Derek Lowe

"No es que las máquinas vayan a sustituir a los químicos. Es que los químicos que utilicen máquinas sustituirán a los que no lo hagan."

Derek Lowe
Tomada del libro Supremacía cuántica: La revolución tecnológica que lo cambiará todo de Michio Kaku, página 7

Vern Brownell

"Creemos que estamos a punto de poder ofrecer funcionalidades que no se consiguen con la informática clásica."

Vern Brownell
Tomada del libro Supremacía cuántica: La revolución tecnológica que lo cambiará todo de Michio Kaku, página 7






































Ivan Ostojic

"Las empresas de los sectores en los que la computación cuántica tendrá el mayor potencial de impacto deberían implicarse ya.

En principio, la computación cuántica será relevante para todos los directores de sistemas de información, ya que acelerará las soluciones a una gran variedad de problemas. Esas empresas tienen que poseer la capacidad cuántica."


Ivan Ostojic
Tomada del libro Supremacía cuántica: La revolución tecnológica que lo cambiará todo de Michio Kaku, página 6

Agustín Guambo

CUANDO FUIMOS PUNKS

Esto es el fin. Que alguien venga y nos mire temblar
–Yuliana Ortiz Ruano–

Vi un país desnudo miradas y trinchera
Un desierto oculto en cada ser en cada primavera
Después de la tormenta
–Domo; Después de la tormenta–

Verano del 99

La ciudad agitándose amargamente bajo un sol manchado
Sobre el horizonte cuerpos mestizos quebrándose igual que estrellas negras
entre la sed de las aves averiguamos muy pronto
que Nada había debajo de las sombras de nuestros padres,
solo llanto y hambre

¿De quién eran los pedazos de carne que caían de nuestras manos por la noche?
¿De quién el llanto que conteníamos entre estos aindiados vientres?
¿De quién los párpados brunos que, día a día, se hundían igual que esclavos viejos,
devastados y en silencio, sobre el smog y el caos?

Nuestros pies danzaban salvajes negándose a morir sin antes haber
delirado o al menos herido, un poco, el pecho de la miseria

He aquí las mariposas blancas de nuestra memoria alimentándose de las cicatrices
de úteros de madres indiasmestizas urbanas
He aquí el dolor de la vida cercenando con vergüenza la carne
después de nueve meses
La luz de nuestra sangre poco a poco se seca
y hoy hay sed de vejez en nuestros cuerpos
hay sed amor en nuestros cuerpos

Ahora recordamos cuando nuestros corazones corrían libres
por sobre la hierba brillando como la primavera sobre los lomos de las bestias

Verano del 99.

a ti te saludo hermano,
quien quiera que seas, donde quiera que estés,
a ti que sueñas entre ciudades paralizadas por el capitalismo y el frío,
a ti que caminas con las manos doloridas y secas,
a ti hermano y hermana
que no tienes cómo pagar tu alquiler cada fin de mes,
que te cuesta conseguir empleo y vagas por las calles
mientras el hambre recorre tu casa, tu barrio, tu sangre, tus hijos
a ti que vives en ciudades donde la lluvia escasea
ciudades donde todo es un perpetuo exilio a la amargura
donde nada crece sin dolor y donde nadie huye por miedo al silencio

a ti también te saludo
país de la infancia, país del naufragio
donde nada detiene el transcurso del tiempo que todo lo mutila
a ti también te beso con la inocencia del fuego quemando en mis labios

Verano del 99.

