Daniela Catrileo

Caminan sin lengua aúllan
como réplicas del signo. 

¿De qué sirve escribirte, si desapareces
en la hoja
en el cauce?

Daniela Catrileo




El eco que resuena al decir: 

es que estamos rotos 

como espiral
de caracola al final del océano.

Daniela Catrileo




El secreto en la rotura
de la lengua
como quien se apuñala
a sí mismo
para salvarse.

Daniela Catrileo





Me acostumbré a dormir con los ojos abiertos

como los peces o las víboras
 

Aunque las pesadillas me confunden
con el recuerdo de verte al amanecer
cuando atraviesa la primera bomba
sobre los campos que fueron tus días 

Pienso en  E l l a  antes de encontrar la muerte
—es como si te dijera mis temores en voz alta— 

Imagino el calor de su piel
como una mantis aferrada a un trocito de ortiga 

su cabeza apoyada en mis piernas
mis manos enterradas en su pelo 

de fondo una explosión
calcinando la última morada 

Apoyo mi oído en el retumbar de la tierra
pero la memoria evoca
el palpitar de su corazón

—estallido que aflora—
Sus ojos entrecerrándose
y  E l l a
E l l a  sonriendo

Daniela Catrileo




Mis muertos
no son la historia.

Daniela Catrileo













Rodrigo Olavarría

CÓMO PREVENIR UNA PANDEMIA

Los científicos predicen la llegada del ébola a Londres

en dos semanas y a cada rincón del globo en un mes.

Mientras tanto tú, mi amor, me pides que te olvide.

¿No te parece exagerado desahuciarme justo ahora

que los ríos se secan y una pandemia global amenaza?

En los años sesenta Estados Unidos promulgó una ley

que prohibía casarse por miedo. Yo legislaría sobre nosotros,

pondría freno a toda muestra de temor. Lo que me recuerda,

una vez dijiste, en una cama en La Paz: “Me vas a olvidar”.

El caso es que hasta ese momento me sentía un pionero,

un explorador quemándose los dedos en pos de una cima,

y de pronto te descubrí enamorada, muerta de miedo.

Todo sobre la tierra se convierte en polvo y luego vuela,

la mancha del amor es la brasa humeante que sostengo

y elijo ponerla en tus manos para verla gotear amarilla

sobre las hojas, mejorando el color del azafrán y la miel.

No hay más luz que esta luz, este insidioso fogonazo,

esta forma de postergar el contagio de la oscuridad.

Rodrigo Olavarría





MIGRACIÓN

Cuando apenas había cumplido los seis años,

mi madre y mi abuela me obligaron a memorizar

la línea sanguínea que me emparenta con Venus.

Esa es la razón de mi legítimo derecho de cisne

a corromper el olor de la habitación de una mujer,

a invadir colchas y sábanas con mi propio aroma,

a decir hola qué tal a la manzana más alta,

a exigir la verdad de pie en una pista de baile,

aunque no haya nada cierto, excepto seguir

adelante como un ave migratoria que se va

y regresa siempre sin concebir cómo, perdido

o camino a la perdición pero en movimiento,

con esa voz en el centro líquido de la experiencia,

esa que dice: eres un pájaro, debes volar al Norte,

caminar por un parque junto al mar, abrirte

a la naturaleza móvil de las cosas y a la muerte

sucesiva de todos los fantasmas que creíste ser.

Siempre habrá un hotel de tres estrellas en la ruta,

un gaitero que se asoma al barranco al anochecer,

un obelisco donde una vez estuvo de pie un ángel.

Rodrigo Olavarría





NO HAY TIEMPO QUE PERDER EN ESTE MUNDO

EMBELLECIDO POR SU FIN TAN PRÓXIMO

Hay un poema que dice que el mundo es más bello

si nos hacemos conscientes de la inminencia de su fin.

Yo tomé nota y luego acciones concretas al respecto,

me serví café y me dispuse a escribirte una carta

en la que digo: Jandi, te recuerdo y no me olvides,

dentro de poco estaré en Pérez Roca y San Martín

o un par de cuadras al Oeste, junto a la quebrada,

armando una cometa con los restos de un navío.

Hace un mes vi a mi abuela muerta en un cajón,

su dulce materia indistinguible en todo aspecto

de la caja que la contenía, las lámparas y las flores,

infinitamente despegada de quien le tocó ser,

librada del todo de cualquier proceso familiar,

maquillada como ella jamás lo hubiese permitido,

vaciada de sí misma, un pimiento relleno de muerte.

