñanzas del budismo, como hemos
visto.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Es precisamente en las horas finales de la noche, al
acercarse el alba, cuando ocurren la mayoría de los sueños lúcidos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
… como afirma Gotthard Tribl, de la Universidad de Sao
Paulo, los egipcios pudieron haber deducido el concepto de resurrección a
partir de los ciclos del sueño: así como hay sueño en el dormir, tiene que
haber vida en la muerte. Gottard Tribl también nos recuerda que la palabra
egipcia para «soñar» es rswt procede etimológicamente de la palabra «despertar»
y su jeroglífico es un ojo entreabierto. De esto se deduce que, para los
egipcios, los sueños eran una experiencia que podía verse con los ojos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Es asombroso el conocimiento que los egipcios tenían de los
distintos aspectos de la personalidad del ser humano. Me refiero,
fundamentalmente, al ka, al ba y al akh. Ya comenté que no hay acuerdo entre
los especialistas a la hora de determinar la función de cada uno de ellos. En
general, el ka podría ser una representación de la energía vital de la persona;
el ba sería equivalente a nuestro concepto de alma; y el akh sería el ba
glorificado, luminoso y resplandeciente, transformado para vivir en presencia
de los dioses. Algunos investigadores ven en estos tres conceptos la
representación de los tres cuerpos sutiles que actúan como vehículos de la
consciencia identificados por la teosofía: el ka sería el cuerpo etérico, el ba
encajaría con el cuerpo astral y el akh con el cuerpo mental o con el cuerpo
causal.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
El marqués d’Hervey de Saint-Denys, un sinólogo francés,
trató el asunto en su libro Los sueños y cómo dirigirlos, publicado en 1867.
Constituye el primer intento serio de encontrar respuestas a este fenómeno. Por
su lado, el psiquiatra holandés Frederik Willem van Eeden fue quien empleó, por
primera vez, el término sueños lúcidos. Sus conclusiones influyeron
poderosamente en trabajos posteriores, como en los del psicólogo estadounidense
Charles Tart.
Pero tuvimos que esperar hasta la segunda mitad del siglo XX
para poder aprender de los dos grandes estudiosos de los sueños lúcidos: el
británico Keith Hearne116 y Stephen LaBerge117. Su contribución al análisis
experimental del fenómeno ha sido determinante. Ya narré los experimentos de
Hearne en uno de mis anteriores libros118. Uno de sus mayores logros fue hacer
posible la comunicación entre un soñador lúcido, desde el interior del mundo
onírico, y el mundo exterior de vigilia. Merece la pena que recordemos aquí esta
historia:
En 1975, este científico británico dio un paso de gigante en
el estudio de los sueños lúcidos. El señor Keith Hearne conocía a un tendero,
llamado Alan Worsle, que era capaz de controlarlos. Organizó una prueba en la
que pretendía demostrar la existencia de una consciencia comparable a la consciencia
de vigilia durante la experiencia onírica lúcida. Para ello, se propuso enviar
un mensaje desde el mundo de los sueños hasta el mundo de la vigilia. Desde
fuera, Keith Hearne sabría el momento exacto en el que Alan entraba en el sueño
lúcido, ya que este tenía sus funciones biológicas controladas mediante
electrodos conectados a dispositivos de detección. El electroencefalograma
mostraría el instante de inicio de las fases REM del sueño. Es en estos
periodos REM, fase final de cada uno de los ciclos del sueño de noventa
minutos, cuando ocurren los sueños, tanto los ordinarios como los lúcidos. La
intención de Keith era comprobar las posibilidades de comunicación entre una
persona dormida (en este caso, el tendero) y otra en fase de vigilia (él mismo).
Para ello, tuvo una genial idea. Él sabía que durante la fase REM tiene lugar
la paralización casi total del sistema muscular del cuerpo. Se trata de un
mecanismo biológico de protección que evita que repliquemos físicamente las
acciones ejecutadas durante los sueños, algo que podría ponernos en peligro.
Sin embargo, dentro de esta atonía, algunos músculos quedan libres, como los
implicados en la respiración y los músculos de los ojos. Es sabido que durante
la fase REM es posible observar cómo los ojos de una persona dormida se mueven
rápidamente en desplazamientos aleatorios (REM es un acrónimo de Rapid Eyes
Movement). Así que Keith dio a Alan la instrucción de entrar en un sueño lúcido
para que a continuación, una vez estuviera allí, moviera los ojos de una manera
particular: rítmicamente de derecha a izquierda y de izquierda a derecha varias
veces, según un código específico previamente acordado entre los dos.
Y así ocurrió. Alan envió el mensaje codificado desde su
realidad onírica y fue recibido correctamente en la realidad de vigilia del
laboratorio. La casualidad hizo que ese día fuese un 12 de abril de 1975, el
mismo día del año 1961 en el que el astronauta soviético Yuri Gagarin se
convirtiera en el primer hombre que orbitaba alrededor del planeta. La
casualidad hizo que Alan enviara el mensaje desde fuera del mundo de vigilia el
mismo día que Yuri Gagarin permitió la primera comunicación desde fuera de
nuestro mundo».
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Por otro lado, el psicofisiologista Stephen LaBerge está
considerado como el padre del estudio científico de los sueños lúcidos. Bebió
directamente de sus predecesores, especialmente Charles Tart y Keith Hearn,
pero hizo importantísimas aportaciones tanto al concepto teórico como a la
práctica del fenómeno. Sus ideas han marcado a generaciones de soñadores
lúcidos alrededor de todo el mundo.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Desde mi perspectiva de onironauta, siempre me han parecido
fascinantes los grabados de los libros de alquimia. Desde hace mucho tiempo he
sospechado que algunas de sus ilustraciones contienen paralelismos entre el
proceso alquímico y el proceso onírico. ¿Significa esto que el auténtico
secreto ocultado por el lenguaje simbólico de la alquimia es la práctica del
sueño lúcido? ¿Es este el enigma central? No lo creo. Pero veo razonable que un
porcentaje de alquimistas, los que siguieron el camino místico, pudiera haber
conocido la práctica de los sueños lúcidos. El mismo lenguaje críptico habría
sido aprovechado para describir esta otra actividad secreta que también tiene
profundos fines espirituales. No soy el único que opina de esta manera. El
experto en sueños lúcidos Ed Kellogg escribió un artículo124 en 2014 en el que
analizaba, con los ojos de un onironauta, uno de los grabados alquímicos más
intrigantes: se trata de una ilustración de Heinrich Khunrath, alquimista y
médico alemán del siglo XVII d. C. En la imagen, procedente del libro
Amphitheatrum Sapientiae Aeternae (1602), vemos a un alquimista arrodillado en
su hogar-laboratorio que reza fervientemente por el éxito de su trabajo en la
Gran Obra. La estancia está dividida en tres ambientes: un oratorio a la
izquierda, donde vemos al alquimista; el horno alquímico a la derecha, con sus
herramientas correspondientes; y una mesa en el centro, con multitud de
instrumentos musicales. Pero la clave del enigma es la habitación que aparece
al fondo. Tras una puerta abierta, se adivina un dormitorio con una cama en el
interior. Kellogg nos advierte especialmente sobre el cartel escrito en latín
situado sobre el arco que da entrada a la estancia. Dice Vigila durmensis, que
traducido significa «Vigilia durmiendo». Este mensaje ha sido interpretado como
una exhortación al alquimista para que esté pendiente de los hornos, los fuegos
y todos los elementos del proceso alquímico, que no pueden ser detenidos en ningún
momento. Ni siquiera durante la noche. Sin embargo, Kellogg ve en esta frase
una posible alusión a la práctica de los sueños lúcidos. Precisamente, alcanzar
un estado alerta dentro del propio sueño es a lo que aspira todo onironauta:
esto sería el significado de «dormir y vigilar a la vez». Es muy relevante que
la entrada al dormitorio y este cartel hayan sido representados en el centro de
la imagen, justo en el mismo punto de fuga de la perspectiva. ¿Es para llamar
nuestra atención sobre el verdadero mensaje del grabado?