Conservábamos pequeños fragmentos de amor regados en habitaciones redondas
donde nos desnudábamos suplicantes,
para un cuerpo o para otro,
esperando encontrar
entre su carne curtida el aroma de la vida

país de la infancia, país del naufragio

te recuerdo en aquel verano del 99
cuando comenzamos a crecer,
en silencio, abofeteados por la pobreza
humillados por la melancolía
país de la infancia país del naufragio
cantandosalmospunks paranuestros diosespunks
padrepunkqueestásenelpogo, santificadaseatucresta,
vengaanosotrostuiraymelancolía,
h á g a s e m i e r d a la v i d a y la m u e r t e,
asícomonosotrosnoshacemosmierda
e n t u d u l c e a b a n d o n o,
notengasmiedodedarnoselpannuestrodecadadía;
diospunk, esosí, nuncaperdonesalosquenos
o l v i d a r o n

país de la infancia país del naufragio

donde las cometas, dios, dejaron de importar hace ya tanto tiempo
mientras el cielo se llenaba de aves sucias y ciegas que
se cagaban sobre nuestras plegarias a ti te saludo
nuestro triste-cordero-mestizo
a ti que nunca te importamos, a ti que tan solo nos diste pesadillas famélicas
y esta infancia que como un hueso sobre un quemado horizonte se va secando
a ti que nos diste amigos narcotizados y magníficos
pero que murieron apenas pudieron hacerlo,
llenos de polución y coca en sus venas,
a ustedes los saludo y beso, hermanos y hermanas proletarixs,
con la amargura de las flores arrancadas que se marchitan en los hogares burgueses

Verano del 99.

en las noches nos reuníamos igual que una triste camada de enfermos
a atizar el fuego de nuestros corazones
con canciones de otros vagabundos con talento
(o punks alegres como les llamaba asdrúwal
a muchos otros que ardían con fe de niños en las calles)
lejos muy lejos de los edificios caros y sus luces de neón caras
lejos de la modernidad y su brillante embuste
tan lejos que nadie pueda escuchar el quebrarse de nuestra sangre
tan lejos donde nadie perciba nuestros cuerpos balancearse amputados
por una cuerda en el cuello
lugares donde se alzan al aire libre casas empobrecidas
semejantes a mastodontes famélicos, casas donde las azoteas
están llenas de perros desolados por la desnutrición,
casas donde nadie sabe que sus rostros avergüenzan al mundo
que su cópula avergüenza al mundo
casas creadas con paredes más frágiles que sus propios sueños
barrios marginales del mundo a ustedes también los saludo, abrazo y beso.

Verano del 99.

poco a poco conocimos las drogas y sus rituales
en los parques de la ciudad en las cantinas de la ciudad
en las azoteas de la ciudad en los hogares pobres y ricos de la ciudad
ésta se presentaba sensual y delicada
y cada vez que consumíamos
nuestra mente igual que un globo llenándose de agua y harina
se iba deformando

profesábamos que cada pinchazo era el mar bramando
solitariamente contra las rocas de nuestra piel
cada jalada hit yegua pase grillo bareto nos hacía sentir menos parias
más tristes, sí, pero menos crueles con nuestros padres y sus pesadillas
país de la infancia, país del naufragio

cuando comenzamos a consumir con otros amigos
juntábamos el poco dinero que les podíamos robar a nuestros padres

¡pobres robando pobres!

y comprábamos la dosis

¡pobres drogando pobres!

país de la infancia país del naufragio

quemamos nuestras mentes, muchos años, bajo una desgastada lluvia,
en noches ancestrales que duraron mil años,
entre la lobreguez de pequeñas y apolilladas lunas
en una ciudad andina desgarrada y envejecida
por la prisa el dinero y el hambre

a ti también te saludo
riquezas ficticias
edenes privados
casas de placer
testaferros de la carne y el hambre continentales señores de la miseria

Verano del 99.

incendiamos todo nuestro futuro sin miedo,
ya que no se le puede tener miedo a lo que no existe, decía marco,
nosotros somos la mierda de la mierda,
y alzamos el volumen de la radio para que nadie escuche nuestro abandono
nuestra miseria nuestro dolor

éramos jóvenes y ya olíamos a fracaso, decía juanma,
con él supimos que la prudencia y el amor nunca van de la mano,
y que a veces el amor no es dios cosechando trigo y cebada en nuestros vientres,
sino tan solo un tronco verde en el corazón que no sirve para la hoguera
menos para las polillas

