Dafne Benjumea

[…]

 

Cuánta miseria,

extraño arrodillarse a la concordia

en el día que todo se perdona:

así,

las gotas

blo

blo

quean el paso de la gruta (a-

nominal) o de la boca o sin quererlo.

 

Pues cielo abriéndose en cien con ímpetu de álamo,

su voluntad recorre por toda voluta (espuma) de la piedra que cede (no cesa)

al peso y el animal no oprime su

caída

desde el acan

tilado

 

se permite a sí

 

(mira lejos)

 

que la nube se aparta ante hermoso cuerpo giratorio y el rayo sobre el lomo:

«adiós»

«hasta nunca»

«hasta (¿amén?)»,

quién

sabe

si

sólido descuido o inútil de aquí a 100.000 kilómetros

(quién del vértigo), las patitas cabalgaron por el aire

antes del chasquido óseo del final, el arañido lineal,

la piel (la piel) que ya expira, que ya carnosa la herida

(nominal) olor a granate:

 

nadie lo vio (nadie lo vio).

 

[…]

Dafne Benjumea




El álamo alamea

el peral y sus hijillas (qué frutillas)

estos arbolitos por su nombre

 

Sus sombras no es nombre

no me cubren

entonces cogí la manzana

(lloraba y lloraba)

 

hendí incisiva

incisivos sobre la

fruta la humedad

de la fruta

 

el rabillo en la tierra

sus semillas en la tierra

y de ella nacieron

hectáreas de colores

(qué colores)

 

Pensé en la tilde de álamo

y luego pensé que álamo puede venir de alma

o al menos

se asemejan

 

Que por allí vienen los petirrojos

tan ninfos y orgullosos

que se comen las bayas que planté

y me dejan sola

sin hijillos

 

Entonces mi nombre se agranda

me cubre como sombra

como un campo de secano

como el sol

en el secano

 

Es mi vientre esta llanura

 

y digo

¿de qué manera decirte?

 

Ya en la urbe

me animo

me agito

nerviosa

y te observo

 

La cascada del grifo me convierte

en lo que soy

pues ¿quién soy?

 

Creí que bajo la luz mis árboles crecerían

que bajo la luz crecerían alto

que bajo la luz más fulgorosa se elevarían

pero

qué va

no crecen

yacen calcinados

sin pliegues

ni bifurcaciones secretas

 

Entonces mi corazón triste

tigre abuelo que palpa las alas de los buitres

y a la palabra antaño

se pregunta

Dafne Benjumea





Las sámaras agitadas

parecen disgustadas

toman su tiempo al

caer

 

y entre vaivenes

y vaivenes

cabeceo:

deseos

bajo

el ala

 

hasta que me entrego sierva

decisivamente

a ti

 

Sin embargo

no pienso

únicamente

en ti

 

(¿Seré lapidada o desterrada?)

 

Tras el cristal

ya espío

a las sámaras besar el suelo

 

y a su vez el índigo furioso de las nubes crece que crece

el trozo de pan sobre la mesa

 

pues me entregué (ni me

meciste)

 

Quiero ser la mejor versión de ti

 

Quiero ser la mejor versión de ti

pero yo sé que ya eres

Dafne Benjumea















Inti García Santamaría

LA PLAYA

Todas las estrellas
son estrellas
fugaces.

Estas arañas veloces
son cangrejos malaquitas.

¿Reconoces a Cáncer en el cielo?
Todos los mapas cambian.

Los brillos de sal
sobre nuestros cuerpos oscuros
son estrellas
fugaces.

Inti García Santamaría




Nunca repitas
—porque es verdad:
ni la medusa turritopsis
es inmune al tiempo—
las cosas que dijimos
en estado de gracia.

No representes
ni gestos ni oraciones
de lo que vino vivo:
la carpa koi
tampoco es eterna.

Y sin embargo
—tú sabes—
nos sobrevivirán:
las carpas, las medusas,
nos sobrevivirán.

