María Jesús Albertus

"Imagina que tú mueres ahora, y en función de tu conocimiento espiritual te vas a despertar al otro lado de la vida. Según tu estado evolutivo —es decir, si no te sorprende verte despojado de tu cuerpo físico, después de la vida física—, tardarás más o menos en despertar. Pero una vez que despiertes al otro lado, te encontrarás con aquellos seres queridos con los cuales tenías cercanía.

Una vez estás allí, si has padecido una enfermedad o has tenido una situación compleja a la hora de desencarnar hay un proceso en el cual eres recogido en una clínica espiritual, donde mi cuerpo espiritual o periespíritu —que es la copia de mi cuerpo físico— va a ser tratado hasta que me recupere. Una vez me recupero ya empiezo a salir y a partir de ese instante me acoplan en una ciudad espiritual donde me adjudican a un colectivo que me acoge y con los que vivo.

¿Cómo es esa vida? Para que sea de fácil entender se podría decir que es como la de ahora pero sin obligaciones. Aunque eso sí, preparándome para la siguiente encarnación. ¿Por qué? Porque tú vas a ver muy claramente dónde han estado tus deficiencias en la anterior vida que acabas de dejar y así sabes qué temas te has de preparar, y sobre todo, que es lo que desearías para tu progreso espiritual en la siguiente encarnación.

Eso teniendo en cuenta que hayamos sido unas personas honestas, normales; como suelen ser la mayoría de las personas, en principio.

Pero imagina lo contrario. Aquellos que han tenido una vida agresiva, que han ido poniendo zancadillas a todo el mundo, que su comportamiento ha sido ruín, que ha maltratado…, etc., pues obviamente cuando abra los ojos al otro lado de la vida, ¿qué se va a encontrar? Pues gente a las cuales has perjudicado y automáticamente es apartada y llevada a un lugar donde debe recapacitar sobre su comportamiento y así que desee evolucionar en su siguiente encarnación para reparar fundamentalmente todo el daño que ha hecho."

María Jesús Albertus y Juan Miguel Fernández




"La doctrina espírita es una doctrina filosófica basada en tres aspectos fundamentales, como es el científico, el filosófico y el ético-moral religioso, pero no religioso desde el punto de vista de la religión instituida, sino que se considera que la transformación moral del Ser está en religarse con el Creador a través de su comportamiento.

Cuando hablamos de los tres aspectos estamos hablando de que el científico analiza y comprueba los fenómenos mediúmnicos investigándolos. En el filosófico es porque a través de sus enseñanzas nos está planteando un esclarecimiento a nuestra vida; de dónde venimos, quiénes somos en realidad, y hacía dónde vamos; toda esta serie de cosas. Y el aspecto ético-moral religioso se basa en las enseñanzas de Jesucristo según su Evangelio."

María Jesús Albertus y Juan Miguel Fernández




"La familia es creada en el mundo espiritual. Tú te has portado bien o mal, lo que sea, pero necesitas renacer con un grupo de personas y cuando esas personas están ya acopladas entonces renaces. Pero antes de nacer, los que van a ser tus padres, son llevados espiritualmente al Mundo Mayor para presentártelos y para que te acepten. Eso es importante. Porque si no te aceptan, igualmente reencarnarás pero después será uno de esos casos de padres que reniegan de sus hijos, que los tratan fatal… Otras veces, la inmensa mayoría, se acepta. Algo tienes que aprender de esos padres. Porque ten en cuenta que en las familias es de donde vienen los peores enemigos del pasado. Y ahí entonces, es dónde hay que cultivar el amor. Tú aprenderás a querer a tu madre, a tu padre, a tus hermanos… En definitiva, todo lo que se busca es crecer, avanzar; ser mejores. Y vamos avanzando quitándonos todas las deudas del pasado con todas aquellas personas que compone nuestra familia hasta que ya lo hayamos conseguido. Y así, quizá la próxima encarnación sea mejor. En algún lugar con más facilidades materiales, donde no haya tantas guerras, tantas necesidades, tanta maldad…"

María Jesús Albertus y Juan Miguel Fernández





"La mediumnidad es algo muy implícito en cada uno de nosotros. Todos los seres humanos lo tenemos de una manera natural, lo que ocurre es que en ciertas personas se desarrolla más que en otras debido a su sensibilidad y en otras pues todo lo contrario, permanecen en letargo.