Y esa visión me puso en contra de la inmovilidad

y me hizo parcial de los insectos y los pájaros

a tal grado que llegaban a anidar a mi ventana.

Yo antes era un arma arrojadiza, una ventisca

que entraba por los tejados y hallaba su camino

hasta lo que yo creía era la verdad, un cuerpo.

Sé más o menos quién soy, conozco este montón,

esta suma mal hecha, este espantajo que se busca

y ha encontrado en la dulzura de una mujer,

en su voz, en su silencio y su cuerpo, el descanso.

No vamos a morir mientras estemos enamorados

y si llegásemos a morir habremos embellecido

estas brevísimas estancias en la materia con amor,

con esta intuición que se hace más profunda

al mezclar nuestros alientos, ya sea bajo techo

o bajo el sol que alisa la superficie de los lagos.

Rodrigo Olavarría





OTROS ÁRBOLES DE ENERGÍA

Una de las muchísimas cosas que discutimos

mientras caminábamos por el cementerio

y bajábamos al mar por Galvarino Riveros

fue la cifra, la masa crítica de nuestros amantes.

Llegamos a ese tema atando cabos y lianas

que iban de la muerte física a la muerte en vida,

después se puso pensativa y dijo: “El cuerpo

guarda información de todas las parejas sexuales”.

El caso es que la memoria del cuerpo es real

y tiene forma de depositorio o hemeroteca,

hay un archivo para los miembros amputados,

microfilms en mitocondrias y hélices dobles.

Como sea, somos proclives al estudio del pasado,

nuestro cuerpo se niega a dejar lo que le trajo dicha

y, como un policía que no cree en la redención,

atesora prontuarios, recortes y álbumes de fotos.

Alguien podría decir que donde hubo un sendero

que conducía al amor hoy crece la maleza

o que donde existió un mar interior con barcazas

y goletas hoy se extiende la superficie marciana.

Pero no es tan así. La maleza esconde la huella

y el desierto las escoriaciones del oleaje.

Así mismo la lengua chasquea en su bóveda

sorbiendo un nombre que no refiere a nadie. 

Rodrigo Olavarría





USUZUKURI

Más que antes en suelo inseguro te bendigo.

Rodeada de ascensores futuristas eres tres

y al fondo del robo de mí mismo serás tú

quien traiga flores cuyos nombres ignoro,

quien llene mis cajones de partituras de luz

y cuchillos para estaciones de habas y menta. 

Rodrigo Olavarría











Ludovic Villard

Ciudad fría y desierta esta mañana
recorro con la mirada su estepa de cristal e hierro
desde los vestigios crecidos en lo alto de la colina
absorbo el aire del espectáculo ancestral

Ludovic Villard



El hombre y la mujer sobre ese banco
Llevan una infinidad de historias
Y la melancolía que abraza este día
Posee un secreto que cada uno comparte.

Ludovic Villard





Ni el tiempo ni nadie ha tenido su promesa
teníamos la edad de no dudar
entonces el vagón se aleja, saludándonos con un chorro
de humo negro
desde entonces nuestros pies no se han movido

Ludovic Villard




Se creen poetas
tienen los gestos y la nobleza simulada
yo prefiero mi propia carne
nunca podrán tener eso.

Ludovic Villard




Tu mordisco sobre mi hombro
tu uña marcando mi espalda
tus venas y mis venas hinchadas
formando una íntima cartografía

Ludovic Villard










Serge Pey

Levantando

el PUñO IZQUIERDO

detrás a la izquierda

EL DEDO PEQUEñO

hacia el pecho

hasta la altura

del CODO

y agarrando

mi MUñECA IZQUIERDA

con mi MANO DERECHA

cruzando

delante de mi pecho

las dos MANOS CERRADAS

la DERECHA encontrándose encima

os escribo desde la cárcel

de Lewisburg

en Pensilvania

delante de un policía blanco que ladra

sin bozal

y un perro rojo ebrio de whisky

Serge Pey






Los PUñOS CERRADOS

el pulgar CERRANDO

los otros DEDOS

y golpeando

los PUñOS

el uno contra el otro

uniendo

las ARTICULACIONES

de las FALANGES

Os enseño el signo

de la guerra ya que escribo

con un clavo

los fragmentos

de un uso cotidiano

de la poesía de Lewisburg

porque la poesía ya no tira

los hilos de la realidad

retrocediendo sin cesar

delante de las acrobacias

de sus letras echadas a perder.