Inti García Santamaría




RESERVA DE LA BIOSFERA

Tucanes vivos

sin necesidad de ser

vicepresidentes de nada

Inti García Santamaría








Marialuz Albuja Bayas

Algo de oscuro en ese vuelco de la sangre
donde unos ojos imprimieron el terror de mis cuatro años
sin roce alguno que calmara el aluvión
sin un abrazo que ciñera mis rodillas.

Despedazada la matriz
endurecidos mis pulmones, ya sin aire.

No me salvé.
Apenas pude resistir entre las mantas
por si la luz
al otro día era un milagro
la fugitiva que me abriera pasadizos
para llegar a los horrores que en mi cuerpo se agazapan.

Algo de oscuro fue volviéndose poema
bajó hasta el fondo de mi voz

gritó por mí.

Marialuz Albuja Bayas




Entonces
en una oficina
calada hasta los huesos con los vientos de la Siberia
lejos del sol ecuatorial
escribía poemas.
¿Qué importa ya dónde?

Escribía poemas.

Marialuz Albuja Bayas




Escribe tú
mientras me ocupo de lo esencial:
mirar la caída del mundo
por esta ventana que todo lo agranda
limpiar la huella de vaho que alguno de mis hijos abandonó sobre el espejo
quedarme sin palabras.

Confío en lo que vayas a decir
(por otro lado, poco importa).

Permite que sea yo misma
que salte hacia los peñascos.
Y escribe por mí
que yo nunca he querido empezar.

Marialuz Albuja Bayas




Les temo a las palabras porque no me sirven
porque ignoro lo voraz
lo prematuro.
Porque me niego a suplicarles
y soy, sin embargo, la esclava que les besa las sandalias.

Le temo a la llegada del poema
porque viene rodeado de ausencia
porque sus bordes quebradizos amenazan con desaparecer entre mis manos
porque si lo miro, se deshoja.

¿Qué hiciste, madre, para llenarme de palabras?
¿Por qué no es posible el silencio?

Le temo al cuerpo que no entiende lo que digo.
A su lenguaje atroz le tengo miedo.
A la amenaza de una muerte que no me abandona:
pájaro revoloteando las naranjas de la carne
golondrina que endulzará su lengua con mi néctar.

Mi cuerpo se parece al tuyo, madre.
Pero siempre seré hija para ti.
La hija mayor.
Primera en desgarrarte
y en dejarte
nido abandonado a medianoche
en el enorme graderío que no termina
que no calla
que no escribo.

Le temo al final del poema
a la súbita desdicha en sus ojos
a los vacíos que lo perforan
como balas atravesadas en un tronco a punto de caer
a las imágenes mudas que aprietan su cuello
y agitan mi entorno que no logra desprenderse de ellas.

Le temo, madre, a tu angustia
y a las palabras que me enseñaste
porque no son las que quiero.

Marialuz Albuja Bayas



Más allá del páramo
donde los gallinazos entretienen la mirada
antes de anclar su soledad

una no sabe si podrán cerrar los ojos
para verse
si un sonido de campana los lastima
si acaso su sangre en remolino se agolpa
cada vez que la garúa desdibuja la montaña
y si entonces morirán de pena
si el picoteo de la ruina
algo de pulcro dejará en sus paladares
algo de triste
de insaciable
de sombrío
cuando la luz se desmorona entre las nubes
y ellos atrapan, consumada, la belleza.

Oscuros ángeles que marcan el sendero
mientras al filo de la muerte me encamino.
Con sus señales he logrado desandar la destrucción
volver intacta.
Pero esta noche no será.
Llevo una soga entre las manos
y me esperan.

Marialuz Albuja Bayas





Mamá un día preparó lengua acaramelada.
Nunca pensó que al esparcirse la panela
se regarían los deseos por las venas del jardín
tan lleno, entonces, de dolor y bichos muertos.

Un vapor súbito
de sangre y de melaza
nubló su vista y agitó
la ubre enterrada del placer.

