John Archer

"Existe una asociación débil e inconsistente entre los niveles de testosterona y la agresividad en adultos [humanos], y la administración de testosterona a voluntarios normalmente no incrementa su agresividad."
 
John Archer
 Tomada del libro Compórtate de Robert M. Sapolsky, página 122

Vidkun Abraham Lauritz Jonssøn Quisling

"Sé que el pueblo noruego me ha sentenciado a muerte y que el camino más fácil para mí sería suicidarme. Pero quiero dejar que la historia llegue a su propio veredicto. Créeme, en el plazo de diez años, me habré convertido en otro San Olav."
 
Vidkun Abraham Lauritz Jonssøn Quisling
 
 

Piro Jaramillo

Ceniza lenta para no

Todo el día con el piloto puesto
por los pasillos de la casa
nutriéndome de una ceniza lenta
para no estropearme.

Si dejo de respirar
y hundo la cara en la almohada
puedo oír lo que cantás
cuando estás dormida.

Ahora es sábado y los chicos
se preparan para salir
están afeitándose de a dos en el baño
yo estoy escribiéndote esto.

Piro Jaramillo


Las cosas vivas

Triste…
por el sol que se fue…

… por la ropa gastada…
y la etiqueta azul
que le pusieron
a la cerveza…

… las cosas
que a cada minuto
cambian…
quiero que se mantengan
quietas
un poco más…

… las plazas
rotas…
el agua
sobre el toldo…

Afuera las cosas
nacen…
y después
se descomponen…
son bellas vivas
pero son bellas muertas
también…

Con tanta
gente
alrededor
no se puede
respirar…

… este aire
adentro mío
en cambio
se agita
y me hace hablar…

… puedo decir cosas lindas
o cosas horribles…

… nunca sé
con cuáles
quedarme…

Piro Jaramillo



Mochilas pintadas con liquid paper

Están tocando música sarpada
en una sala húmeda y oscura.
El batero toca su bata
como si quisiera enterrarla
en el núcleo terrestre.
Tratan de sonar igual
que su banda favorita.
Están bien sin presiones.
No quieren sellos ni demos.
Quieren partir el riff al medio
con un solo que hace BRRR.
Piensan que va a quedar bien
con los movimientos del cantante,
un chico que fue al industrial
y perdió un brazo en el torno.
Ensayan todos los sábados
frente a unas chicas que los admiran.
Siempre andan con mochilas pintadas
con liquid paper y zapatillas
dibujadas con marcador.
Saben que ese es su momento.
Que tienen que quedarse ahí.
Que cruzando esa raya solo hay muerte.

Piro Jaramillo
 
 
 
 Veo el sol brillar

Veo el sol brillar
alto en el cielo azul
pero sé que no es para mí.
No es para mí.

El viento acaricia los árboles
los rodea con su brazo.
Me esquiva porque
no es para mí.

El beso que guardabas
y pensabas darme
ya no es mío
te ofendí.

La gente en la calle
la sombra en el piso
huyen de mí
huyen de mí.
 
 Piro Jaramillo
 
 
 
 
 
 
 
 

Damián Ríos

A la tarde, a la noche y a la mañana
van estos pensamientos, a las nubes
de los días nublados y al sol
que las ilumina desde arriba y colorea
el día con esa luz tristísima, en la que se
confunden las paredes blancas de los edificios
con el aire y hace pensar que las ciudades
flotan sin gravedad y en las que apenas pesa
el rumor de la hermosa vida
que fluye sobre la Tierra.

Damián Ríos



Al invierno y a las luces que se adelantan
en las casas y a los motores
que se dirigen a sus garajes
y a los patios bajo la luz cenicienta
y a la noche que se asoma
mientras los cartoneros revisan
la basura dedico estos pensamientos.
Las ciudades medio vacías,
los abrigos en los que se meten
los transeúntes. Las redes sociales
chirrían como bisagras oxidadas
y el aire está apenas menos que helado.
Dobla la ciclista en la avenida
mientras la que mira por la ventana
respira hondo y se angustia.
En la calle el semáforo se pone
en rojo y uno de buzo gris
le dice a una con el pelo teñido
de negro “veintidós de abril”,
se refiere a un cumpleaños.
Hoy es veintiséis de junio
y es noche en esta parte del mundo,
en la autopista los autos bajan
las luces y hacen guiños.
El acompañante del que maneja
el utilitario le saca charla,
le cuenta de su juventud, de la colimba
y de cómo conoció a la madre
de sus hijos. Eran jóvenes los dos
y ella era leve y graciosa. Los faros
iluminan la ruta casi desierta.
El que maneja agradece la charla,
está cansado y tiene miedo de dormirse,
al poco tiempo el acompañante del que maneja
va a suicidarse en un departamento prestado
y el que maneja va a tener que
dar la noticia a los amigos.