No obstante, todos en algún momento puntual captamos una sensación de energías que están cerca de nosotros… Unas percepciones… Escuchamos.. Vemos… Nos comentan algo que pensamos que es una percepción nuestra… Es decir, que todo eso es algo natural en el ser humano. Lo que pasa es que hay personas que tienen un compromiso espiritual de ayudar a los demás porque recordemos que Dios ayuda al hombre a través del hombre. ¿Qué significa esto? Significa que yo te ayudo a ti porque los espíritus me intuyen y tú puedes ayudar a otros que pueden necesitar escuchar tu consejo, tu orientación. Tú puedes ser el consuelo de sus preocupaciones, tú le puedes orientar sobre aquellas cosas que te intuyen y que son buenas para él. Eso a un aspecto a nivel personal.

A nivel colectivo, cuando nosotros realizamos reuniones mediúmnicas primero hay una parte que es la mediumnidad de la caridad, la verdadera base fundamental: dar consuelo, esclarecimiento, hablar con aquellos espíritus que todavía no saben que han desencarnado, que han fallecido, porque se ven exactamente igual que antes. Siguen haciendo sus vidas. Porque el hecho de pasar de una vida a otra no significa que vayas a cambiar los conceptos de tu Ser sino que vas a seguir siendo el mismo que eres ahora, con tus sentimientos, tus emociones, tu sensibilidad, tus imperfecciones, con tus virtudes, con todo ello te vas al otro lado de la vida. Y te sigues viendo exactamente igual que eras.

Y luego está también dentro del tema colectivo aquellas comunicaciones que los espíritus superiores intentan transmitirnos para mejorar la humanidad. De ahí esa gran colección de libros espíritas que han sido transmitidos por multitud de espíritus elevados con sus experiencias, indicándonos los caminos que hemos de tomar cada uno de nosotros para progresar espiritualmente.

Por eso es tan importante que la gente estudie el Espiritismo. En primer lugar porque te das cuenta de que no acaba todo con la muerte; ese es el error que muchas personas tienen. Pensar que viven, mueren y ya todo acaba ahí. Pues no. «Me muero físicamente pero sigo vivo y estoy en la vida real». Lo que ocurre es que como a la inmensa mayoría de las personas nadie les ha dicho que la vida continúa por eso se pierden, por eso no se saben marchar, por eso continúan perdidos por la calle. A veces, en los trabajos mediúmnicos de caridad… «¿Qué haces?¿Dónde estás?». «Pues nada, aquí sentado…» «¿Sentado dónde?» No tienen ni idea de qué deben hacer. Les preguntan si no van a su casa y te dicen que sí, que a veces… Pero es que nadie les ve… Eso es una angustia. La gente debería aprovechar los Centros Espíritas —que hay muchos en todo el mundo— para informarse. Porque el Espiritismo nos dice muy bien de dónde venimos, hacia dónde vamos… Todo eso está muy bien pero nos lo tienen que demostrar con la mediumnidad seria.

Ahí está la cuestión. Cuando explico que voy a un Centro Espírita mucha gente se imagina algo oscuro, con velas, gente con túnicas estrafalarias… Imagina que está muy, pero muy alejado de la realidad.

Por eso nosotros, en la Asociación de Estudios Espíritas de Madrid organizamos cada viernes conferencias gratuitas para invitar a que la gente se acerque a conocernos. Y no sólo de temas espíritas, de hecho vienen conferenciantes que no son espíritas: escritores, periodistas… Gente reconocida dentro del mundo intelectual y de la divulgación.

Al público que se acerca los recibimos con agrado, intentamos que pasen una tarde tranquila y gratuita en este lugar. Porque en las casas espíritas todo lo que hacemos es totalmente gratuito. Son mantenidas por los socios. Y que se lleven el conocimiento y sobre todo el saber. Ya si nos preguntan a título individual qué es la Doctrina Espírita pues les contamos. Eso sí, sin imponer absolutamente a nadie. Aquí no adoctrinamos."