Jamás creí que iba a dejarme en este miedo pegajoso

la lengua fría
costra pura de la muerte
tan llena ahora de dolor e insectos vivos.

Marialuz Albuja Bayas







Gina Cerminara

" «Pero usted realmente no cree en la reencarnación, ¿verdad?», me preguntó una señora en tono que implicaba claramente su desaprobación e incredulidad y con una voz reveladora de su práctica docente.
Le manifesté que en realidad sí creía en ella. Hubo una pausa durante la cual sentí que la señora me escudriñaba minuciosamente, y luego exclamó: «¡Pero usted parece una persona demasiado inteligente para creer en semejante cosa!»
Si alguna vez oí un cumplido de doble sentido, éste era uno de ellos, pero me fue imposible demorarme a explicarle la aparente paradoja, porque, en esos momentos, algunas personas del auditorio reclamaban
mi presencia en el salón. Más tarde, pensando en el incidente, me di cuenta de que aquella señora no había hecho sino expresar una opinión generalizada y típica de los intelectuales de nuestros tiempos: parecía que creer en la reencarnación no era propiamente una muestra de inteligencia. Por otra parte, pude apreciar la lógica de esa observación, pues yo misma había tenido una experiencia, hacía pocos años, que me permitía ver la justificación de sus recelos."
 
Gina Cerminara
Nuevos descubrimientos sobre la reencarnación 

Ignacio Miranda

Ahí lo tienes.
Al hombre en la parálisis.
Unicejo y sepultado bajo un bigote en plan morsa.
Le gira la cabeza lentamente,
como un planeta subacuático
que gira en torno a nada.
Y fíjate en el brazo por esa especie de mesilla.
Le repta como una gruesa oruga agonizante.
¿Es el sonido original?
Yo diría que no.
Pero parece que la propia imagen granulada
sonara a grillo, ¿no crees?
La mejor cri cri banda sonora
para un estado cataléptico.
Infinitamente lejos la mirada pero no saldrá jamás
de dondequiera que se haya detenido.
Every thing is gonna be all right, Olesia.
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1:17 segundos de catatonia.
¿Cómo se llama el vídeo?
Nietzsche últimos días.
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Nada mal.

Ignacio Miranda




MANTRA DE LA RATA QUE MIRA AL ÁNGEL Y LLORA SU CONDICIÓN DE PASAJERA

yo era una rata enorme, señor, en medio de una plaza de cartón piedra, en la ciudad más fotografiable de toda Europa

yo era una rata enorme, eso es verdad
pero en el interior quería ser un hombre y escuchaba sin descanso una versión reducida de Los Miserables en francés
para aprender francés
para poder hablar francés
porque cuando consigues hablar francés los franceses no te ignoran

la estatura ya no podía remediarla pero sí el francés
la piel morena ya no podía remediarla pero sí el francés
porque tenía hambre
un cuchillo que intenta desesperadamente hacerse sitio por tu estómago

pero sí, es verdad, a lo que iba
en la plaza de la ciudad de ese país de toda Europa
yo era una rata enorme que entregaba con desgana los flyers que anunciaban el último producto contra la plaga de ratas que asolaba la ciudad

y yo esperaba el momento
al interior de aquella rata yo esperaba el momento siempre de la redención

pero el que espera la redención, tú bien lo sabes
solo obtiene de ti la más aguda indiferencia

¿has olvidado que vienes de la rata?
¿has olvidado que vienes de la rata?

y no dolía tanto la mirada de los hombres por encima de tu jeta de latino
ni el modo en que el mediodía se iba apoderando de la mañana, y la tarde del mediodía, y la noche se iba apoderando de la tarde hasta entrar en el río en el que las ratas fracasadas e insomnes ya podían morir, porque han perdido lo que eran

yo era un hombre y amaba
porque han perdido el amor

¿has olvidado que vienes de la rata?
¿has olvidado que vienes de la rata?