Serge Pey



Porque llamamos a la joven poesía

para que se levante en masa y recite sobre las tumbas

 

Porque os invitamos a ocupar

todos los cementerios del mundo

el aire y el fuego y todos los lugares de esparcimiento de las cenizas

de la vida

 

Porque no debemos olvidar los libros

que desbordaron de nuestros labios

 

Porque debemos amar al infinito

a aquellos que los escribieron

 

Porque debemos desenterrar a los poetas asesinados

por el silencio

 

Porque somos pobres

 

Porque debemos disparar a discreción  a los sepultureros

que se pasean entre nosotros.

 

¡ RESISTENCIA !

¡ OCUPACION DE CEMENTERIOS !

¡ BARRICADAS DE POEMAS SOBRE LAS TUMBAS !

¡ DISTURBIOS, HASTA LA HORA FINAL !

 

¡ HUELGA GENERAL DE LA POESIA

CONTRA LA MUERTE DE LA POESIA !

Serge Pey











Manuel Boher

Las muy ricas horas

De modo que son piojos los del cilicio
y no es una misma haba
la que cuecen en todas partes,
bien habrá cerros Magdalena también en Queilen
con tres primeras puntas que
aparezcan
por el hueco de tu codo contra la costilla. 

Ya que nadie peina la muñeca
con palabras como ruibarbo,
las cabalgadas sonarán cada vez
más a maní llenando la arpillera.
Bien cargaba un saco de hojas para
asombro de mi suegro, y bien
me reciben
al fondo de la cocina, en el aire confinado. 

Si los niños no tienen PC,
esta larga pajita de centeno
tal vez ayude a que beban la leche,
de modo que humee un brazo de reina
desde poyos y el apoyadero,
y sea yo
la mano de niña que le escriba
el glaseado negro con forma de guante.

Manuel Boher














Lucas Costa

 BAJO LA PIEL Y A LAS CASAS

les sigue la sombra y

al cielo la esperanza

de una calle reflejada

 

en ventanas de un hotel donde

la gente está de paso y

despierta pensando en jardines

que echan raíces

 

lentamente sobre los techos:

hay estériles hortensias

que solo imaginan

niños y nubarrones

 

se iluminan cuando

estás demasiado lejos

para tener gusto

bajo la inclinación

 

del cardo y su porfía

que hace de la falta

de agua un himno

tras las paredes

 

a generar, su efervescencia:

toda la niebla con que sueñan

esas cabezas entregadas

a su suerte y la piel

 

 

se amplía contando ovejas

bajo la vertiginosa ciencia

horizontal de la espera,

el periodo de desintegración

 

no se ve como las culebras

otoño adentro

de sifones o ductos,

a veces liebres o comadrejas

 

o solo raíces a la vista

de un árbol y todo

cuanto existe alrededor

es una provincia desgastada

 

que nadie se atreve a tocar,

así en la tierra como

en un niño que consigue

hacer del tapiz un cielo con lomas,

 

el toque de una pelota

que no logra dominar

sus padres jugando y arriba

un ángel, el hermano

 

resucitado se mueve

cubriendo de niebla,

pero el sueño no me entra

en los párpados

 

y quizá solo ahora

sea justo pedirte

que me dejes ser

envuelto por ella.

Lucas Costa
 

COMO UNA CULEBRA QUE DEJA VACÍA SU PIEL

agrietada por la exposición al sol o una piedra

preciosa que ha dormido toda una época

 

para de pronto partirse en astillas, llega

un viento insoportable a los ojos y los sentimientos

pasan por la higiene en manteles de hule

 

con motivos del sur, un batracio descolorido

en un campo de chongos es humus y larvas

existiendo tras los matorrales tupidos

 

como torceduras en el meollo de las lengas

que las desploman, calcio en la mirada de la noche

cuando cuento las estrellas cortando el aire

 

cesante que recorre mi ansiedad de punta a cabo

y a mis espaldas siguen ocurriendo las mutaciones

maravillosas de organismos y sistemas para luego entrar

 

por los ojos o aparecer sólo en fotos de archivos

que nadie abre: toda una historia de ausentes confirma

a la cuncuna mimetizada en nuestra piel

 

para hacer de ti la piadosa luz de una estrella

en el cuerpo de tu mamá cuando la helada se calca

al soroche de su piel porque solo el amor entiende

 

estos misterios: oír por casualidad lo necesario

al momento de querer decir algo y expresar

en nosotros cosas que nos cambien bien adentro.

germina, se ramifica y culebrea

por el aire antes de que lo talen.