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Las tres fases de la Gran Obra han sido llamadas nigredo,
albedo y rubedo. Sus nombres proceden de los términos latinos «negro», «blanco»
y «rojo», respectivamente. Estas tres etapas tienen curiosos paralelismos con
el proceso gradual del sueño lúcido. A continuación, veremos que la fase
nigredo es semejante al periodo inicial de sueño profundo por el que todos los
onironautas deben pasar; la fase albedo tiene gran parecido con el momento
crítico de la fase de transición en el que el sujeto alcanza el límite entre la
vigilia y el sueño; y, por último, la rubedo es equivalente a la consecución
final del sueño lúcido y al regreso a la realidad de vigilia habiendo obtenido
el conocimiento de las otras realidades. Las tres etapas se corresponden a la
perfección con los colores de la luz solar a lo largo del proceso: la nigredo
(negrura) es la ausencia de sol durante la etapa del sueño profundo, el albedo
(blanco) es la madrugada y la llegada del amanecer donde comienza la entrada al
sueño lúcido, y la rubedo (rojo) es la luz diurna propiamente dicha, cuando el
sujeto despierta de las realidades oníricas.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Desde hace décadas, los científicos intentan desarrollar
herramientas externas que ayuden a la práctica de los sueños lúcidos. Podríamos
considerar que el primer artilugio relacionado con el sueño y la información
que podemos obtener de ellos fue patentado en 1768. El inventor inglés
Christopher Pinchbeck diseñó y puso a la venta un artefacto al que llamó «El
Recordador Nocturno». Se trataba de un artilugio hecho con piezas de madera en
el que quedaba insertado un cuaderno de notas. Su funcionamiento permitía
escribir durante la noche, en oscuridad total, sin miedo a sobrescribir una
línea encima de otra. Según su creador, estaba indicado para todos aquellos que
desearan registrar por escrito las visiones e ideas creativas que normalmente
recibimos durante los ciclos del sueño; sabemos que la información obtenida en
estas circunstancias es rápidamente eliminada de la memoria, por lo que
conviene anotarlas rápidamente sin encender la luz.135 Dos siglos después,
llegó el primer sistema tecnológico. Vino de la mano de un científico que se
atrevió a realizar estudios en laboratorio con soñadores lúcidos: Keith Hearne.
Sus ensayos consistían en someter a los sujetos a pequeñas descargas eléctricas
en las muñecas en el instante en que estos alcanzaban la fase REM. Como
sabemos, la fase REM es la puerta a los sueños lúcidos. El propósito, por
tanto, era provocar un incremento de lucidez dentro del sueño ordinario de
manera artificial. El ensayo fue relativamente exitoso, pero no contó con el número
suficiente de participantes para extrapolar los resultados a la población
general.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Desde hace décadas, los científicos intentan desarrollar
herramientas externas que ayuden a la práctica de los sueños lúcidos. Podríamos
considerar que el primer artilugio relacionado con el sueño y la información
que podemos obtener de ellos fue patentado en 1768. El inventor inglés
Christopher Pinchbeck diseñó y puso a la venta un artefacto al que llamó «El
Recordador Nocturno». Se trataba de un artilugio hecho con piezas de madera en
el que quedaba insertado un cuaderno de notas. Su funcionamiento permitía
escribir durante la noche, en oscuridad total, sin miedo a sobrescribir una
línea encima de otra. Según su creador, estaba indicado para todos aquellos que
desearan registrar por escrito las visiones e ideas creativas que normalmente
recibimos durante los ciclos del sueño; sabemos que la información obtenida en
estas circunstancias es rápidamente eliminada de la memoria, por lo que
conviene anotarlas rápidamente sin encender la luz.135 Dos siglos después,
llegó el primer sistema tecnológico. Vino de la mano de un científico que se
atrevió a realizar estudios en laboratorio con soñadores lúcidos: Keith Hearne.
Sus ensayos consistían en someter a los sujetos a pequeñas descargas eléctricas
en las muñecas en el instante en que estos alcanzaban la fase REM. Como
sabemos, la fase REM es la puerta a los sueños lúcidos. El propósito, por
tanto, era provocar un incremento de lucidez dentro del sueño ordinario de
manera artificial. El ensayo fue relativamente exitoso, pero no contó con el
número suficiente de participantes para extrapolar los resultados a la
población general.
Pero Hearne no llegó a lanzar al mercado ningún aparato
comercial. Quien sí lo hizo fue el psicólogo Stephen LaBerge en la Universidad
de Stanford. En 1993 fabricó un dispositivo más complejo y con la intención de
hacerlo accesible al público. Se basó precisamente en los experimentos de Keith
Hearne. Lo llamó NovaDreamer. Consistía en un antifaz parecido a los que
utilizamos para dormir. Llevaba integrado unos sensores que detectaban los
movimientos oculares característicos de las fases REM del sueño. Cuando el
dispositivo detectaba la oscilación ocular, proyectaba destellos de luz hacia
ellos con la esperanza de que el usuario despertase dentro de su propio sueño.
En la actualidad, este prototipo ha sido copiado por numerosas compañías que
han lanzado al mercado productos basados en los mismos principios. Mi opinión
sobre todos ellos no es buena. Los resultados que producen están muy por debajo
de las expectativas. Además, podrían ser peligrosos, ya que lanzar luces sobre
los ojos durante estos estados del sueño es arriesga
Independientemente de sus problemas y de su controvertida
eficacia, en general yo no recomiendo depender de dispositivos externos en el
momento de la práctica. Nuestro cerebro dispone de todo lo necesario para
lograr el sueño lúcido sin ayuda extra. Lo demuestra la existencia de cientos
de miles de soñadores lúcidos en todo el mundo que ya controlan el proceso de
manera natural. ¿Cuál es el verdadero inconveniente? El uso de este tipo de
herramientas crea tolerancia a medio plazo. Es decir, uno se acaba
acostumbrando y, en algún momento, dejan de funcionar. En el caso particular
del NovaDreamer y todas sus imitaciones, los pulsos de luz durante la fase REM
pueden producir resultados en algunas personas en su fase inicial de
entrenamiento. Sin embargo, al cabo de poco tiempo, la mente del usuario
comienza a aceptar las luces como un elemento cotidiano en el proceso del
sueño. Eso conlleva una disminución severa del efecto sorpresa que tiene sobre
el cerebro. Y por no hablar de la incomodidad que supone para la mayoría de
nosotros conciliar el sueño con una máscara gruesa repleta de circuitos
electrónicos.