María Jesús Albertus y Juan Miguel Fernández





"Un trabajo mediúmnico es hablar con los espíritus. Es algo muy serio, pero muy bonito. Nadie se coje de las manos… Eso era al principio, ya no hay que tocar al médium porque si tocas al médium lo distraes. El médium necesita estar tranquilo. A su lado tiene un adoctrinador que es la persona que habla con el espíritu; porque suponte, un espíritu viene a través del médium y éste habla y habla, pero alguien tiene que preguntar qué te ocurre, dónde estás. Y le puede hacer todas las preguntas que quiera, aunque depende del tipo de espíritu que se está manifestando a través del médium. Si es un espíritu con conocimiento le puedes preguntar todo lo que quieras, todo te lo contesta. Si es un espíritu inferior lo que tienes que hacer es orientarle.

La mediumnidad es muy bonita, pero cuando se hace seriamente. Pero no para preguntarle, oye dónde dejó mi padre el testamento. Porque si es un espíritu serio te dice, eso son cosas físicas y vuestras."

María Jesús Albertus y Juan Miguel Fernández












Diego Vaya

El nombre de la fábula

Mi hijo escribe su nombre. Cada letra
es mayúscula. Aprieta fuerte el trazo,
crece la claridad por un momento.
Es la primera vez, lo escribe solo.
Lo recuerdo apretando el lápiz, letra
lenta. Un nombre subiendo por la mano
extasiada al papel. No quiero que esto
acabe. Está sentado ante su mesa
roja, repite trazos, recordando,
sonriendo, y es un juego, la emoción
de un regalo que debe adivinar
antes de abrirlo. Dentro todavía
lleva la confusión de un alfabeto.
Pero es cuestión de tiempo. Escribirá
su nombre. Y yo no quiero que esto acabe.
El trazo entusiasmado por la mano
subiendo en el papel, para llegar
hasta la última letra, donde empieza
la hermosa fábula de creernos únicos:
lo lee y se levanta y ya es su nombre.

Diego Vaya




La imagen

A esa hora en la que todos los recuerdos
vuelven con su marea hasta mi cama,
cuando la noche adentro es agua ciega
y la respiración la campanada
con la que se hunde el sueño hasta pudrirse,
abro los ojos y por dentro flota
la imagen de mi madre, todavía
joven, guapa, conmigo entre los brazos
y tan viva que vuelvo a ser en ella
su hijo.

Diego Vaya



Oda a la última frontera

Todo comienza cuando escuchas una voz
por la megafonía del aeropuerto.

Y te levantas y andas
y la voz te persigue
y empuja tu reflejo
a través de pasillos y de anuncios.

Aún te sientes parte de ese horror
al que te acostumbraste demasiado
pronto,
amaste cada cosa de este mundo,
su oferta sin descanso, su generosidad,
el don de hacer que todo te pareciera hermoso.
Y cuanto más lo amabas, más te dolía el mundo
porque siempre era poco y siempre había algo que faltaba.
Te dejaste llevar y eso te hizo feliz durante un tiempo.
Pero nada bastó para aplacar
la sensación de haber llegado tarde a todo,
este sentirte siempre en ningún sitio
con un interminable jet lag en el espíritu.

No mires atrás, aún te sientes parte del horror:
tus nervios son tejido digital,
tu vida está sacada de catálogos
que reparten por todas las ciudades,
tu mente es un diseño hecho a imagen y semejanza
de la publicidad, y tu futuro
ya huele a despedida
y no te pertenece.

Las cámaras controlan movimientos,
maletas gestos pasos manos en los bolsillos,
pero nunca el dolor de desaparecer
inyectado en tus ojos mientras buscas tu vuelo.

Y la voz te persigue
como un remordimiento.

A través de los grandes ventanales
las nubes se retuercen en el cielo.
Su sombra es un borrón
donde despegan y aterrizan aviones
y un disparo en tu sien
cuando su eco retumba en los cristales.
Nubes que son aquello que tiraste y vuelve reciclado
en modo pausa-dolor,
hinchadas como bolsas de basura,
tus ojos no reflejan ya otra cosa.
Mirándolas comprendes que tu vida
ha sido siempre huir
y este aeropuerto hoy
es la última frontera.

De pronto se propaga dentro de ti la voz
como un vertido tóxico en la costa.

Escuchas:
Acuérdate de Macbeth:
soñaba con un mundo
donde todos sus crímenes le fuesen perdonados.
Deseaba ser otro, y para serlo,
la realidad también
tenía que ser otra; nadie puede
ser distinto en la misma realidad.