Damián Ríos




Amar y estar,
decir con la presencia
o con la sombra en un lenguaje
común, microscópico, infinito.
Me despertaste para ver
cómo se encendían al alba
las luces del edificio de enfrente,
te parece hermoso. Es hermoso.




Años y años para ser feliz,
para sentir este frío agradable
de la mañana y los vehículos
ahí en la calle con sus motores
y sus cambios de marcha y sus frenos
y los vendedores que empiezan a vocear
«barbijos», «barbijos» y la gente que para
y compra cinco por cien.
Años y años para este milagro.

Damián Ríos




Maruca hacía una hermosa letra.
Cursiva, elegante y muy armoniosa,
llenaba páginas que parecían
dibujadas, sin embargo no había
esfuerzo cuando las hacía.
En la familia la buscaban
para que escriba las cartas
que así nos salían mejores,
mostraban cómo estábamos
y cómo queríamos estar.
Solo la letra de Maruca
podía decir tantas cosas
con apenas unos trazos.

Damián Ríos



Un poema

El sol ilumina la ciudad
en donde vivo, el barrio,
la calle, el edificio y la ventana.
Llena de luz el aire que respiro,
mi cara, mis ojos. Soy feliz
con este sol que entibia mis huesos
y me hace pensar que pagaré mis deudas
y que volveré a casa esta noche
con ganas de hablar y de decir
soy más o menos yo
y soy, insisto, feliz en este tiempo
en que otra y uno hacemos cosas
de los dos para vivirlas cada uno.
Estamos juntos.

Damián Ríos










Diego Quintero Martins

El reino venidero

Acabó la extensa noche de los 2000
también la década siguiente
acabó escribirse desde fotografías
como pensábamos era cool de jóvenes
pero ya no quiero aparentar
solo quiero la belleza
de amanecer entre los brazos
de mi único amigo
do you understand what I mean?
nunca fui religioso ni mucho menos
aunque un puñetazo en la sien
me hizo ver un ángel
una contusión llamó mi amor
por todo aquello considerado divino
sin importar lo ridículo
sin importar cuan pasado de moda
resulte implorar de rodillas
I shall, I shall, I shall, I shall
Hay mucho por aprender
en particular en esta época
aprender a abrir un corte
aunque sea el mínimo
dejar fluir sobre el litoral
todo aquello náufrago
dejar fluir sobre la lengua
al hombre que nunca gimió
hold your secret but never that deep
No vale la pena ocultarse
sea tan grande sea nuestro cuarto
todo permanece a pesar del habla
me disculpe unas mil veces
pero la sangre vale a cuentagotas
al final todo liquido mancha
esto de restregar el piso
dejó de ser asunto de limpieza

Diego Quintero Martins



Wyoming blues

Llovía un álbum prehistórico
en mi apartamento; la música triste del pulso
en la vena yugular,
esas manchas pequeñitas
que lo recorrían
como un mustang
galopante
mientras fingimos timidez
al acostarnos —una canción hecha trineo contra la estepa.

Todo animal
impacta una masa liquida
y esa masa lo refleja
partido
hacia la distancia

La historia de un hombre
y otro hombre; esa vorágine de marchar
con el miedo
de no saber quién es quién
bajo tanta agua.

Diego Quintero Martins




Yankees

Cae un sonido
una camisa envuelta en sudor,
la boca el diente
tanto espasmo conjugado en carne

Sing my love, please sing

la carne hecha uno para el otro
adentro del otro.

¿Y mamá?
¿Y la casa?

Ella no sabía de profesiones singulares;

torero
el sutil acto de la tauromaquia
o la gran ópera
de un lugar minúsculo;

necesariamente teatral.

Él termina
lo que necesita terminar
y lo miró vestirse en calma
frente al espejo.

Se va silbando
por el pasillo que une
los apartamentos.

Nunca supe lo pequeño de la muerte,
lo necesario.