Otros científicos han llevado a cabo experimentos concretos
buscando nuevas vías de inducción de sueños lúcidos. Pero, desafortunadamente,
no pasan de ser meros intentos de justificar este fenómeno tan complejo
únicamente con el lenguaje de la ciencia actual. Por ejemplo, en uno de estos
ensayos, el cerebro de varios sujetos fue excitado por medio de corrientes
eléctricas específicas. Estas señales estaban especialmente diseñadas para
producir ondas gamma durante el proceso del sueño y para estimular determinadas
áreas cerebrales. Algunos participantes dijeron tener la sensación de
encontrarse fuera de su propio cuerpo durante muy breves instantes. Sin
embargo, estas impresiones no pasaron de ser una alucinación confusa. En ningún
caso los sujetos describieron un cambio de realidad radical, tan detallado,
estable y durable como el que es experimentado por los soñadores lúcidos. Por
otro lado, algunos investigadores están empleando la tecnología de realidad
virtual para producir un efecto similar al del sueño lúcido, como si su uso
pudiera sustituir la experiencia total del fenómeno natural. De nuevo, los
resultados han sido radicalmente distintos a los de la experiencia real. Desde
mi punto de vista, estos ensayos no tienen mayor valor que la que tiene la
experiencia de un videojuego como Radiant One donde el jugador representa el
papel ficticio de un soñador lúcido.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
… la primera realidad que un onironauta se encuentra tras
adquirir lucidez es un mundo personal creado con datos propios. Es decir, que
este entorno base es parte del subconsciente. Por tanto, ¿cómo podría otra
persona introducirse dentro? El entorno onírico inicial es algo
substancialmente íntimo. No es algo colectivo. Entonces, ¿son posibles los
sueños compartidos? ¿Pueden dos o más personas actuar en una misma realidad
onírica? Si confiamos en lo que cuentan a las tradiciones chamánicas, esta
operación es perfectamente viable. Por ejemplo, la etnia de los Canelo Quichua
de Ecuador dicen practicarlo habitualmente entre los miembros de la misma
familia, especialmente los esposos.
En realidad, si deseamos comprobar la veracidad de los
sueños lúcidos compartidos, no debería ser muy complicado organizar un ensayo
en laboratorio. Para ello, claro está, necesitaríamos dos experimentados
viajeros que pudieran trasladarse a una misma realidad alternativa mediante su
práctica controlada de los sueños lúcidos. Una vez allí, uno de ellos le
transmitiría al otro un mensaje concreto (una imagen, una idea), para luego
regresar a la realidad física. Una vez en ella, el receptor del mensaje
desvelaría la información recibida, que sería comparada con el mensaje
original. De esta forma, todo el experimento habría sido preparado y ejecutado
en una misma realidad onírica, aunque el análisis de los resultados sea
realizado en el mundo de la vigilia. Si la comunicación de la información
resulta ser correcta, significaría que esa realidad en la que los dos soñadores
se han transmitido el mensaje es una realidad compartida objetiva. No obstante,
para llevar a cabo correctamente las tareas de verificación de la información
transmitida y recibida, se requiere un cuidado trabajo de sus capas semióticas
para encontrar las coincidencias. Es un tema complejo.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
El origen de los personajes que pueblan los sueños lúcidos.
Este asunto sigue interesando a los investigadores modernos, que se preguntan
qué son los seres inteligentes que se manifiestan y se comunican con nosotros
dentro del sueño consciente. Los autores de literatura esotérica de finales
siglo XIX y primera mitad del siglo XX, cuando hablaron de los viajes astrales,
identificaron estos personajes oníricos con demonios, criaturas procedentes de
los cuatro reinos elementales, sombras, cáscaras etéricas, fantasmas o vampiros
energéticos. Según dijeron, algunos de estos seres pueden tomar la apariencia
de familiares o amigos para engañar al soñador lúcido y alimentarse de su
energía. Los expertos modernos, entre ellos los científicos que han estudiado e
incluso practican el sueño consciente, opinan que la gran mayoría de los
personajes que interactúan con el soñador son partes de su propia psique.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
¿Es posible dormirse dentro de un sueño lúcido? Ciertamente.
Esto te traslada inmediatamente a otro escenario de otro sueño lúcido.
Según el argumento de la película, cada sueño dentro de otro
sueño constituiría un nivel superior de realidad y de estabilidad. ¿Es así? En
mi experiencia es cierto, funciona de esta manera. Aunque aprender la técnica
no es nada fácil. Según el filme, ejecutar esta maniobra comporta ciertos
riesgos, ya que el sujeto podría perder la noción de su propia identidad y los
recuerdos de su realidad de vigilia. Es decir, profundizar en exceso en niveles
de sueño cada vez más profundos puede conducir al olvido de uno mismo. Y,
finalmente, quedar atrapados por siempre en el último sueño lúcido, que
aceptaríamos como si este fuese nuestro único mundo cotidiano. Personalmente,
puedo corroborar las consecuencias negativas de profundizar en los niveles de
sueño. Mi experiencia ha sido muy similar a la que tienen los personajes de la
película Origen. En tres ocasiones distintas, practicando estas técnicas
concretas de profundización, tuve experiencias inenarrables. En las tres sentí
cómo una niebla se apoderaba de mí. Entonces, mis datos personales comenzaron a
borrarse a una velocidad alarmante. Sin embargo, mientras iba perdiendo la
memoria de quien yo realmente era, seguía plenamente consciente de todo el
proceso. Sabía perfectamente lo que me estaba ocurriendo, pero toda mi vida
pasada se me iba de las manos. Es una sensación imposible de describir con
palabras. Mi nombre, mi identidad, mis recuerdos… todo iba desapareciendo como
si fuesen hilitos de humo escapando de mi cabeza. Y yo no podía hacer nada. En
uno de estos episodios, recuerdo asirme con fuerza al cabecero de una cama
desconocida, en la que había aparecido al trasladarme desde la primera realidad
onírica. Cuando comencé a darme cuenta de lo que me estaba sucediendo, me
aferré a los barrotes luchando por recordar cada fragmento de mi vida de vigilia.