Un policía vuelca tu equipaje de mano
y sientes que eres solo cada cosa que cae,
su golpe, su desorden, su violencia,
la confusión que iguala tantos días.
He aquí las obsesiones que lepran tu cerebro.

Al verte reflejada en el cristal
te da miedo la niebla que eres.

Escuchas:
No importa lo que hagas, renuncia a ti, desnúdate,
rómpete, pégate
cada pedazo
según las instrucciones de montaje.
Ya nunca volverás a ser la misma.

Por todo el aeropuerto parpadean pantallas
con números de vuelo y avisos de retraso.
Y se cruzan las vidas
como estrellas que estallan en silencio.

Escuchas:
Huye de este lugar.

Suena una alarma. Nadie
sabe qué está pasando.

Aquí termina todo
te repite esa voz deshabitada,

esa voz sacudiéndote
como unos cables de alta tensión en la tormenta.

Diego Vaya



Otra creación

Estás comiendo fruta. Se ilumina
un poco más el corazón con cada
bocado. Si la vida fuese solo
lo que se ama, su imagen esta tarde sería
tu mano, hijo, y la mía, separadas
por la edad, y de pronto unidas en la fruta.

Coges el trozo y me hablas: tu edad levanta el vuelo
en la boca, tu limpia vocecita.
La mía es esperar mientras tú comes
y ser consciente de que en este instante
me respiras por dentro y te abres paso
hasta un lugar en donde siempre seremos uno.

La piel pelada cae: el tiempo no se oye.
Sé que te queda mucho por vivir
porque la muerte aún es para ti un juego
con una sola regla: quien se muera,
que se levante rápido para seguir jugando.

Tú comes fruta. Pienso: si tu abuela te viese.
Pero no digo nada. Escribo estas palabras
que tal vez leas cuando contemples a tu hijo,
y entenderás entonces que ya no estoy seguro,
mientras se acercan nuestras manos,
quién de los dos recibe o da la vida.

Diego Vaya





Otra vez

Si nombramos de nuevo cada cosa
le damos otra vida. Hasta la tierra
más seca guarda el paraíso. Así,
tu voz me pone en pie contra el dolor
y contra tantos días esperando
el mundo hecho sentido. Y si morir
fuera volver a un sitio en que la muerte
ya no importase, entonces regresemos
al corazón de las palabras que arden
y nunca son ceniza ni humo: te amo.

Diego Vaya










Pedro Gil

El amor se aprende

desde
que despertamos
juntos
aprendí
que no
todas
las soledades
son
perpetuas

Pedro Gil





Fama y pobreza

Es raro despertar bien sentir y sentirse bien
oír el encantamiento de los jilgueros
recibir la bondad de la naturaleza
en la contemplación de la montaña.
Debe ser normal este estado para el hombre común
pero cuando tú mismo eliges entregar tu vida
a la militancia sin responsabilidades
no hay lugar a los remordimientos.
Nunca quise redactar sonetos a la luna (chévere Parra)
ni pedí que regresen las putas golondrinas a mi balcón a cagar
me fui a los extremos y pago el precio como macho.
Por eso los achaques en mi cuerpo
no del espíritu ni de la mente.
En el banco tengo 50 miserables centavos
mis pertenencias: un par de zapatos, un dvd, unas decenas de películas
dos jeans algunas camisas y camisetas
regalos de Secaira y Cisneros,
y pare de contar.
Estoy contento y eso no es raro.
El reconocimiento literario
el mito de mi apellido
hacer lo que me da la gana, como por ejemplo,
no tener jefe de trabajo,
que me paguen por leer,
beber solo, beber seguido
40 lunas 40 soles
Puedo decir sin temor soy un buen tipo
soy Pedrito Gil.
Puedo decir sin temor que me encontré.
Estoy hecho.

Pedro Gil




Lucky, el indomable

Ah, este Lucky siempre sonriendo

George Kennedy en “Lucky, el indomable”

Mi padre se sentó a beber
y no se levantó hasta la muerte.
Hasta la mañana que -a empujones-
lo llevaron al especialista quien le diagnóstico
cáncer
al esófago y los días contados.
-Prohibida la bebida, Don Gil
-¿Para qué? Si en la tumba no se come ni se bebe.

*

Al atardecer pidió en la fonda del barrio
un caldo de pata
le dijo al fondero que se lo cobrara a Dios
que le debía demasiado.