Se dimensiona, le dan forma y en redondez

se lima o pule el palo que puede ser de escoba,

varita que aviva la fogata o luma que llega

repentina en la sien y es, elija lo que elija,

cucharas arqueándose contra el aluminio, millas

de cigarras en medio de la noche, una plaga

de langostas que cae sin que podamos dejar

los balines escopeta adentro, apagar el aire

en ráfagas de parafina prendida aunque

enmiendes su destreza en señales

que el útero convierte en tendones, huellas

dactilares sin tocar nada aún y el cordón

umbilical pueda atarse al cuello y, como

reja, incrustarse en el tronco, para que te hagas

una idea: en los arroyos solo reina la sequía

por donde pasará el agua si acaso queda

cuando todo esté a punto de ser carbón y la raíz

de repente se module por eso que no vemos.
 
 Lucas Costa
 
 
 
 LA GENEROSIDAD SE DESARROLLA

sin testigos entre formas de amamantar

un picaflor tira relámpagos

con el látigo de su boca y duele

su vivir tan radiante

que ni la vejez ni la altura

amansan su plumaje

pero sus alas no son plumas

sino telas divididas sobre una pared

que resplandece de grasa

y la risa como ritual de contención

por el techo

rocío placenta saliva

las nubes donde pasa el viento recto

hasta el sentido sin fondo

libre para dejarnos la medida

del amor

prueba que la carne vuela en el paladar

que el sol está hecho de latas de conserva

tomates sin pelar aceite de pepitas

mentada la lengua es un corazón

destapado el filo de un abedul

nunca he visto uno pero

viven cien años y se reproducen

como esporas en la tensión de la sombra

la espora es el deseo del árbol

y el levantamiento

de palabras ahí

un animal domesticado

sin dientes lo irracional

que injerto crece

de pronto más

de lo que la piel

puede sostener.
 
 Lucas Costa
 
 
 
NO SABÍA QUE DE CALCIO ESTÁN HECHAS

las estrellas que sueñan y retiñen

 

las palabras en el cuerpo de tu madre

recibidas a cambio de expandirse

 

aunque todos ansiemos lo inmediato:

hongos de la levadura que harán el pan,

 

bichos del yogurt quietos y a oscuras,

así es con el sentido: no conoce término

 

ni cumple con su claridad premeditada

como cuando las estrellas desaparecen,

 

imaginarlas hasta que se hagan palpables,

pasa otro día y siguen brillando para nosotros,

 

en el ritmo del cardiograma se forma

una figura, luces de ambulancia titilan

 

en la imaginación cuando celebramos

el paso del tiempo con fuegos artificiales:

 

el contenido se anuncia por la desaparición y

permanece intacto su sonido, una huella

 

que se aleja como yo antes de que nazcas.
 
Lucas Costa
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Lawrence H. Keeley

"Con el uso de un alto aumento ... casi siempre se puede aislar la parte usada de la herramienta y reconstruir su movimiento durante el uso, así como, en la mayoría de los casos, determinar exactamente qué material estaba siendo trabajado."

Lawrence H. Keeley

José Miguel Villarroya

"A mí siempre me ha interesado saber. Yo amo la historia, me considero historiador y después siempre me ha interesado conocer más cosas y hago otras carreras, como Filosofía, Teología, que las hice no tanto por un tema laboral, no las necesitaba para nada, sino porque me interesaba a mí como persona, para crecer y tener conocimiento. Se puede aplicar al fútbol cuando haces alguna crónica o algún comentario a lo mejor pones alguna cita, pero fundamentalmente no me sirve para el trabajo; la Historia sí más, porque hablas de una rivalidad entre dos países en mundiales, eurocopas, en Europa siempre se habla de la parte histórica o rivalidad dentro de mismo país entre dos ciudades, dos equipos que representan a dos ciudades y por qué hay esa disputa, pues a lo mejor aparte de la futbolística también viene un poco atrás, incluso antes de que se inventara el fútbol, pues entre esas ciudades había una especie de rivalidad por temas económicos, sociales, de importancia en la zona."
 
 José Miguel Villarroya
 
 
 
"A veces hay discursos que son un poco de ridiculez. La realidad es que los ricos lloran mucho, pero pagan poco. Ganan mucho dinero, tienen bufete de abogados que conocen todas las leyes fiscales y no terminan pagando nunca lo que deben pagar."
 