y entonces lo vi, señor,
como recién salido de un naufragio

era el hombre más bello y destrozado
era el hombre más bello y destrozado y con sus manos enlozadas de orín y mierda acariciaba el pelo de mi disfraz de rata enorme

Je t’aime
oí que me decía Je t’aime
las únicas palabras que no podía entender de todos Los Miserables

y entonces lo vi
vi los ojos más tristes de Europa en el cuerpo más bello y destrozado que cualquier ciudad de Europa podía producir
y supe que me amaba

¿has olvidado que vienes de la rata?
¿has olvidado que vienes de la rata?

y me abrazó
y nos quedamos llorando yo por dentro y él no me veía

un hombre destrozado entre los brazos del hombre más bello e inmortal que he conocido nunca

he sido amado
he sido amado por alguien en algún lugar de Europa he sido, señor, amado

y al irse vi que el hombre bello e inmortal
inmenso y desnutrido como un dios lleno de mierda seguía hablando con el mundo
no con la gente del mundo sino con el mundo en un idioma de gestos hacia la inmortalidad

¿has olvidado que vienes de la rata?
¿has olvidado que vienes de la rata?

no me arrodillé después
no se abrió el cielo arriba como un folio rajado ni vi las alas de púrpura del arcángel por encima de mí
no el fuego me abrasó y alcancé ningún nirvana

pero sé sin duda, señor, no tengo duda
ese fue el único día en París en que me supe hombre

Ignacio Miranda





MELANKHOLIA

¿Siempre has tenido los pulmones azul padre de 2 espaldas? Medicinas que no saben de melancolía no pueden ayudar.

Tú a tu cháchara bicéfala,
verdad de labios hacia dentro,
tendrás a tus hijos a la puerta cuando salgas.

Ya no somos niños que temen al amor;
de barba a barba nos besamos.

Ahora el borrachuzo fuera de sus hijos he venido a ser yo, y melancólico,
hecho un adán como antes no iba hecho un cristo y en hijo suficiente no bastaba.

La cantidad ecuánime y un dedo de más, no falte por si acaso

generoso.

La sombra de un ejército por venir acecha el bosque, nos culpa de fenecer la sucesión. Una parte de la especie que no comprenderemos.

Aun así cuido hombre padre tanto o casi como padre hombre,
y dicen que bueno.

Lleva su tiempo que las cosas, llevará,
salgan como qué buena mala suerte se había no pensado.

Al macho le dije ¿estoy guapo hoy en mi pelo nuevo? y ante la hembra no me ensoberbezco como un pánzer porque para qué.

De a poco que zarandees Newton el árbol por lo más cariñoso, caerán los frutos de por arriba;
Ley 3ª de la madurez.
Lo que no llegó de palo.

Fracasos después algunos, asunciones
se abre la bolsa de pan antiguo y se mira el polvo verde que queda al fondo.

Obsesión Imán Cinética

Fue asomarme a los acantilados y querer caer contigo.

Ignacio Miranda




UNA IDEA DE LIBERTAD

Qué haría si fuera libre.

Se encerraría en su casa sola y comería todos los dulces y las chuches que esconde debajo de la cama saltaría en ella todo lo que quisiera pondría películas que ven sus padres en el ordenador y comería palomitas se desnudaría saldría a la terraza a remojarse la tripa y las tetas con el agua de la manguera rajaría con un cuchillo la cama de sus padres con ese mismo cuchillo destrozaría el sofá cortaría en pedacitos a daniela y la pondría en un plato le quitaría a los policías eso que les dice lo que ha hecho y les acuchillaría también

y quiero poner una cosa

también mataría a unas niñas de tercero que las odio destrozaría los coches y las casas y explotaría todos los edificios de gente y ¿sabes qué? arrancaría los pendientes a mi hermana así pero sobre todo destruiría todas las chimeneas son tan pesadas y aburridas por eso quiero ser un guepardo porque los guepardos viven libres en la selva