*

En la noche, aprovechando su estatura
bajó una estrella
que usó como lámpara para buscar
en la bodega de la casa recuerdos
y tablas de madera.

*

Al siguiente día moría
junto a un ataúd para niño.

*

En su sepelio estuvimos solo niños.
Desde los 5 hasta los 80 años.
Niños llorones, niños asesinos, niños débiles,
niños duros, niños diplomáticos, niños borrachines.
Nos quebrantamos ante la tumba de niño
de mi padre.

*

Todos consideran sus vidas dignas
de un libro o una película.
Claro que no toman en cuenta
que hay libros mágicos, reales, mediocres
y hasta impublicables.
¡Mi padre fue un gran libro!

*

Les cuento:
el negro Víctor enterró con sus propias manos
(él mismo hizo los ataúdes de madera)
a sus cinco niños, tres varoncitos y dos mujercitas.
Sus hijos.
Mis hermanos.

*

Paul Newman fue un actor duro.
El Negro Víctor, mi padre, no fue actor,
Fue un duro.
Real.
Bueno.

*

Solo un hombre duro puede reposar en una tumba de niño.

Pedro Gil




Rescate

que me sentencie
el santo, el puro.
el mar, la noche,
hasta mis más queridas
las estrellas
enmudecieron.
yo conocía
sus pecadillos.
por eso
cuando me lancé
al Estero Salado
los ahogados me salvaron.
no era posible
tanto sentimiento de culpa.

Pedro Gil















Valentina Colonna

La felicidad camina por la calle
con una bici desconchada y un vestido
azul que se eleva pasando
frente al bar, a los señores con velocidad
en la frenada a la vuelta de la plaza.

Ella se va corriendo con el sobresalto
de las miradas que se levantan. Va con el aire
entre las costillas. El manubrio sin cesar
va solo en círculos por el pueblo. Se alimenta de los muros
blancos, de la luz en los techos a cielo abierto
con los olores que esparcen el almuerzo.

Señor mío, Señor, cada respiro aún
me es solo vida toda que sobra.

Valentina Colonna




Me estoy yendo. No queda nadie más que yo
en la misma entrada nueva.

Posé mi valija
frente a una puerta, ayer,
primer piso,
a la hora del sol sobre las mesas,
cuando la Mole [1] ríe.

La genista pierde por la calle
y las rosas emanan
el último aire en ropa oscura.

En el saludo mi sonrisa se abre
y muere. Está en el pelo
que pasa el féretro de los recuerdos.

Hoy suspendido el tiempo se detiene.
Mañana partiré.

De ti no me queda más que todo.

Valentina Colonna





Mientras camino en la terraza la banda
suena y te digo “¿la escuchas?”
Me persigue de una parte a otra
del perímetro del confín de mi risa
para que no escuchen los vecinos
esta alegría de mis años
dejados al viento.
Así suena en la casa de frente
luego detrás en la plaza, adelante
al segundo piso del muro blanco.

La caja de resonancia tiene su casa en el pozo
en la plaza donde la gente pasa,
se sienta, repasa los aires
que hace veinte años escucho
en el verano cuando mi abuela
todavía a las nueve me despierta
y repite “¡Valentina, la banda!”


Mentre cammino in terrazza la banda
suona e ti dico “La senti?”
Mi insegue da una parte all’altra
del perimetro di confine al mio riso
perché non sentano i vicini
quest’allegria dei miei anni
spaiati al vento.
Così suona nella casa di fronte
poi dietro in piazza, davanti
al secondo piano del muro bianco.

La cassa armonica ha la sua casa sul pozzo
in piazza dove la gente passa,
si siede, ripassa le arie
che da vent’anni riascolto
d’estate quando mia nonna
ancora alle nove mi sveglia
e ripete “Valentina, la banda!”