Nadie nos dijo, ese verano del 99,
que todo estaba triste y confundido como nosotros en el mundo y que
nada nos quedaba más que alimentar la hoguera
con los cuerpos de nuestrxs amigxs y hermanxs

país de la infancia, país del naufragio

notábamos en esos años como iban murieron nuestros héroes,
¡nuestros más grandiosos héroes!
apretados por el sigilo de la luz, contagiados por los desbocados espejismos de
las aves,
llenos de esperanza y cubiertos de sal y miel
y los saludamos, ahora, con un beso en su suave boca
en este otoño milenario y azul…

y a ti también te abrazo, saludo y beso
herma nos y hermanas que viven en las calles,
sucixs y desprolijxs
Niñxs de la posguerra abatidos e incendiados por el sida y el amor
hombres y mujeres tiradxs en las avenidas del mundo
que gritan su ancestral y salvaje ternura
que se ponen en peligro con el rostro lúcido y sonriente hacia la muerte
con el corazón desierto y estrujado, igual que un cáncer salino
que nadie quiere curar en este país de la infancia,
país del naufragio…

Agustín Guambo



Poema acto sobre un sueño donde Jesús era un freestyler andino que entra a participar en redbull como reserva y se va como campeón.

I

En este cuadro Jesús es un niño que corre
Detrás de un autobús a las seis de la mañana
El autobús nunca para…
Tiempo después,
recordará esa negra mañana detrás del autobús
caer,
llorar,
lamentarse
por lo que no nos fue concedido
y entenderá que detrás de los suburbios encantados
dios es un animal enfermo al que todos hemos pateado alguna vez

(Aprieta el gatillo)

II

En este otro cuadro Jesús es una modelo de versace
hace días tiene el corazón caído, duerme poco
y desde entonces siente que la piel le estorba
por las mañanas, mientras inhala, jura no extrañarlo
ni a él, menos a sus manías tristes
Se mira torpemente en el espejo y gime
Jesús modelo de versace ronda las azoteas cantando
“my hearth is  a fire flower
I hate you for running out on me”
Mira las nubes, se imagina caminar con él una vez más
a las tres de la tarde por un parque bajo la lluvia de mayo
Mientras el universo pierde velocidad…

(siente el calor)

III

En aquel cuadro Jesús es un niño visco llamado Mauricio
Vive a las afueras del D.F. en un sector conocido como Nezahualcóyotl
No tiene mascotas, son lujos que no podemos darnos ha dicho su padre
Su única diversión es ver su sombra regada por la tierra
Perseguir aves por las tardes y ponerles nombres solo con “A”
Nunca conoció a su madre, otro lujo que no pudo permitirle su padre
A los 17 años se unió a una banda local, aprendió a robar sin miedo
A humillar con destreza y callar…

Agustín Guambo














Juan Bello Sánchez

LA VELOCIDAD DE LAS COSAS CUANDO NADIE MIRA

La casa se mueve muy despacio,
como una alfombra
sobre la que se revuelve la hojarasca.
Los huecos que dejan las personas
cuando se marchan
dan forma a las sillas.

Miro el otoño: la distancia es mayor
en los cajones
donde hay fotografías o cartas.

Las cartas llegan siempre
desde algún punto del pasado, pienso.
Y el pasado es un barco
que no termina nunca de hundirse.

Juan Bello Sánchez




YA HA OSCURECIDO

Poco se puede añadir a eso,
es un día cualquiera, una ciudad cualquiera,
todo está en su justa medida,
llegan palabras desde alguna parte,
lo que uno llama
una conversación entre amigos en un bar,
lo que otro llama
un televisor encendido en el cuarto contiguo.

Todo lo que vemos está detenido ante nosotros,
esperando su momento,
llegan luces desde alguna parte,
lo que uno llama
estrellas consumidas hace millones de años,
lo que otro llama
una linterna que nos muestra el camino en la noche.