 José Miguel Villarroya
 
 
 
 
 "¡El empresario vive de las ganancias que obtiene de los trabajadores! ¡Sí señor!"
 
 José Miguel Villarroya
 
 
 
"La gran mayoría de los clubes de fútbol son de derechas, no los clubes, los dirigentes, porque la mayoría de los dirigentes de los clubes de fútbol son empresarios, entonces yo sí que no he conocido ningún empresario de izquierdas o comunista.

Es verdad que durante muchos años en el Madrid el presidente fue Santiago Bernabéu, que era un señor que reconocía que era franquista, no vamos a negarlo, pero era un señor que le dijo a Franco que el Madrid iba a jugar a la Unión Soviética por mucho que el otro dijera que no y fichó a un jugador como Paul Breitner, de ideología comunista total y le dijeron “oiga, que este señor es comunista” y dijo “a mí lo que me interesa es que juegue al fútbol, lo que haga en su vida privada es su problema”, estamos hablando todavía en tiempos de Franco.
 
 Yo creo que en el fútbol, la afición del fútbol, la palabra está hasta de moda, a mí no me gusta, “transversal”, hay de todo. Es como decir aquí del Barcelona, “todos los del Barça son independentistas catalanes, son catalanistas”, no, hay de todo. Aquí, en Cataluña, mucha gente es anti independencia de Cataluña. Yo creo que hay de todo. El fútbol es una cosa que forma parte de la sociedad y es el reflejo de la sociedad, pero hay de todo, entonces decir que porque tú sea comunista o seas de izquierdas no puedes ser del Madrid, no lo digo porque yo sea del Madrid, me parece absurdo. Una cosa son las ideologías, las ideas que tú tienes y te has creado y luego que quieras un equipo porque ese equipo te ha gustado cuando lo has visto jugar o porque había un jugador o por tradición familiar, tus padres o tus abuelos de pequeño te llevaban al campo y por lo tanto te has aficionado a ese equipo, son cosas totalmente distintas. Otra cosa es que luego tú, en tu ideología, seas crítico con alguna cosa que pueda hacer el equipo en temas de pagos de fichas impresionantes o traspasos que cuestan un pastizal, pues ahí puedes ser crítico y decir “oiga, hay gente que pasa hambre”, no el Madrid, el Madrid, el Barça, el Chelsea, el PSG, el Bayern, se gastan 50, 60, 100 millones, depende del jugador, cuando hay gente que pasa hambre, pero también es el mundo en el que vivimos."
 
José Miguel Villarroya 
 
 
 
 
 "(Los neoliberales) tienen esa idea de que el Estado no tiene que entrar en la vida de la gente, y que, por lo tanto, lo público es un gasto inútil, sobre todo lo que es la sanidad, la educación, los servicios sociales..."
 
José Miguel Villarroya
 
 
 
 
"Oye, un Salario Mínimo de 1.080 euros, cuando los alquileres en Barcelona están en 1.400. ¡Una vergüenza! ¿Entonces de qué va a vivir la gente, si está cobrando por debajo de lo que cuesta un alquiler de un piso?"

José Miguel Villarroya
 
 
 
“Perder la historia es perder muchas cosas de uno mismo, de uno como país, entonces los clubes de fútbol también forman parte de la historia de un país.”
 
José Miguel Villarroya
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

A. W. Kayyali

 “A fines de 1909, la creciente oposición a la inmigración sionista se había vuelto explícita y sostenida (…) Hacia finales de año [1909] la crispación flotaba en el aire. En octubre, al-Ahram envió un corresponsal a Palestina para informar sobre la situación local. «Los palestinos están preocupados por el movimiento sionista; la constante inmigración crea miedo y ansiedad, pues el país está ahora casi en manos de extranjeros».”
 
 
A. W. Kayyali
Palestina, Una historia moderna
 
 
 
“Si las personas honestas no vienen al recate de los palestinos (…) su suerte será similar a la de los indios americanos. El sionismo es un Estado dentro del Estado otomano y pone en peligro la existencia misma de los árabes de Palestina.”
 
A. W. Kayyali
Llamamiento palestino publicado en Falastin, 29 de marzo de 1914
Palestina, Una historia moderna
 

Raymond Priestley

"Para un expedición científica, dadme a Scott; para un viaje rápido y sin problemas, dadme a Amundsen; pero cuando estéis en una situación desesperada, en la que no veis salida, arrodillaos y rogad para que os envíen a Shackleton."

Raymond Priestley