Diego Quintero Martins












Daniel Durand

Caminando en el viento de Boedo

Todos los días al volver a casa
desde el trabajo gasto el dinero
que no tengo comprando libros inútiles.
Todos los días vuelvo borracho
desde el centro. La historia recuerda
pocos hombres que, así, hayan llegado
a los ochenta. Miro las membranas metálicas
de los techos destellar bajo la luna, escucho
los largos maullidos de los gatos reunidos
en terrazas. Grito bajo el viento del barrio,
ante la oscuridad y las horas que pasan,
y me pregunto por qué, los hombres,
sólo pensamos en las cosas que nos atormentan.

Daniel Durand



Hay gotas de leche en la baldosa

No sirve para nada todo esto que tengo
ante mis ojos y digo:
No vale nada toda esta basura
y pienso:
Ya va por la quinta la cerveza y en nada
ayuda la literatura,
está la guasca chorreando por el piso
después de haber estado
adentro de la concha de Susana y en nada
los estantes ayudan con su misterio
con su verdad su tedio.
En nada para nadie es todo esto.

Lo veo en los colores
en el celeste del paraíso
en el naranja del infierno
en ese rojo

La poesía todavía no existe
Nunca va a haber literatura.

Daniel Durand




Luz de una nueva estrella

Miro una foto en la que soy muy joven.
Los ojos muy abiertos y claros. Un rostro
sonriente a pesar que trato de ocultarlo.

Sé que en esta época pensaba que era viejo.
Sé que lo mismo pasa ahora.

En diez años más pensaré que hoy era joven
y sin embargo estoy mirando fotos viejas
y recordando el pasado.

Es imposible no caer en este abandono.

El deleite de saberse fuera de todo movimiento,
el placer de sentir el cuerpo hostigado por drogas,
deportes y complejos vitamínicos que lo electrizan
y después lo dejan blandamente
sobre las superficies y moldes que lo contienen.

La alimentación natural nos deja buenos y tontos.
La carne y el alcohol activan el cuerpo y la mente
y matan pronto.
El amor nos enloquece más rápido que el arte.
Los viajes nos dejan transparentes, los amigos pueden
traspasarnos con el dedo.
Vivir siempre en el barrio nos asegura un error duradero.

El trabajo aniquila nuestra voluntad.
La pareja aniquila el deseo y engendra
poderosas frustraciones.
Sólo podemos desplazarnos libremente
de derrota en derrota, real movimiento:
luz de una antigua estrella.

Daniel Durand




Luz y oscuridad

Llego, entro, prendo la luz de la cocina
y sorprendo a las hormigas coloradas
puliendo los platos y cargando
todos los restos de comida.
No me molestan, pero mentalmente
las advierto sobre la superpoblación:
hasta ahora el ecosistema se mantiene.
Sin embargo, si consigo trabajo,
comeré más, vendrán amigos y mujeres,
habrá más restos, ustedes crecerán
y tendré que echar insecticida.
Sólo esta pobreza puede mantenernos
delicadamente unidos.

Daniel Durand




Malabarismo

Bajó el sol, salgo a la sombra del patio
para hacer malabares. Tiro
las bolas bien alto y
al levantar la vista veo
el cielo todavía soleado.
Dentro de unos días se morirá mi madre.
Unas cuantas golondrinas
vuelan a media altura
entre la casa y el cielo,
se pelean con chirridos
y se alimentan de insectos invisibles.

Daniel Durand















W. D. Snodgrass


Nadie puede decirte por qué
la temporada no espera;
la noche en que te dije
que debía partir, sollozaste de una forma aterradora
para quedarte hasta tarde despierta.

Ahora que el abanico está girando,
damos nuestro paseo
entre las flores municipales,
robamos una de su tallo,
tratamos de conversar.

Resollamos como gigantes bocones
dispersando con nuestro aliento
grises dientes de leones;
secuela de helados vientos es la primavera.
Dice el poeta.

Pero los ásteres, también, están grises,
un gris fantasmal. El frío de la noche pasada
pone en camino a
petunias y enanas caléndulas,
jorobadas y viejas.

Como nervios sujetos en un gráfico,
la escarcha ha borrado a
la mitad de la vid de campanillas
aun garabateada a través de sus rígidos cordeles.
Como líneas rotas

de versos que no puedo componer.
En su telar enmarañado
encontramos una flor para llevar,
con algunos capullos tardíos que quizás florezcan,
de vuelta a tu habitación.

Viene la noche y el rocío se endurece.
Me cuentan que la hija de un amigo lloraba
porque un grillo, quien
había trovado toda la noche frente
a su ventana, ha muerto.