Ignacio Miranda












David Refoyo

El guardián

A esas pinturas papá se dice cuadros se dice lienzos a esas pinturas
pásales un plumero un trapo seco dales un soplido pero no utilices químicos
un van Dyck un Rubens un Juan Gris un dibujo de Sorolla
las paredes de la casa son frías son como dormir en un museo sin que nadie mire
son frías porque el arte que desconocemos resulta ingrato y nos observa desde arriba

la Marquesa solo en los veranos el guarda de la finca el año entero
le digo Rubens con las cuatro pinceladas aprendidas en historia del arte
se encoge de hombros silba a los galgos tira mendrugos de pan con moje
agua hervida y pimentón típico de Castilla los podencos corren animosos
él mira de soslayo y disimula entre algazaras desmonta escopetas
las lubrica un paño con ungüento y tres en uno sobre los resortes
camina con los hombros encogidos toda la tarde

postura inmisericorde hasta que la Marquesa regrese a la ciudad
cuando septiembre se pose sobre las alas de las perdices

David Refoyo




Finde

para Tomás Sánchez Santiago

Dirá papá mejor al parque de atracciones
hija qué más arriesgado que bajar de la cruz con Van der Weyden
salir a tiempo del escape room de la familia de Felipe IV
engañar a Saturno que no pueda devorarnos con sus manos ciclópeas
buscas miedo un miedo controlado que derive en risa adrenalina
y si rendimos Breda y si paseamos por el tríptico de las delicias
qué sentiremos entonces si no es miedo ¿acaso belleza?
como si algo fuese más terrorífico que la belleza
que se va como quien parece no haber estado y expira y ya nunca regresa
y tú quieres ir al parque de atracciones y lo entiendo
a tu edad preferí el museo y mírame ahora viejo apocado
incapaz de mirar a los ojos a Velázquez
o sostener esa belleza entre mis versos en un segundo de luz

David Refoyo




Humo

Huye de quien te diga resiliencia

Ya los indios hablaban a través del humo

Primero los exterminaron
luego les robaron el lenguaje

Así sucede siempre en la conquista
así sucede también en el amor.

Así en estos versos de hombre blanco

David Refoyo




Poesía

Alguien en mitad de un prado un día de tormenta

el metálico sabor del ozono la lluvia helada

el riesgo de morir electrocutados

 

así veía la poesía

transformar lo cotidiano en un acontecimiento

 

qué equivocado estuve padre

debí fijarme en ti mucho antes

debí conformarme con ser tan solo el hijo

David Refoyo












Xitlalitl Rodríguez Mendoza

la gata Leda, de Deniz, dice nga

los gatos coreanos dicen yaow

los japoneses, nyan

los sajones, meow

los griegos, niáu

los letones, nau

los checos, mnau

los rusos, mjáu

los alemanes, miauw

los islandeses, mjá

los vietnamitas, ngoao

los malayos, ngeong

los gaélicos, miamha

los chinos, miâo

los franceses, miaou

los italianos, miao

los hispanoamericanos dicen miau

pero dentro

aquí dentro

se dice mío

Xitlalitl Rodríguez Mendoza




Los tiempos del mundo

Para Weinrich tú y yo

usamos dos tipos

de tiempos

y ambos se desenvuelven

mientras

escribes esto

conforme avanzas

hacia abajo

arrastrando la voz

en mis ojos

adivinando lo que sigue:

El mundo ha comenzado.

El mundo tendrá un fin.

Esos son sus ejemplos.

Pero vives dentro de la oración

donde el significado se ensancha

y las acciones palpitan

como un sembradío de luciérnagas

bajo la noche arrodillada:

El mundo había comenzado.

El mundo tendría un fin.