Realizando un enorme esfuerzo, logré engancharme a un diminuto aspecto de mi
disgregada memoria. Afortunadamente, desperté de nuevo en la realidad que
llamamos vigilia, con gran alivio por mi parte y con la memoria intacta. Quiero
dejar claro que este tipo de acontecimientos no son la consecuencia de
simplemente quedarnos dormidos dentro de un sueño lúcido. Dormirse solo conduce
a un sueño ordinario y posteriormente a un despertar normal. El concepto de
profundización por capas dentro del mundo onírico en el que se basa Origen es
algo infinitamente más complejo que requiere de unas técnicas específicas.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Es cierto que los sueños lúcidos tienen una duración
limitada, ya que no pueden ser prolongados indefinidamente desde el punto de
vista cerebral. Pero cuando el sueño lúcido languidece, lo que el sujeto
percibe es que la realidad alternativa comienza a oscurecerse y la visión se
vuelve borrosa. Este proceso suele ser bastante rápido, pero es paulatino y no
implica necesariamente que los elementos del entorno se caigan a pedazos.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
La dificultad no es finalizar un sueño lúcido, sino
prolongarlo. Terminan antes o después. Y si la persona desea acabar
voluntariamente, únicamente tiene que darse la orden a sí misma. Tan fácil como
esto. Otra cosa es que un acontecimiento traumático, como una muerte aparente,
puede hacer regresar al soñador de una manera inmediata. Por tanto, si alguien
sufre un ataque de un personaje onírico y es asesinado, lo más probable es que
el sujeto despierte inmediatamente por efecto de la impresión. Pero esto ocurrirá
igualmente con cualquier emoción fuerte.
Por supuesto, tenemos que hablar de los famosos tótems.
Estos son objetos especiales, de pequeño tamaño, que llevan los soñadores
lúcidos de la película para comprobar, cuando lo necesiten, si están en una realidad
onírica o en la realidad de vigilia. Esta medida podría parecer exagerada, pero
no lo es. Está relacionada con el concepto llamado falso despertar que ya traté
en el capítulo 2. Recordemos que esta es una experiencia bastante común entre
los soñadores de todos los niveles, tanto principiantes como expertos. Un falso
despertar es una situación en la que el sujeto toma un sueño lúcido por la
realidad de vigilia. Sucede porque la persona regresa del mundo onírico
atravesando una fase de transición tan suave que no hay disrupción entre una
realidad y la otra. Así que el individuo cree firmemente que ha vuelto a la
realidad física de vigilia y no sospecha ni un ápice que continúa dentro de un
sueño lúcido. Si uno está preparado para ello, el falso despertar no conlleva
peligro alguno. Pero puedo asegurar que es una experiencia realmente
desestabilizante. Potencialmente, el problema viene si los falsos despertares
son muy frecuentes. Entonces, terminan siendo un fastidio.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Entonces, ¿existe alguna manera segura de comprobar el tipo
de realidad en la que nos encontramos? Desafortunadamente tengo que decir que
yo no la conozco. La mejor herramienta, desde mi experiencia, es tu propio
instinto. Una vez asumido que estás en una realidad o en otra, todo lo que puedes
hacer es confiar en que todo vaya bien con la elección. Reconozco que yo nunca
sabré si he despertado de mi último sueño lúcido o si permanezco en un eterno
falso despertar sin final. Tampoco me preocuparía demasiado, ya que esta
realidad en la que vivo es finalmente un mundo real como cualquier otro. No
importa si es un sueño lúcido o no, porque ¿dónde está la diferencia?
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
LOS HACKERS DEL SUEÑO
Tengo que confesar que, cuando tuve conocimiento del tema
que voy a desarrollar en este capítulo, me invadió una mezcla de asombro y
estremecimiento. Me dispongo a escribir sobre algo realmente fascinante, que es
totalmente desconocido para la inmensa mayoría de los soñadores lúcidos.
Probablemente sea uno de los asuntos más oscuros, intrigantes y profundos en
relación con la práctica de este fenómeno. Me gustaría advertir al lector de
que esta es una historia absolutamente real y actual; no es un relato de
ficción. Aunque sería un excelente guion para una película.
Lo que me propongo discutir en este capítulo bebe
fundamentalmente de unas pocas fuentes que circulan por internet. La escasa
información que he logrado obtener sobre el tema, a lo largo de estos años, es
pública. Se encuentra diseminada por foros muy específicos, escritos en inglés
y en ruso, dedicados a la práctica de los sueños lúcidos. La mayoría de los
enlaces que conducían a las páginas originales ya no funcionan. ¿Por qué han
sido cerradas? ¿Inactividad? ¿Secretismo? En la década de 1990, en los países
bálticos y en Rusia apareció un grupo organizado de personas que se hacía
llamar los dreamhackers. Es decir, los «hackers (o piratas) del sueño». Fue
creado por un individuo que se hacía llamar Sergey Izrigi, un seudónimo cuyo
apellido significa «procedente de Riga», la capital de Letonia. Se trataba, al
principio, de un conjunto de personas interesadas en las enseñanzas
transmitidas en los libros de Carlos Castaneda. El foco de atención del grupo
era la práctica de ensoñar, término con el que Castaneda se refería a los
sueños lúcidos.
Después de realizar enormes avances en el control onírico,
Sergey y el resto de los compañeros descubrieron nuevos enfoques. Esto los
llevó a declarar que el conocimiento ofrecido en las obras de Castaneda se
quedaba muy corto. Opinaban que el mundo de los sueños lúcidos tenía mucho más
que ofrecer. Continuaron investigando y experimentando por su cuenta hasta que
dieron con la clave que los llevaría, según sus relatos, más lejos de lo que
nunca habrían sospechado. Dijeron que habían logrado desentrañar el auténtico
funcionamiento de los sueños. Para sistematizar sus descubrimientos, comenzaron
a emplear un lenguaje similar al utilizado en informática: ellos veían los
sueños como una especie de archivo «de solo lectura» en una gran computadora,
el cerebro. Y como tal, creían que en ellos se podrían insertar macros140 para
ejecutar un código en su interior que cambiaría el funcionamiento del archivo
onírico. Tengamos en cuenta que todo lo anterior era una metáfora de un
procedimiento que nunca se hizo público por completo. Siguiendo esta línea de
pensamiento, los dreamhackers construyeron un nuevo método para producir sueños
lúcidos, totalmente aparte de todos los que se estaban practicando. ¿En qué
consistía? En su propio lenguaje, se basaba en «jaquear el programa de los
sueños», a la manera de los piratas informáticos.