W. D. Snodgrass
La aguja del corazón



Quien roba mi buen nombre 

 
                                                            A la persona que obtuvo mi número de tarjeta débito y gastó $11,000 en cinco días

 
Mi pálida hijastra, recién salida del bus escolar,
masculló: “¡Bueno, esta es la última vez que digo que mi apellido
es Snodgrass!”. Así pues, que ese anónimo
varón mexicano que pródigamente reclama 

mis líneas de clan, identidad y los dieciséis
dígitos que desbloquean mi cuenta bancaria,
se lo piense dos veces. Que menos que un nombre propio
ha sido tomado por tres exesposas, cada una por un monto 

que excede todo lo que usted ha despilfarrado, cada una más que contenta
por cambiárselo de nuevo. Ese apellido que usted finge
puede tener más consecuencias que recibir burlas
de niños tontos o ser rastreado por detectives bancarios. 

No subestime su historia: uno de los nuestros tocó
piano en la transmisión semanal de su prisión;
uno se enriqueció en un fraudulento quiz show; uno hizo
un desastre que costó la Serie Mundial. Mi propio pasado 

lo podría someter a culpa por asociación:
si escribe algo más que cheques falsos,
abandone toda esperanza de ser publicado en una gran editorial
o premios —los críticos rehúyen del nombre como al sexo 

sin condón. Quienquiera que roba mi cartera
ayuda a encadenarme de nuevo a mi mesa de escribir
para diversión y lucro. Así que reciba las gracias con mi maldición:
que su seudónimo lo ayude a enviarlo a su pluma.

W. D. Snodgrass



Sentado afuera 

Estas sillas de jardín y la chaise lounge
de voluminosa madera de secuoya fueron compradas para mi padre
hace veinte años, luego desplomadas en el patio
adonde él iba raras veces cuando aún podía trabajar
y nunca se quedaba un largo rato. Su brazo izquierdo
en un cabestrillo, luego talado, ahí fumaba o dormía
mientras el tiempo duraba, miraba qué autos pasaban,
leía los reportes de la bolsa, contaba pastillas,
luego dormitaba de nuevo. Yo no fui allá
en esas últimas semanas, harto de los delirios
que ellos aún tenían, su charla de planes
para algún tour en bote o un viaje a las Bahamas
una vez que se hubiera recuperado. Bajo nuestros sauces,
a este viejo conjunto le ha ido bien: nos hemos sentado en compañía,
leído o tomado notas —aunque los apoyabrazos
se ponen secos y astillosos o las llantas se caen
por lo que todo el armazón se debilita si se arrastra
a través del áspero terreno. Claro que los árboles,
también, pueden no durar: las hojas se huracanan,
las ramas se quiebran, la corteza perforada
se separa, luego se desprende. Yo mismo tengo un hijo
con cosas por las que preocuparme. A veces pienso
desde que me retiré, sentado aquí a la sombra
y sintiendo los vientos virar, que debo de haber estado lleno
de un pavor infantil de que podías encontrar a alguien muriendo
si te acercabas demasiado. Y no puedes estar seguro del todo.

W. D. Snodgrass



Una casa con llave

Mientras conducíamos de regreso, cruzando la colina,
la casa aún
oculta entre los árboles, yo siempre pensaba
—un miedo de tonto— que podría haberse encendido
en llamas, alguien podría haber penetrado.
Como si las cosas debieran de ser
demasiado buenas aquí. Aún, siempre la encontrábamos
bien asegurada, sana y salva.

Mencioné eso, una vez, a manera de chiste;
hablamos, sin lugar a dudas,
sobre lo absurdo
de temerle a la envidia de un dios arisco
de nuestra buena fortuna. Desde la granja
de al lado, nuestros vecinos no vieron que algún mal
llegara a las cosas que queríamos aquí.
¿Qué teníamos que temer?

Tal vez debí haber pensado: todas
esas cosas se pudren, caen
—graneros, casas, muebles.
Los dos somos más fuertes que lo que éramos
separados; hemos crecido
juntos. Todo lo que poseemos
puede arder; sabemos lo que cuenta —una idea
de ese estilo. Dijimos tanto.

Hemos visto a amigos llevados a la traición;
sintieron que el amor les vació
algún yo que necesitaban.
Habíamos dicho que el amor, como un brote, puede alimentarse
del odio que entregamos y disfrazamos;
nos advertimos. Que tú podrías despreciarme
—odiar todo lo que más amamos—
ninguno de los dos lo pudo haber adivinado.