Valentina Colonna

















Roxana Landívar

Arrebato

Lucho con días así
me peleo
los desgarro
nos revolcamos a golpes

No puedo quedarme quieta
los días no ocurren como quiero
sigo persiguiendo
hace más de un año
la sombra de una niña que pude ser yo

La busco en las esquinas de las paredes
entre las páginas viejas de los libros

Ella vive y sufre en otro lado
quizás existe sin preguntarse mucho
pero yo la recuerdo como algo perdido
como lo arrebatado

Ella soy yo
ella es todas
esto lo sé
y no es suficiente

Los días todavía se desvanecen
mientras busco por la ventana

Roxana Landívar




El rapto

La niña fue amada

La niña creció
mutó en señora de la casa

Lavó y tuvo las manos de vieja
algunas veces se quemó planchando
ya no huele a pino ni a verano
sino a cloro y cebollas

La niña es amarga
no hay esperanza
fue arrancada y usada

Ahora no es más
que otra mujer desecho

Roxana Landívar




Horas

Los días terminan
entre una humareda roja
roja de carne marchitándose
roja de cielo despedazado

Los días me pasan al lado
como burlándose
empujándome
cada vez que pueden

Ellos saben sobre el tiempo
ese que dejé en la otra vida
la que no elegí

El tiempo de allá no se detuvo
me recuerdan

Volver es perder
quedarse es perder

Y yo mejor ni me muevo

Roxana Landívar




Monólogo de alerta

Faltan pocos días

mi última infancia se estrella

ya no más caminar de noche

y preguntarme qué vendrá

 

Me he asentado

esto es una autoflagelación

un asesinato de la flor

un siéntate de una vez

para siempre

 

No soy más que el recuerdo

de aquel tiempo

en que fui libre

 

Soy una extraña

la repetición del acto que ordenas

ya no soy lo que era

 

Soy la fiera domada

la luz arrebatada

el brillo dormido

 

Y quizás un día de estos

pueda romper la jaula

y salir herida

 

Pero

al fin

salir

Roxana Landívar




















Elvira Hernández

Come moscas cuando tiene hambre la Bandera de Chile

en boca cerrada no entran balas

se calla


allá arriba en su mástil

Elvira Hernández





La Bandera de Chile es usada de mordaza

y por eso seguramente por eso

nadie dice nada

Elvira Hernández




Llanterío

No es por un cadáver exquisito que

me restriego los ojos

ni por la mejor filosofía que asisto

a los cenáculos de los Quitapenas

 

Para qué sacar cuentas

Voy como Alicia en Las Ciudades

 

Tu esqueleto es un pez devorado cuyas espinas

se sacan de los dientes

Elvira Hernández




No todo lo que vuela 

No todo lo que vuela
es pájaro.
A veces lo que piensas
alcanza una pequeña altura.

Elvira Hernández



Restos

¿Encontraremos los pelos de la vergüenza
las escamas óseas de una verdad agrietada
la vértebra de nuestra historia?

¿Estará en algún lugar del territorio
la mano de la justicia o solo seremos pasto
y gente que escobilla sus trajes?

¿Algo de valientes plaquetas quedará
en la sangre fresca –algunas palabras–
o solo seremos pala de sepultureros?

Los niños corren en busca del Tesoro Escondido
de su Pasado.

¿Los detendremos?

Sí.

Los arrojaron al mar
Y no cayeron al mar
Cayeron sobre nosotros.

Elvira Hernández




Víspera de Navidad

Esta mañana

con la luz matutina

la tarabilla ha llegado

a golpear la ventana occidental.

 

Todavía creemos en los signos

Y nos internamos en el día

expectante.

Elvira Hernández











María González

BROTE

Madrigal de trigo, harina en el
cielo. Quebrar las hojas,
el jugo que se
extiende faringe
abajo.
Espolvorear las pecas blancas

-los gusanos en
cordillera– es un gesto
firme,
algo tenso, como de urgencia.
Mover las manos, mezclarlo
todo.

Que sea breve.

María González




LA TIERRA PROMETIDA

Nombrar es reconocer que
existe, gracias y a pesar de mí.
Cuando tras mi frente genero una
sílaba, defino,
coloreo y cincelo,

tal como suena tras el abdomen.

Junto los labios para tallarlo, llenando la
entrada. Ahogar su grito, ese dolor tras las
costillas.

 

Mencionar es la primera maniobra.

Para ello, cubriré todas las articulaciones.
Los otros asentirán abriendo las
comisuras. Flotará el polvo, semilla
hundida.

Nuestro conflicto no posee
milicia.
Es ello,
conquistando mi volumen,

llenando mi sistema nervioso hasta las
yemas, hasta la cicatriz en el ombligo,
hasta la ropa.