Sergey Izrigi organizó varios clubes de sueños lúcidos en
Riga y en distintas ciudades de Rusia, con el objetivo de entrenar al mayor
número de interesados. Pretendía extraer toda la información posible sobre el
mundo onírico de las experiencias de sus integrantes; revelaciones que luego
ayudarían a mejorar el método. En principio, estos grupos no eran secretos,
pero sí muy discretos. No deseaban llamar la atención. Aunque no sirvió de
mucho: parece ser que, poco tiempo después, la innovadora aportación de los
dreamhackers a la investigación de los sueños ordinarios y de los sueños
lúcidos fue tal que los clubes llamaron la atención de la inteligencia militar
rusa. No está muy claro qué ocurrió exactamente, pero Sergey pudo haber
colaborado en un principio. La presión a la que algunos fueron sometidos
durante los experimentos desembocó en el abandono de los principales
representantes del grupo, entre ellos su fundador y líder, Sergey Izrigi. De
acuerdo con la información que circula en las redes, Sergey declaró:
«¡Ya es suficiente! ¡Que otros hagan fortuna con la sangre
de los niños rusos y las lágrimas de sus madres! Yo invertiré en el desarrollo
de la ciencia del control de los sueños para que todos los que estén hartos de
las tonterías de los líderes mundiales puedan tener un lugar a donde poder ir:
el lugar de los sueños y el conocimiento, un misterioso y hermoso El Dorado».
Sergey se sintió con la obligación moral de hacer
parcialmente públicos los descubrimientos de los dreamhackers, ahora que este
conocimiento había caído en manos de los servicios de inteligencia del estado
ruso. Para ello, en 2001, Sergey abrió un foro en internet, donde los
dreamhackers intercambiaban hipótesis, conclusiones y nuevas herramientas. Y lo
inauguró advirtiendo a cada uno de los futuros miembros de la seriedad de las
prácticas a las que iban a acceder:
«Si sigues nuestro ejemplo y te involucras en el desarrollo
de tales estados de conciencia, al final caerás bajo la presión de las “fuerzas
negativas del destino”. En el primer nivel de peligro, arriesgas tu salud y el
bienestar de las personas cercanas a ti. Algunos de vosotros podéis percibir
tal “raquetazo kármico” como una “prueba de madurez” o como un “espíritu
endurecido”. Para nosotros, esta ira de las fuerzas universales fue una
completa sorpresa. Sufrimos grandes pérdidas (…). Por lo tanto, te ofrezco un
método fascinante y efectivo de autoconocimiento, que aún no ha sido explicado
por nadie, que no se pega al puntero de los maestros y no se frota con los
dedos grasientos de la autoridad. Aquí hay una guía de acción, un poco
como una guía. Puedes considerarlo un portal a un mundo multidimensional
que espera tus ideas y descubrimientos. En este camino, cualquiera de los que
caminan es el primero. Y depende de ti desarrollar este método y su
justificación filosófica».
¿En qué consistía el revolucionario método de los
dreamhackers? Como he explicado en el capítulo 1, en Occidente solo existen dos
grupos de técnicas que marcan maneras bien diferentes de practicar el control
de los sueños lúcidos. La primera, y más sencilla, persigue mantener una rutina
de vida constante hasta que el sujeto logre hacerse consciente de que está
soñando dentro de un sueño corriente. Para ello, es imprescindible saturar la
consciencia de vigilia con el deseo de trasladar la parte cognitiva al mundo
onírico mediante el cuestionamiento continuado de la realidad. Y, si uno tiene
suerte, un día ocurre. El otro camino, la otra escuela, trata de dominar el
proceso de quedarnos dormidos de una manera consciente. Aunque es algo más
complejo, ofrece resultados excelentes y duraderos. Cualquier método, técnica,
herramienta que pretenda producir resultados en el control de los sueños
lúcidos, acaba teniendo relación con alguna de estas dos puertas de entrada.
Yo siempre pensé que no habría más alternativas. Pero me
equivoqué. Cuando descubrí el excelente trabajo de los dreamhackers, quedé
absolutamente fascinado. Quizás todo aquello no era para mí, pero
verdaderamente era viento fresco. Su enfoque apenas tiene que ver con las dos
corrientes que antes he mencionado. El método de los dreamhackers es algo
nuevo, casi insolente, que me rompió los esquemas. Expondré a continuación los
puntos principales de su pensamiento, dentro de lo poco que sabemos sobre ello.
La primera premisa de los dreamhackers es que el mundo de
los sueños es un mundo en sí mismo, con sus propias leyes y territorios.
Comparando los sueños corrientes de miles de personas, se dieron cuenta de que
ciertos lugares oníricos eran comunes en todos los relatos. Pensaron que se
trataba de áreas de carácter arquetípico. Por ejemplo, escuelas y
universidades, desiertos, fábricas, túneles, laberintos, etc. Siendo que estos
lugares aparecían en los sueños de todos los individuos, dedujeron que el mundo
de los sueños era una realidad que podía ser cartografiada. Por tanto, su
método comenzaba con la elaboración de un mapa del mundo de los sueños.
Desarrollaron técnicas específicas para ayudar a los
soñadores en la construcción de su propio mapa. El primer paso era potenciar al
máximo la habilidad de recordar los sueños ordinarios al despertar, para
realizar un posterior análisis y registro. Como parte de su método secreto, se
utilizaban ciertas rutinas para el procesamiento de la información que solo los
dreamhackers conocían. El propósito de estas rutinas era hacer eficiente el
proceso de elaboración del mapa de sueños. Uno de estos métodos consistía en la
retroalimentación entre los miembros del grupo; efectivamente, ya que el mundo
onírico era para ellos un mundo en sí mismo, los dreamhackers estaban obligados
a contarse los detalles de sus respectivos sueños. La información de unos sería
aprovechada por otros para completar los mapas personales. Esto aceleraba su
finalización.
En los foros ofrecieron cierta información valiosa, aunque
parcial, sobre la manera de confeccionar estos mapas:
«¿Quiere el soñador practicar la construcción del
mapa? En primer lugar, un diario de sueños. Mantenlo cerca de la
cama. Y un lápiz con una goma de borrar. Recuerdas un sueño,
escríbelo allí mismo. Dibuja un mapa del área: una cadena montañosa, un
lago, un claro con un camino. ¿Te has visto en una casa? No es
necesario perder el tiempo en las habitaciones: simplemente marca esta casa y
todo lo que la rodea. Ves un hueco que se convierte en una montaña frente
a tus ojos. Así que llámalo: un hueco-montaña. La especificidad no es
particularmente necesaria. Pero cuanto más esfuerzo pongas al principio,
más rápido será el progreso. En el diagrama, coloca inscripciones que
expliquen los detalles del paisaje».
Después de encajar uno a uno los elementos particulares de
los propios sueños como si fueran lugares concretos, los dreamhackers comienzan
a encontrar relaciones entre ellos. Esto va fortaleciendo el esquema,
haciéndolo cada vez más coherente. Por ejemplo, en un sueño puedes contemplar
un determinado edificio de ladrillos rojos. Pero días después sueñas que sales
de esta misma construcción y ves un parque a tu izquierda. Así que piensas «claro,
el parque queda cerca del edificio rojo», y así lo dibujas. En teoría, este
tipo de conexiones son siempre muy parecidas en los mapas de todos los
soñadores. Es decir, en este ejemplo, los parques siempre estarían localizados
en las cercanías y a la izquierda de un edificio de ladrillos rojo.
Los dreamhackers también recomendaban ubicar los distintos
emplazamientos oníricos según la orientación de los cuatro puntos cardinales.