Juan Bello Sánchez














Luis Díaz

en esta familia tenemos un historial médico en el que abundan las mujeres con depresión y los maridos que no escuchan que están demasiado ocupados mirándose al espejo intentando sacarse los pelos enquistados de la barba estos mismos hombres llegan a su vejez deseando quedarse viudos pero cuando sus mujeres mueren se pasan lo que les queda de vida llorando se vuelven blandos como peras podridas solo quieren que les cojan la mano ahora que las tienen suaves ahora que ya no las usan para trabajar

Luis Díaz




siempre me dicen que voy a engordar como mi padre que él también era delgado a mi edad que podían rodear su cintura con una mano (como hacen conmigo) siempre me dicen que mi carne se va a desbordar por los lados a estallar a dar de sí pero yo les digo que no siempre les digo que no que yo voy a ser flaco como un galgo voy a correr triste como un galgo.

Luis Díaz

Narciso Raffo

EXPERIENCIA

Ya poco queda de ti.
Cartas que ya nunca
volveré a leer;
algún lunar de alguna
actriz revelación,
promesa de Hollywood;
acaso una reafirmación
de lo que ya sabíamos:
la vida es larga
pero sucede tan deprisa.
Eso y la última canción
que me pasaste:
era solo instrumental.

Narciso Raffo





GENOMA

Pienso en la muerte de tu padre.
Pienso en cuánto le dolería si supiese
que al final tú y yo nos despedimos
sin dejar descendencia, sin una criatura
que aprenda despacio o simule
tu bondad. Quiero decir:
en realidad yo nunca conocí a tu padre
pero me recuerda tanto a nuestro hijo.

Narciso Raffo




RESTOS DEL NAUFRAGIO

Me limito a cerrar el círculo.
A ti, que eres nada, te corresponde
esta otra nada donde nado.
Porque escribir es medir una distancia.
Lanzar el mar a la botella.

Narciso Raffo




SOBREMESA

Absortos en la mesa observamos
cómo papá clava el cuchillo en la sandía,
derrama sangre buena e indolora.

(El tajo es limpio
como la muerte cuando duermes).

Dice que la fruta evolucionó para comerse,
promesa mantenida a lo largo de los siglos.

Quizá el hijo de mi hijo
de mi hijo de
mi hijo
aprenda amar.

Narciso Raffo















Jérome Fayard

"Para un cerebro normalmente informado, todo horóscopo solo puede ser detestable."

Jérome Fayard
Tomada del libro No quemen a la bruja de Elizabeth Teissier

Francisco Serradilla

Sobre las alternativas desechadas

El miedo es un desfiladero abierto entre las sábanas,
una pérdida blanca de lucidez, una conciencia
rodando calle abajo.
El miedo es una sombra del amor,
la distancia infinita, lo imposible
de un hombre polifónico, la elección de una vida
entre todas las muertes, a veces, el fracaso.
Es ángel del temor el que va herido
con vínculos extraños, es su luz
la sombra que me cubre, son sus alas
como amapolas rotas en mi nombre
mientras caigo, confuso, entre sábanas blancas, al vacío.

Francisco Serradilla

Jesús Javier Lázaro Puebla

El verano de los flamencos

Esta es la tierra quieta, la que no tiene dueño.
Os voy a mostrar las verídicas manos
Que moldean el corazón del hombre,
Las lejanas termitas cortan las flores para todos los muertos
Y abren las lluvias con sus veleros de arena.
Efímeros árboles crecen en la garganta como cristales de sal.
Alguien tira de la soledad, caen los caballos del horizonte,
Su ceniza circular lleva el estrepito de los abandonados.
Los niños salen del invierno con sus herraduras de espinas;
El canto del guerrero desnudó la noche
y la sangre era una compacta cuerda
que arrastraba la densa cornamenta de la muerte.

Ahora tú puedes mirarme como si estuviera vivo,
Mis arterias y este río se entrelazan
Como un animal que lamiera la inmensidad del vacío.
Ven, tiende las manos a la lluvia, oye aquello que aclama sin cesar,
Entra luego en la espesura donde los ojos resplandecen,
Nos asustan como los gritos de la desolación
Al despertarse ante los negros muros de la tierra.

Jesús Javier Lázaro Puebla