Es ello ocupando los tejidos
grasos, el cerebro, el útero.

 

Nombrar es reconocer que
existe mi cuerpo como Tierra
Prometida, lleno de ríos y
alambre,
ceniza y leche.

El territorio se defiende a intervalos,
expulsando los cadáveres por las
cloacas. El único hogar que
conocemos.

Sobrevivir depende de aniquilar al enemigo.

María González




ORIGEN

Tengo 15 años. Lápiz en los párpados, barro en las uñas, sangre en la vagina. Tengo 15 años y estoy cubierta de miedo y miel.

Me quemo los nudillos de tarde en tarde.

Engullo carne, harina, azúcar, engullo plástico. Aceite coagulado pastando por mi pleura. Tengo 15 años y la boca hinchada. Soy virgen. No paro de escribir en las paredes, voy dibujándome estrellas en los talones, llaves en los tobillos.

Tengo 15 años, un novio de 4, manchas en los iris y una ruta favorita de camino al hospital.

15 años, vestido roto, ampollas en los pies, una soga al cuello, miles de tinteros en la garganta, y hambre.

Tengo tanta hambre que muerdo las columnas de cemento, desgarro las manzanas y el algodón, y, si te pusieras delante, te mordería a ti con tal de machacar algo con las muelas, y llenar mi estómago, y mi diafragma, estrujar algo entre los meñiques y que derrame jugo.

Tengo 15 años y alergia al zumo de la fruta. Beso las naranjas sin podar, aún cubiertas de hojas, como un augurio de muerte y olor.

María González





Poseer una carga genética importante no condiciona.

Repite. Poseer. Repite. Carga genética. Repite. Condición.

Factores prenatales; Ataúdes blancos.

Factores sociales; La niña idiota.

Drogodependencia; Pulmones negros, azúcar en sangre.

Desposeer. Repite. Desposeer.

Mira otras ramas. Elige muerte. Desecha susto. Elige el juego. Derriba al oponente. Vomítate el estómago. Mira a tu lado. Observa la similitud en las facciones. Elige muerte. Elige muerte. Elige.

Repite.

Ataúdes blancos.

Pulmones negros.

Tira los dados. Elige la ciencia. Elige un número.

María González














Américo Ghioldi

"... habría sido una energía utilizable para el bien, dispuesta para el libre juego de las condiciones femeninas de delicadeza, dulzura, tolerancia, comprensión y benevolencia humana que no la dejaron cultivar ni expresar en ningún momento."

Américo Ghioldi



"La vida de la mujer hoy desaparecida (Eva Perón) constituye, a nuestro juicio, un ejemplo poco común en la historia. No son raros los casos de hombres de Gobierno o políticos de nota que han contado para su acción pública la colaboración, abierta o disimulada, de sus esposas, pero en nuestro caso toda la obra de nuestro primer mandatario está tan impregnada del pensamiento y de la acción personalísima de su esposa, que resulta imposible separar netamente lo que corresponde al uno y lo que pertenece a la otra. Y lo que da carácter notable y propio al empeño de colaboración de la esposa, fue el abandono que hizo de sí misma, de sus bienes y de su salud; su decidida vocación para el esfuerzo y el peligro, y su fervor casi fanático por la causa peronista, que infundió, a veces, a sus prédicas, dramáticos acentos de lucha cruenta y de despiadado exterminio."

Américo Ghioldi

Salvador Arias

"Atrevimiento tengo señor, para pronosticar lo porvenir, para escalar esos cielos, consultar los planetas, reconocer los astros y registrar las estrellas."

Salvador Arias
Tomada del libro de Sagrario Muñoz Calvo Inquisición y ciencia en la España moderna

P. Gachapay

"El médico pronostica y decide de la salud y enfermedad, accidentes, juicio, crisis y muerte del enfermo sin que intervenga el demonio, y esto no es prodigioso pues "artes y naturaleza enseñan a adivinar sin obra ni ayuda del demonio".
Es locura y necedad prohibir la astrología pues no va contra el libre albedrío solo estudia las inclinaciones y propensiones de los astros.
Los que quieren destruir esta ciencia la unen a la magia, pero la astrología no tiene nada que ver con la Cábala talmúdica."

P. Gachapay
Tomada del libro de Sagrario Muñoz Calvo Inquisición y ciencia en la España moderna