Es decir, además de la descripción física de los mismos, cada lugar habría de
tener una cierta localización espacial: al norte, al suroeste, al oeste… Al
principio, este concepto me desconcertó. En un sueño lúcido o en un sueño
ordinario no existen referencias tan concretas. Pero, reflexionando sobre ello,
comencé a entender: es cierto que, cuando uno sueña con un lugar, lo visualiza
siempre delante de uno mismo, a su izquierda, a su derecha o detrás. Si haces
caso de tu intuición, siempre hay una orientación que corresponde con la
localización de un lugar enfrente de ti. Solo tienes que dejarte llevar por las
sensaciones y descubrirás si, para ti, enfrente quiere decir al norte, al
oeste, al este o al sur. Es probable que, para la mayoría, enfrente sea el
norte. El resto de los rumbos quedan definidos por descarte.
Pero, una vez decidida la ubicación de un lugar concreto,
¡los dreamhackers exhortaban a invertir los puntos cardinales! Por ejemplo, un
lugar que era percibido con orientación norte habría de dibujarse situado en
realidad hacia el sur. ¿Por qué? La información que he encontrado sobre este
asunto es muy extraña. Los dreamhackers argumentan que la clave de esta
inversión puede encontrarse en antiguos textos taoístas y en ciertos mapas
chinos:
«Este hecho sorprendió a los soñadores. Realizaron una
búsqueda de este fenómeno en la literatura y descubrieron que en ciertos textos
geográficos chinos antiguos se puede encontrar el mismo fenómeno. Los
mapas chinos antiguos tenían una orientación de imagen especular a lo
largo del eje Y. Al leer estos textos, entendimos que los antiguos chinos
trataban el mapeo de los sueños de una manera seria (…). Desafortunadamente, la
información sobre estos antiguos soñadores es muy escasa y vaga (…). Mi
consejo: coloca el mapa de los sueños en un espejo: el sur es arriba, el norte
es abajo, el oeste es la derecha, el este es la izquierda. El sueño y el
mundo cotidiano son proyecciones reflejadas el uno del otro. El punto
focal eres tú».
Esta reflexión es muy intrigante porque también coincide con
las descripciones del más allá de los textos funerarios egipcios. En ellos se
advierte al difunto de los peligros de viajar por el Dwat, ya que este mundo
está invertido espacialmente respecto a la realidad física. Lo que aquí está
boca abajo, en el otro mundo está bocarriba. Los textos avisan al faraón para
que sea cuidadoso cuando camine por las realidades alternativas ¡porque corre
el riesgo de ingerir su propia orina o sus propios excrementos! En algunos
grabados puede verse una representación de algunos transeúntes que no han sido
capaces de orientarse en este mundo trastocado y otros que sí han encontrado la
manera de avanzar sin dificultad.
Esto ha quedado recogido en las obras del estudioso Jeremy
Naydler, del que ya he hablado:
«(…) las leyes del Dwat no son las leyes del mundo físico. Se parecen más a las leyes del sueño».
Naydler también nos recuerda que esta inversión espacial es
mucho más antigua, pues está presente en muchas tradiciones chamánicas,
cronológicamente anteriores a la religión egipcia.
Los dreamhackers reflexionaron sobre la naturaleza y la
estructura del mundo de los sueños. Los mapas no son continuos, como podríamos
esperar. Están formados por todos nuestros sueños discretos: el sueño de la
fábrica, el sueño del parque, el sueño de las montañas, etc. Cada uno de estos
sueños constituye una única burbuja de percepción independiente. Más allá de la
membrana de esa esfera perceptiva de cada sueño individual no habría nada,
salvo otras burbujas de sueño aisladas entre sí. Sin embargo, en cada burbuja
existirían algunos elementos que podrían actuar de portal entre un sueño y
otro, entre una burbuja y otra: un armario, una puerta, una trampilla… Cuando
el soñador encuentra estos «transportes» y los atraviesa, puede desplazarse
desde su burbuja actual de percepción hasta otra diferente.
La tarea más importante para este misterioso grupo de
onironautas fue la recopilación y clasificación del mayor número posible de
emplazamientos arquetípicos dentro del mapa de sueños: torres, templos,
fábricas, laberintos… De acuerdo con las premisas de los dreamhackers, estos
lugares oníricos son comunes a todos los exploradores. Aunque su descripción no
tendría por qué ser exactamente la misma, su función sí debía coincidir. Los
laberintos son especialmente intrigantes. Así llamaron a cualquier tipo de
estructura construida mediante caminos enrevesados. Esto incluye senderos
subterráneos, como una red de galerías o cuevas, y recorridos en la superficie,
como casas con una distribución compleja de habitaciones y pasillos. Los
laberintos estarían relacionados con la parte más íntima y profunda de nuestra
psique y, como tal, son lugares peligrosos. Según los dreamhackers, si son
manejados con cuidado, sirven para cambiar las condiciones de nuestra vida en
el mundo de la vigilia: podemos mejorar nuestro estado de salud, fortalecer
nuestra economía o influir en nuestras relaciones sociales. El concepto es
verdaderamente enigmático:
«El laberinto es un “gusano” de software que se desarrolla
en nosotros, crece, devora energía y memoria, y luego reemplaza a una persona
por sí misma, sus propias leyes y reglas (…). Sí, los laberintos son algo
simbólico. Son una manifestación de algunos componentes energéticos del
universo. Nuestra mente los transforma en una plantilla que, por razones
absolutamente incomprensibles, la gente ve como un laberinto».
Los dreamhackers advierten de que los laberintos son lugares
extremadamente peligrosos: cualquier soñador principiante debería evitar su
exploración. En caso contrario, un mal uso podría provocar trastornos mentales
e incluso enfermedades físicas graves. Por tanto, si no tienes suficiente
experiencia en el mundo de los sueños y ves un laberinto, ¡no entres! Como los
dreamhackers decían: «si no puedes soportar el calor, no vayas a la cocina»
Distinguieron entre dos tipos de laberintos: los personales
y los arquetípicos. Los laberintos arquetípicos serían comunes a todos los
seres humanos. Dentro de esta categoría, mencionan el laberinto de vida, el
laberinto de eventos y el laberinto de obsesiones. En el primero, el soñador
puede incrementar su fuerza vital o recuperar la salud. El peligro de este
laberinto es que, de no tomar precauciones, produce el efecto contrario. Es
decir, debilita a la persona hasta el extremo de enfermarla seriamente.
Entrando en el laberinto de eventos, el soñador puede
modificar sus condiciones de vida en el mundo de la vigilia, trastocando
bruscamente el curso de los acontecimientos. Este laberinto actuaría como una
especie de conversor de las leyes causales de nuestro entorno físico. Pero
también comparta sus riesgos. Un mal uso del laberinto de eventos provoca
consecuencias no esperadas de carácter irreversible: puede arruinar la vida del
soñador de un plumazo. El tercer laberinto arquetípico, el llamado laberinto de
obsesiones, es el más complejo de todos. En él podemos explorar, revivir y
manipular nuestras debilidades humanas. Manías, enganches, malos hábitos,
perversiones, miedos, fobias. Dicen los dreamhackers que este laberinto permite
al soñador acceder a un tipo de energía oscura con la que es posible realizar
hazañas sobrehumanas, ya sea en beneficio de otras personas o en su perjuicio.