La casa aún está en pie, con llave, como estuvo en pie
sin ser tocada unos buenos
dos años después de que partiste.
Algunas cosas se perdieron en el acuerdo;
algunas cosas se escabulleron. Suficiente ha quedado
para que yo vuelva algunas veces. El robo
y el vandalismo eran de nosotros.
Tal vez debimos haberlo sabido.

W. D. Snodgrass













Juan Dávila

"Como yo hago humor con la gente, para mí la línea roja es que quien sea objeto del humor no se ofenda."

Juan Dávila




"El éxito no puede ser que te llame todo dios para sacar algo de ti."

Juan Dávila




"Ha sido el humor negro llevado a su máximo apogeo sin que la persona que está siendo objeto se sienta ofendida. Por lo que sea la gente me lo permite. Creo que está relacionado con que también me sueltan puyitas y las acepto. La gente viene a reírse de su enfermedad, de su historia, de su problema y a darle visibilidad."

Juan Dávila



Silvio Garattini

"Antes que nada, hay que dar a conocer que el 40% de los cánceres son evitables, y sin embargo en Italia mueren cada año 180.000 personas por esta causa. Para los tumores no evitables, se han logrado avances, aunque lentos. Hoy contamos con quimioterapia, cirugía, radioterapia e inmunoterapia. Debemos utilizar estos tratamientos comparándolos mediante estudios clínicos, controlados y aleatorizados."

Silvio Garattini




“Comer poco es un factor de longevidad, reducir un 30% la cantidad de alimento puede aumentar hasta un 20% la esperanza de vida.”

Silvio Garattini




"En los ensayos clínicos controlados, el número de participantes se calcula en función de los beneficios esperados. Los efectos secundarios se detectan solo durante el uso clínico real, cuando el medicamento entra en contacto con pacientes que ya están recibiendo otros tratamientos. Se estima que solo se detecta el 10% de los efectos tóxicos en la práctica clínica. Es necesario tener una estructura que se dedique a la detección de los efectos adversos de los medicamentos."

Silvio Garattini




"Hay que encontrar un equilibrio: tener la convicción de que mañana puede que ya no esté, pero si estoy, debo hacer todo lo posible como si tuviera mucho tiempo por delante."

Silvio Garattini




"La inmortalidad biológica no existe. La muerte es el único acontecimiento que ocurre en el 100% de los casos, sin excepciones."

Silvio Garattini



"La medicina en los últimos 50 años ha concentrado su atención en las terapias, olvidando que muchas enfermedades no caen del cielo, se pueden prevenir. Por ejemplo, en Italia hay más de cuatro millones de personas con diabetes tipo 2, que a menudo tienen complicaciones cardiovasculares, renales o visuales. Y la diabetes tipo 2 es una enfermedad evitable."

Silvio Garattini




"La sociedad debe ayudar a todos los niveles a que se adopten buenos hábitos de vida."

Silvio Garattini




"... los estudios preclínicos en animales se realizan principalmente en machos. Las mujeres toman medicamentos que nunca se han estudiado específicamente en ellas, y por eso se sabe que desarrollan mucha más toxicidad farmacológica que los hombres. En Italia, los ancianos consumen el 70% de los medicamentos cardiovasculares, pero apenas están representados en los ensayos clínicos sobre nuevos fármacos. Se prescriben fármacos sin necesidad real."

Silvio Garattini




"Muchos de los medicamentos que circulan no tienen ninguna base científica, ya sean productos homeopáticos, suplementos alimenticios, medicamentos de venta libre o productos denominados “naturales”. Además, tenemos muchos medicamentos “fotocopia”, porque la legislación europea no exige comparaciones con fármacos ya existentes para la misma indicación. Solo se piden tres requisitos: calidad, eficacia y seguridad. Si también se exigiera “valor terapéutico añadido”, habría menos medicamentos inútiles... 
Son inútiles porque o son copias (fotocopias) de otros medicamentos, o bien porque todos han sido estudiados únicamente frente a placebo y no frente a otro fármaco activo.

Cualquier mercado tiende a crecer por naturaleza y, por tanto, su objetivo es medicalizar nuestra sociedad. El mercado tiene la ventaja de monopolizar la información dirigida a los médicos, las sociedades científicas y los congresos, mientras que falta información independiente. Se incrementa enormemente la venta de medicamentos bajando los niveles de normalidad para el colesterol, la glucemia o la presión arterial."

Silvio Garattini
























Katie Mack

"Nos dirigimos hacia un final cósmico más extraño de lo que jamás imaginamos."

Katie Mack