AQUELARRE DE INOCENTES
El órgano se inflama
como un pan en plato de leche.
Te espera a la sombra de sus sensaciones:
una confianza como mamar pan
entre astros lácteos,
un hostal de ansias,
gatos y gatas con botas y zapatillas,
enligadas,
y un piercing rojo
bailando en el pequeño cariño de los escándalos.
Sus ojos omnipresentes
tragados por el agua sexual,
alivio de los cantos.
El órgano se inflama
como un pan en plato de leche.
Te espera a la sombra de sus sensaciones:
una confianza como mamar pan
entre astros lácteos,
un hostal de ansias,
gatos y gatas con botas y zapatillas,
enligadas,
y un piercing rojo
bailando en el pequeño cariño de los escándalos.
Sus ojos omnipresentes
tragados por el agua sexual,
alivio de los cantos.
Alejandro Massa Varela
ORAL
¡Ábrete!
Ella ya no quiere ser el limbo.
Boca hecha por la boca en despoblado,
una mentada a la telerrealidad,
una nube pornocrática pensada,
una risa que llueve,
constelación demolida
en el espejo de las transparencias.
¡Ábrete!
No veo que la veo,
me cae
y chispo.
¡Ábrete!
Ella ya no quiere ser el limbo.
Boca hecha por la boca en despoblado,
una mentada a la telerrealidad,
una nube pornocrática pensada,
una risa que llueve,
constelación demolida
en el espejo de las transparencias.
¡Ábrete!
No veo que la veo,
me cae
y chispo.
Alejandro Massa Varela
SHUNGA DE LAS ESTRELLAS
Mi hembra se rastrilló,
tiró sus estrellas negras al suelo,
pelo de mascota satánica
en su naturaleza apacible,
clareada sencillez.
Mojó su agua con agua,
se limpió la espuma y me la puso como una sonrisa en mi sonrisa…
Colocó esa hembra pequeña sobre mi pecho.
Más que tibia:
un aliento delgado,
salida,
casi,
tratando de comer,
centrando el nuevo corazón de un hombre adulto.
Alejandro Massa Varela
No hay comentarios:
Publicar un comentario