En sus conversaciones también trataron el asunto de los
sueños compartidos. Como he mencionado, estos consisten en la exploración conjunta
de un mismo sueño por parte de dos o más personas experimentadas. Los
dreamhackers afirmaban practicarlos, pues comprendían sus mecanismos secretos.
Por ejemplo, explicaron que cuando el grupo superaba los cinco soñadores, una
entidad externa aparecía siempre en el sueño para ayudarlos. A esto le dieron
carácter de ley. Según palabras de los dreamhackers, dicho ser tomaba
habitualmente la forma de: «(…) una niña, un animal pequeño (un perro o un
gato) o un pájaro. Posiblemente, constituye un fallo en el “programa”, un
tipo de eco de las emanaciones conjuntas de nuestra conciencia»
¿Cuál era el objetivo final de las prácticas de los
dreamhackers? Con el tiempo, el mapa de los sueños llega a un punto de
integración tal que la persona experimenta la mayor revolución espiritual de
toda su vida: recuerda, de una sola vez, todos y cada uno de sus sueños
pasados. Es como si, de repente y sin aviso, implosionara de conocimiento.
Cuando dicen que recuerdan de golpe «todos los sueños», se refieren a todos los
sueños: desde los más recientes hasta los ocurridos varias décadas atrás. El
choque emocional es tal que la vida de vigilia y la vida de los sueños se
fusionan en una sola realidad. El individuo queda radicalmente transformado y
comienza a vivir en otro nivel de consciencia desconocido para el resto de los
seres humanos. A partir de ahí, puede fluctuar a voluntad entre el mundo que
dejó atrás y un sinfín de realidades alternativas. Expresándolo de otra manera,
se convertiría en un soñador lúcido a tiempo completo. Sergey Izrigi escribió:
«Después de un tiempo, las “burbujas” comenzarán a
conectarse. Habrá muchas de ellas, se fusionarán, creando un mapa de sueños a
partir de cientos de fragmentos (…). Y entonces un día, ¡BAM!, comienzas a
recordar los lugares de sueños donde estabas hace cinco o diez años (…). Ese
recordar los sueños comienza a visitarte cada vez más a menudo. Sientes que
algo poderoso, enorme e incontrolable está creciendo en ti. Entonces, ¡aha! ¡Estalla
en ti! ¡En ese momento puedes dibujar casi todo el mapa! ¡Conoces casi todos
los lugares! Ardes desde adentro con conocimiento y poder. Puedes hacer
cualquier cosa. La gente se pega a ti como moscas… La fuerza atrae a todos. En
cuestión de horas, tu importancia crece hasta el cielo. Momento terriblemente
peligroso (…). Cientos de personas abandonaron los hackers en este
momento. Luego se convirtieron en “personas ordinarias”, tan ordinarias que
incluso se arrancaron el pelo anhelando el periodo de la vida en que el ave del
conocimiento se los llevó».
La persona obtiene el control de toda su existencia y se
inflama de conocimiento. Algo parecido a la iluminación. Esto es precisamente
lo que Castaneda llamó «alcanzar la tercera atención». En sus libros, sin
embargo, asegura que dicho estado solo es accesible a personas muy sabias que
dedican toda una vida a la práctica y que muestran una vida intachable. Lo
auténticamente revolucionario de los dreamhackers es que afirmaban haber
descubierto un atajo.
Esta iluminación exprés capacita a los soñadores, además,
para traspasar los límites del mapa de sueños. Los dreamhackers creían que el
mundo de los sueños es un territorio limitado por las cuatro fronteras norte,
sur, este y oeste. Más allá de ellas, nadie sabe qué hay. Las descripciones de
las fronteras norte y sur son inmutables. Sin embargo, las fronteras este y
oeste fluctúan y no siempre tienen el mismo aspecto. Además, la frontera del
este parece ser una zona especialmente restringida para los soñadores y la
frontera del norte se aleja poco a poco según avanza la experiencia del
viajero. En general, estos cuatro límites están representados por cadenas
montañosas, desiertos, mares o ríos. En el centro del mapa siempre estaría la
casa del soñador.
Atravesar las fronteras únicamente estaría al alcance de
onironautas veteranos que hayan completado el mapa y, por tanto, hayan
experimentado la fusión de realidades. Con ello, quedaría abierta la puerta a
universos y realidades inconcebibles más allá del conocimiento humano. El cruce
se efectuaría siempre por lugares muy específicos de las fronteras del mapa.
Uno de ellos estaría, según los dreamhackers, en la esquina sureste del mapa:
es un puente que conduce a un paso de montaña. Otra de las salidas está ubicada
en el límite norte, en una extraña tierra habitada por seres de enorme tamaño.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Antes de terminar, quisiera atraer la atención sobre un
asunto curioso. Quizás sea una casualidad, pero me parece ver una relación
entre la película Matrix y el desconocido movimiento de los dreamhackers.
Veamos:
1-Neo, el protagonista de Matrix, es precisamente un hacker
informático que viaja a realidades alternativas que podríamos definir como
sueños lúcidos.
2-Durante su primer encuentro, Morfeo advierte a Neo: «has
estado viviendo en un mundo de sueños, Neo. Como en la visión de Baudrillard,
toda tu vida ha transcurrido dentro del mapa, no del territorio»153. Aquí se
mencionan juntas las palabras sueños y mapa. Por otro lado, se cita a
Baudrillard, un filósofo francés del postmodernismo que cuestionó la realidad
del mundo en el que vivimos. La cinta hace referencias veladas a él en varias
ocasiones. Por ejemplo, al principio de la película, unas personas acuden al
apartamento de Neo (Anderson) porque desean pagarle por uno de los trabajos que
ha realizado como hacker. Cuando llaman a la puerta, Neo está soñando. Un
hacker dormido es un dreamhacker, ¿no? Cuando Neo toma el dinero, lo esconde en
un libro hueco, donde también guarda los disquetes con la información
pirateada. Este libro Cultura y Simulacro de Baudrillard.
3-La cronología coincide. La película fue estrenada en 1999
y la actividad de los dreamkackers comenzó algunos años antes del 2001, cuando
fueron estrenados sus foros de internet. ¿Quién inspiró a quién? ¿Matrix a los
dreamhackers o los dreamhackers a Matrix?
4-El padre de las hermanas Wachowski (de ahí su apellido,
aunque son nacidas en los Estados Unidos) proviene de Polonia, uno de los
países de la órbita de influencia de los dreamhackers. ¿No hay algo
verdaderamente intrigante en todo esto?