De lo que pasa en el tiempo

del mundo narrado

no podemos estar seguras. Así,

estas líneas de voz seguirían girando

hasta disolverse entre

nada y entre todo

hasta que tú o yo o alguna otra

pusiera un punto y seguido

antes de tomar aire

y apurar el trago de café

porque ya para entonces

el sol estaría alto y replicarían

las campanas del templo

o de la basura

Xitlalitl Rodríguez Mendoza




Tremors

la nuestra es una casa muy larga
como un túnel
con sol al fondo.
cuando mi papá se ponía a ver la tele
me gritaba:
“¡Córrele, ¡la bruja! Veeeen”.
Y yo rebotaba a toda velocidad
entre el adobe y las matas,
desde mis cinco, seis
o siete años,
para alcanzar a ver un poquito
de terror y luego celebrarlo:
de estar acostado en el sofá,
él se levantaba con el impulso
de una patada voladora
y encendía una carcajada al cielo.
Yo aullaba de terror,
y me enjuagaba el miedo
con los comerciales.
A veces no había una bruja en la pantalla
sino un monstruo
junto a Kevin Bacon
y los tentáculos de su mullet invertida
esperando a que el suelo se levante
y ruja como nosotros.

Terror bajo la tierra era uno de nuestros clásicos.
Ahora que acaban de agregarla a netflix
volví a verla y sentí cómo el monstruo
de la nostalgia
me atravesó el vientre y el pecho
estranguló mis arterias.
El pueblo llamado Perfection
tembló dentro de mí
y mi sangre floreció
rosita magma
de imágenes
como cabezas de gusano
asolaron mi memoria.

Mi papá sigue estando muerto.
Pero a veces vendrá a saludarme
bajo nuestro sol ficticio de Arizona
(¿o es en Nevada?)
frente a una televisión
al inicio de nuevas casas
de nuevos túneles
que nos conducen siempre
al mismo final.

Xitlalitl Rodríguez Mendoza




Un avestruz está a mi lado.
Inyecta su carita al fondo
de un cojín
en cabal cumplimiento
de sus obligaciones
fiscales
y laborales consistentes en
cobrar y administrar
croquetas o chupar alguna
prenda imprevista.
Chai mastica
palomas
lanzas oníricas
duerme
para esconderse
del perro que ladra
a quemarropa
desde el edificio
que nos tapó el sol
donde éste, antes gato, vivía
columpiándose,
sin esconderse de
depredadores
salvo por algún recuerdo
extraviado de su vida en la calle
que le devuelve el terror
como una sonaja
y lo regresa
a la vigilia.
El olvido para Chai
sería
la más valiosa
prestación.

Xitlalitl Rodríguez Mendoza










Mario Maquilón

12/12/21 3h33

Los caminos existen una sola vez.

Entre la niebla se escuchan las fieras
y mi pasos, en código morse, contando
la historia de mi peso, mi densidad,
y mis intenciones.

[Dibujé 21 círculos en la tierra para probar mi pulso,
traté luego de esbozar mi rostro y escribí
una piedra]

El cordón umbilical se convierte en espíritu
para que que el cuerpæ se nutra
de su propia devastación.

La tierra que soy me reclama por soberanía.

[En toda su magnífica ausencia de materia y razón
todos los vacíos pesan]

Con ceniza en el ojo se me bautizó
en el lenguaje de las llamas
en la topografía feroz, y
en la cicatriz que también es escritura.

Fuera de mi alcance se germina la lluvia, y; sin embargo, cae indiscriminadamente sobre mis manos abiertas. Bebo, bebo la lluvia para condensarme.

Bebo en la palma de mis manos, ahí donde también construí un precipicio.
La arquitectura del abismo se revela solo durante la caída.

Escribo como réplica a latido de mis entrañas y
como saludo a la niebla enmascarada
por las fieras.

La bruma también es bestia.

Mario Maquilón




Constelación de Andrómeda

Incluso la ternura puede
engendrar bestias crueles

¿Por qué pesa tanto una caricia?

En la vastedad del universo
todo los días explotan
soles.

Mario Maquilón




Naturalmente, la alquimia
la materia oscura
la roca fundida
el plasma.

Evidentemente, la combustión
de la sombra alcalina
la tierra digerida
la sangre.

Intempestivamente, la magia
el oscuro conjuro
el abono sagrado
el agua.

Mario Maquilón