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos son un estado de consciencia accesible a
todo el mundo. Nadie nace con un don especial para su práctica. Es cierto que
se necesita la mejor formación posible y mantener la motivación alta durante
todo el proceso de aprendizaje. Pero está al alcance de todos. Por ello, se lo
recomiendo a cualquier persona que esté interesada en tener una vida más plena
y emocionante. Merece la pena embarcarse en esta travesía.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
La práctica de los sueños lúcidos produce, sobre todo, gozo.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
En efecto, después de tantos años, he llegado a pensar que
vivimos la vida que soñamos. Soñar podría, entonces, ser el origen de la
manifestación en nuestra realidad de vigilia. ¿Qué ocurre, entonces, cuando
introducimos la lucidez en esta ecuación? Tenemos el control sobre nuestro
destino. Por eso sospecho que los sueños lúcidos son el impulso final que
permitirá a la raza humana dar un nuevo salto en su desarrollo como especie.
Enrique Ramos
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 7
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 18
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 18
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 19
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 20
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 21
En la actualidad, la información sobre los sueños lúcidos es muy abundante. Está disponible en internet y en numerosas obras escritas. A pesar de ello (o quizás como consecuencia), la confusión sobre el asunto es enorme. Hay controversia hasta en la manera de llamar a la experiencia. En efecto, tres son los términos empleados: sueños lúcidos, viajes (o proyecciones) astrales y experiencias fuera del cuerpo. Esto, para comenzar, no ayuda en nada a la clarificación del fenómeno.
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 23
Muchos han pasado por estados modificados de consciencia. La certeza personal de lo que uno ha experimentado en ellos es ciertamente inviolable. Nadie desde el exterior debería entrar a valorar la importancia subjetiva de estos eventos íntimos, ni por supuesto el impacto producido sobre el protagonista. Otro asunto es clasificar estas experiencias en la categoría correcta. Estoy convencido de que la mayoría de las personas que creen haber tenido un sueño lúcido no intentan engañar a nadie. Sin embargo, el desconocimiento o la información errónea hacen que se clasifiquen estas experiencias dentro de una categoría totalmente incorrecta. El sueño lúcido no debería convertirse en un cajón desastre. No todo cabe dentro: estamos hablando de una de las experiencias más impactantes por las que puede pasar un ser humano. Precisamente por la relevancia que tiene y la huella que deja en la persona, el sueño lúcido controlado es algo único e imposible de olvidar.
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 24
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 24
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 25-26
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 26
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 27
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 27
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 27
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 28
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 29
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 31
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 32
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 33
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 36
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 36
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 3
Las técnicas que aplicamos los soñadores lúcidos van en la dirección de aportar, de alguna manera, un impulso adicional de lucidez justamente durante una de las fases REM, pero evitando despertar de manera completa. Si lo logramos, la mente consciente reconquista parte del control sobre el sistema. Pero encuentra que la realidad ya no existe a efectos perceptivos, porque fue desmontada como consecuencia de la desconexión de los sentidos. La mente consciente no sabe vivir sin un mundo en el que desarrollarse: necesita un universo para justificar su presencia. Así que, por medio de un mecanismo automático que aún no comprendemos bien, la mente consciente construye de nuevo un mundo nuevo para su esparcimiento. En ese momento, ya tenemos un sueño lúcido, una experiencia fuera del cuerpo o viaje astral.
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 37
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 39
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 42
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 43
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 47
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 48
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 49
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 52
Con el tiempo, poder constatar por uno mismo este estado de metacognición ha llevado a muchos onironautas a plantearse si el sueño lúcido es un estado de consciencia superior a la vigilia. Mi experiencia me dice que sí. Esto, evidentemente, te cambia la perspectiva sobre la naturaleza de la realidad. En efecto, si organizamos los tres estados en los vértices de un triángulo equilátero, el sueño lúcido debería estar en la cúspide, porque es donde el ser humano disfruta del mayor grado de lucidez y de control sobre el entorno. Los vértices inferiores estarían ocupados por el sueño ordinario y por la vigilia. Creo que el origen de todo está localizado, por tanto, en el estado onírico consciente. De esta manera, cuando un sueño lúcido finaliza, en realidad no estamos despertando, sino que nos estamos durmiendo. Y, por eso, acabamos en el estado de vigilia. Después, cuando llega la noche, decimos que nos disponemos a realizar algo que denominamos dormir. ¡Pero no es cierto, porque ya estábamos durmiendo! Así que, en verdad, lo que hacemos durante la vigilia es dormir aún más profundamente o, si se quiere, soñar dentro de otro sueño.
Si las personas pueden aprender a despertar dentro de un sueño corriente para convertirlo en un sueño lúcido, aplicando determinadas técnicas, sería lógico pensar que deben existir técnicas equivalentes que nos permitan despertar dentro de la vigilia. Eso convertiría nuestro mundo cotidiano en un sueño lúcido; al fin y al cabo, hemos dicho que la vigilia es otro sueño. Esto mismo es lo que ciertas religiones y filosofías, como el budismo, llaman la experiencia del despertar. ¿Es el yo del sueño lúcido el que sueña al yo de la vigilia? ¿O es el yo de la vigilia el que sueña al yo del sueño lúcido? ¿Quién sueña a quién? Aquí está la clave.
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 52
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 56
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 57
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 57
• Voces que llaman al individuo por su nombre, a veces susurrando, a veces gritando.
• Vibraciones.
• Rigidez muscular.
• Flotación sobre la cama.
• Luces, colores intensos.
• Desdoblamiento parcial de un cuerpo sutil desde el cuerpo físico.
• Sensación de que la cama se hunde bajo la presión de alguien que se sienta o camina sobre ella.
• Presencia de seres en el dormitorio.
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 58
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 59
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 60
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 61
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 62
No resulta fácil recuperarse de un falso despertar. Supone una bofetada al concepto de realidad en el que hemos sido educados. Es muy desconcertante pensar que hemos pasado un tiempo, que puede ser prolongado, convencidos de estar en nuestra realidad cotidiana cuando hemos estado viviendo dentro de nuestro sueño lúcido. Pero aún es más impactante cuando se concatenan varios falsos despertares consecutivos. Aunque esto no supone ningún peligro serio, en estas ocasiones algunos soñadores lúcidos podrían llegar a sentir miedo de no poder regresar jamás al mundo de la vigilia. El concepto de falso despertar queda reflejado en las películas Origen
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal), página 63
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Luces cegadoras
Atravesar objetos sólidos
Flotar sobre la cama
Fuertes vibraciones
Distorsión temporal
Operaciones quirúrgicas y manipulaciones físicas
Contemplación del cosmos
Relaciones sexuales
Rigidez muscular
Somatizaciones
El falso despertar
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
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Enrique Ramos
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Los sueños lúcidos: una realidad alternativa (Desarrollo personal)
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«(…) las leyes del Dwat no son las leyes del mundo físico. Se parecen más a las leyes del sueño».
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Enrique Ramos
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